Botánica General. Anatomía y morfología. Vida orgánica. Botánica I por Odón de Buen. Historia Natural. Montaner y Simón, editores. 1891. Página 233. en Aragón.

Botánica General. Anatomía y morfología. Vida orgánica. Botánica I por Odón de Buen. Historia Natural. Montaner y Simón, editores. 1891. Página 233.

Odón de Buen. Botánica I.

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión



Sucedió una cosa análoga en la fisiología zoológica; se confundió en ésta también, durante mucho tiempo, con el nombre de respiración, el acto de la entrada y salida del aire. Solo cuando los estudios biológicos penetraron en el mecanismo interior de los órganos, depurándose hasta el detalle la misión de los diferentes tejidos, pudo comprenderse que hay una serie de actos intermedios numerosos e importantes entre los dos aparentes de la entrada del aire en los pulmones y la exhalación por los mismos del ácido carbónico y del vapor de agua.

La función respiratoria tiene el doble carácter de generalidad y de necesidad imperiosa; es mas o menos activa; queda oculta a veces bajo un amplio fenómeno de asimilación, pero la materia orgánica vegetal, como la animal, necesita del oxígeno, y la fuente principal de este es el fenómeno respiratorio; las plantas respiran desde que nacen hasta que se mueren, en la oscuridad lo mismo que en la luz; estas es la deducción de lo que se observa y experimenta cada día en los laboratorios.

Para demostrar el fenómeno suele hacerse el experimento siguiente: se toma una retorta, dentro de la cual se introducen semillas de haba en germinación, y por medio de un tubo acodado se le una con una probeta llena de mercurio colocada encima de una cubeta que contiene el mismo líquido. Al poco rato se desprenden de la probeta burbujas de gas, y este gas es el ácido carbónico, según se comprueba fácilmente por medio de la potasa cáustica.
También se puede demostrar por la proporción de oxígeno ha disminuido dentro de la retorta.

A la necesidad de la respiración, solamente escapan algunos protofitos que reciben el nombre de anaerobios; entre ellos podemos citar el Bacillus amylobacter, que produce la fermentación butírica; este, en contacto del aire libre, muere; lo mismo le sucede al Bacillus spticus, agente de la septicemia. Se les llama también aerofóbos y prefieren determinados autores esta denominación a la primitiva, admitiendo una existencia anaerobia en algunas fases del desenvolvimiento de los hongos mas inferiores. Ciertas células en efecto, si de ordinario necesitan el oxígeno, pueden vivir en determinadas circunstancias sin respirar, siempre que puedan alcanzar la energía necesaria por otro conducto que no sea la respiración.

Historia Natural
Novisima edición profusamente ilustrada.
BOTÁNICA
con inclusión de la geografía botánica
Odón de Buen.

TOMO OCTAVO - BOTÁNICA I
Barcelona
MONTANER Y SIMÓN, EDITORES
Calle Aragón, núm. 309 y 311
1891