Naturaleza de Aragón > Museo Pintoresco Historia Natural. > Tomo 2. Mamíferos
Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión
del sesto: dan de mamar á sus hijos un mes ó cinco semanas, por lo cual deben contarse cerca de seis meses y medio entre el tiempo en que se las haya dado el macho, y en el que podrá el cabrito empezar á pastar.
«Cuando se llevan Cabras al campo mezcladas con Ovejas, aquellas nunca van en seguimiento del rebaño, sino que le preceden. Lo mejor es conducirlas separadamente á pacer en las colinas, pues se complacen en los parajes elevados y en las montañas mas altas y escarpadas: en todas partes encuentran el alimento que necesitan, ya sea en las malezas, ya en los terrenos incultos ó en los campos estériles; pero es necesario alejarlas de los sembrados, de las vinas y de los bosques: en los sotos hacen también mucho daño, pues los árboles, cuyos renuevos y cortezas tiernas comen con ansia, perecen casi todos: huyen de los parajes húmedos y dé los prados pantanosos, y no las gustan los pastos gruesos: pocas veces prosperan las Cabras en los países llanos, en los cuales enferman, y su carne es de mala calidad. En la mayor parte de los climas calientes se cria cantidad de Cabras que se mantienen á la inclemencia; pero en Francia perecerían si no se las abrígase en establos durante el invierno, en el cual es indispensable hacerlas cama de paja, pero no en el verano; y como toda humedad las incomoda mucho, no se les deja echar sobre el estiércol en el tiempo referido, y se las renueva con frecuencia la cama. Las Cabras deben sacarse al campo muy de mañana, pues la yerba cargada de rocío, que no es buena para las Ovejas, las hace gran provecho. La indocilidad y continua inquietud de las Cabras es causa de que un Hombre, por ágil y diligente que sea, casi no pueda conducir mas de cincuenta. No se las deja salir en tiempo de nieves y de escarchas, y entonces se las mantiene en el establo con yerbas y ramas delgadas, cogidas en el otoño, ó con berzas, nabos y otras legumbres. Cuanto mas comen tanto mas se aumenta su leche, cuya abundancia se mantiene ó crece haciéndolas beber mucho y dándolas con frecuencia un poco de sal ó de agua salada. Quince dias después de haber parido se puede empezar á ordeñarlas; y por espacio de cuatro ó cinco meses dan gran cantidad de leche por mañana y tarde.
»La Cabra no produce por lo ordinario sino un cabrito, algunas veces dos, rarísima vez tres y nunca mas de cuatro: y tampoco produce sino desde la edad de un año ó diez y ocho meses hasta los siete años. El Cabrón pudiera engendrar hasta la misma edad, y aun pasado aquel término, si se le cuidase mas; pero comunmente solo se le hace servir hasta los cinco años, á cuyo tiempo se le engorda con las Cabras viejas y con los cabritos que se castran á los seis meses, con el fin de hacer su carne mas tierna y jugosa. El método para engordarlos es el mismo que se practica con los Carneros; pero por mas cuidado que se tenga, y sea el que fuere el alimento que se les dé, su carne nunca es tan buena como la del Carnero, á escepcion de los climas calientes, donde la carne de este último animal es fastidiosa y de mal sabor. El olor fuerte de cabrio no emana de la carne, sino de la piel. Aunque estos animales podrían vivir diez ó doce años, no se les deja envejecer, y los matan luego que no pueden dar producto, pues cuanto mas viejos son, tanto peor es su carne. Los Cabrones y las Cabras tienen cuernos por lo común: sin embargo suelen encontrarse sin ellos, aunque en corto número. También varían mucho en el color del pelo; y aseguran que las Cabras blancas y las que no tienen cuernos son las que dan mas leche, y que las negras son las mas fuertes y robustas. Estos animales, cuyo sustento no cuesta casi nada, son sin embargo de bastante utilidad, pues se vende la carne, el sebo, el pelo y la piel. Su leche, mas sana y mejor que la de la Oveja, es de bastante uso en la medicina, se cuaja fácilmente,
y se hacen de ella quesos muy buenos; pero constando de pocas partes mantecosas, no se debe separar de ella la nata. Las Cabras permiten sin repugnancia que las mamen, hasta los niños, para quienes su leche es escelente alimento; y están espuestas como las vacas y las Ovejas á que las mamen las culebras, y también un pájaro conocido bajo el nombre de Chotacabras.»
Capra caucásica (Gulden.—Desm.)
Es de la talla de la Cabra montes; tiene el pelo castaño leonado subido superiormente, y blanquizco en las partes inferiores, con una línea dorsal de color oscuro, la nariz, el pecho y los pies son negros, la cabeza gris, los cuernos triangulares y largos de mas de dos pies. Habita en el Cáucaso. Los tártaros y georgianos encuentran su carne muy delicada, y hacen vasos de sus cuernos.
Capra nibiana (F. Cuv.); Capra arábica, del Museo de Vicna; Macho cabrio silvestre del alto Egipto (F. Cuv.)
Este, que acaso no sea mas que un Carnero, es algo mas esbelto que la Cabra montes; tiene los cuernos mas delgados y mas largos, pues tienen de uno á dos pies y medio, comprimidos en su lado interno, negros, y con una docena de ingurgitaciones ó entumecimientos prominentes. Este animal es de color leonado parduzco con mezcla de color castaño, y una linea dorsal negruzca; los hombros, los costados y la parte interior de las piernas, de color castaño; tiene manchas blancas en los talones y encima de las pezuñas. Es de África.
Se cuentan además entre las Cabras las siguientes variedades.
Cabra de Cachemira, de pelos finos y lanosos, los que emplean en la fabricación de los chales.
Cabra de Jitda ó Juda de África.
Cabra del Tibet, introducida en Francia hace mucho tiempo.
Cabra de Angola, de pelos largos y sedosos.
Mambrina ó Cabra ue Levante, de la Palestina y del Bajo Egipto.
Cabra enana, originaria de África.
Capra walia (Rupp.)
Es notable por el grueso de sus cuernos que son nudosos, romboidales en su base, de protuberancia frontal. Su coloración es á modo de tierra de sombra parduzca, que pasa á blanquizca por debajo. Los miembros son blanquecinos, manchados de pardo por delante. Habita en Abisinia.
Capra jhoral (Hogson)
Esta Cabra tiene alguna analogía con el Egagro y la Capra jemlaica. El individuo descrito por M' Hogson, era un macho adulto de cincuenta pulgadas de largo sobre treinta y tres de alto. Su cabeza delgada y graciosa estaba cubierta de pelos cortos y abundantes, sin la menor señal de barba. Su linea facial era recta; sus orejas pequeñas, estrechas, levantadas, eran redondas por la punta y estriadas. Las otras particularidades de mi organización puede reasumirse de este modo: ojo vivo, hocico mucoso, ventanas de la nariz cortas y anchas; rodillas y esternón callosos; cola corta, deprimida, enteramente pelada por la punta; forma en general compacta y robusta, con cuello delgado, corto, arqueado, tronco redondo, miembros un poco largos, muy fuertes, sostenido sobre una ranilla recta y pezu-
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Cabras. rumiantes. Mamíferos. Zoología. Página 91. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Mamíferos, Publicado a mitad del siglo XIX. Zoología o Reino Animal. Mamíferos. Buffon Historia Natural los Tres Reinos de la Naturaleza
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