Corzo. Rumiantes. Mamíferos. Zoología. Página 76. Tomo 2. Museo pintoresco de Historia Natural. Los tres Reinos de la Naturaleza. en Aragón.

Corzo. Rumiantes. Mamíferos. Zoología. Página 76. Tomo 2. Museo pintoresco de Historia Natural. Los tres Reinos de la Naturaleza.

Museo Pintoresco Historia Natural. Tomo 2. Mamíferos

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

rior es casi igual á la punta del asta principal, la cual tiene un color castaño claro.

Corzo.

Cernís Capreolus (Lin.); Corzo de Europa (J. Cuv.) Zarchodia de los griegos modernos; Dorcas de los antiguos; Caprea de Plinio.

El Ciervo, como el mas noble habitante de los bosques, ocupa en ellos los parajes mas sombríos: el Corzo como de especie inferior, se contenta con hacer su mansión entre el follaje espeso de los sotos nuevos: pero si tiene menos estatura y fuerza que el Ciervo, le aventaja en gracia y viveza: es mas alegre y mas ágil, su forma es mas redondeada y ehgante, y su figura mas agradable: sus ojos particularmente son mas hermosos y brillantes, y parecen animados de una sensación mas viva: sus miembros son mas flexibles, sus movimientos mas prontos, y brinca naturalmente con no menos fuerza que ligereza; su piel está siempre aseada, y su pelo limpio y lustroso: no se revuelca en el cieno como el Ciervo, ni vive gustoso sino en los países mas elevados y secos en que el aire es mas puro; y finalmente, es mas astuto y mas diestro en sustraerse y mas difícil de seguir: tiene mas maña, y su instinto le facilita mas recursos; pues sin embargo de tener el defecto mortal de dejar tras sí impresiones mas fuertes y que dan á los Perros mas ardor y mas vehemencia de apetito que el olor del Ciervo, no deja de saber sustraerse á su persecución por la rapidez de su primera carrera y por sus rodeos multiplicados: para usar de ardides rio espera á que le falten las fuerzas, sino al erntrario, desde que percibe que los primeros esfuerzos de una fuga veloz han sido infructuosos, desanda el camino, vuelve, revuelve, y cuando con sus movimientos opuestos ha confundido ia dirección de su marcha, cuando ha mezclado las emanaciones presentes con las pasadas, se aparta de la tierra con un brinco, y desviándose á un lado, se echa, y sin moverse, deja pasar por su inmediación toda la tropa de sus enemigos reunidos.

El Corzo se diferencia del Ciervo y del Gamo en la índole, en el temperamento, en las costumbres, y en casi todos sus hábitos naturales: en vez de formar sociedad como ellos, y de andar juntos en grandes manadas, se mantiene en medio de su familia: el padre, la madre y los hijos andan juntos, y nunca se les ve asociarse con extraños: son tan constantes en sus amores, como inconstantes los Ciervos. Como la corza produce ordinariamente dos hijuelos, macho y hembra, estos animalitos criados y alimentados juntos se cobran recíprocamente una afición tan grande, que nunca se separan; lo cual nace de cariño mas bien que de amor, pues sin embargo de estar siempre juntos, no esperi-montan los ardores del celo, sino una sola vez al año, y solo por espacio de quince dias, que principian á fines de octubre y acaban antes del 15 de noviembre. En esta estación no se hallan los Corzos cargados como el Ciervo de una gordura superabundante, no exhalan olor fuerte, no entran en furor, nada tienen que los altere ni mude su estado, y lo único que hacen es no permitir que sus hijos permanezcan con ellos durante este tiempo: el padre los echa de su compañía como para obligarlos á que cedan su lugar á los que han de venir, y á que ellos mismos formen una nueva familia; sin embargo, acabada esta época, vuelven los hijos á buscar á su madre, se mantienen con ella algún tiempo, hasta que la dejan para siempre, y van á establecerse á alguna distancia del lugar en que nacieron.

El preñado de la corza dura cinco meses y medio, y su parto es á fines de abril ó principios de mayo. Cuando quiere parir, se separa del macho y se oculta en lo mas espeso del bosque por huir del Lobo, que es su mas peligroso enemigo. A los diez ó doce días ya los

corcillos han adquirido bastante fuerza para seguirla: cuando la amenaza algún peligro, los oculta en algún paraje secreto, hace frente y se deja dar caza por libertarlos; pero todos sus desvelos no impiden que los Hombres, los Perros, y los Lobos se los roben con frecuencia. Este es su tiempo mas critico, y el de la gran destrucción de esta especie, que no es ya demasiado común. «Yo, dice Buffon, suelo habitar una casa de campo en un pais, cuyos Corzos son muy afamados, y no hay año que no me traigan por la primavera muchos corcillos, los unos vivos cogidos por los Hombres, los otros muertos por los Perros; de suerte que sin contar los que los Lobos devoran, veo que se destruyen mas en solo el mes de mayo que en todo el discurso del año; y lo que he observado en mas de 25 años es que, como si hubiese en todo un equilibrio perfecto entre las causas de destrucción y de renovación, subsiste siempre con muy corta diferencia el mismo número de Corzos en los mismos parajes. El contarlos no es difícil, porque en ninguna parte son muy numerosos, y porque andan siempre unidos en familias, y cada familia habita separadamente. Así, pues, en un bosque nuevo de cien fanegas de tierra habrá, por ejemplo, una familia, esto es, tres, cuatro ó cinco Corzos; pues la corza, que ordinariamente pare dos corcillos, alguna vez no produce mas que uno, y también suele parir tres, aunque esto es muy raro: en otro sitio de duplicada extensión habrá siete ú ocho, esto es, dos familias; y he notado que en cada terreno existe siempre el mismo número, á escepcion de los años en que los inviernos han sido muy rígidos, y las nieves copiosas y de mucha duración: entonces suele ser destruida toda la familia; pero al año siguiente viene otra á ocupar su lugar, y los cantones á que dan la preferencia, están siempre casi igualmente poblados. Con todo, pretenden que en general el número se disminuye, y es cierto que en Francia hay provincias en que ya no se hallan: que sin embargo de ser comunes en Escocia, no los hay en Inglaterra: se encuentran pocos en Italia, y son muy raros en Suecia donde no lo eran antes etc.; pero esto puede provenir ó de la diminución de las selvas, ó de resultas de algún invierno muy riguroso, como el del año de 1709 que los hizo perecer casi todos en Borgoña, de modo que pasaron muchos años antes de establecerse la especie. Además de lo dicho, los Corzos no gustan igualmente de todos los países, y aun en un mismo país prefieren ciertas parajes: aman las colinas y las llanuras situadas en las cimas de las montañas, sin hacer mansión en la profundidad de las selvas, ni en medio de los bosques de mucha extensión; y viven con mas gusto en los límites de los bosques rodeados de tierras de labor, en los sotos claros y de mal terreno, donde crecen con abundancia las zarzas, las jaras, etc.»

Los corcillos permanecen con sus padres ocho ó nueve meses, y cuando se han separado de ellos, que es casi al tiempo de cumplir un año, empiezan á aparecerles los cuernos bajo la forma de dos pitones, mucho mas pequeños que los del Ciervo: pero lo que mas diferencia á estos animales es que el Ciervo no desmoga hasta la primavera, y no recobra su cuerno sino en el verano, en vez de que el Corzo lo desmoga á fines del otoño, y lo recobra durante el invierno. Son muchas las causas que concurren á producir estos diversos efectos. El Ciervo toma en el verano mucho alimento, y se carga de abundante gordura: después se extenúa con la brama, de modo que necesita todo el invierno para restablecerse y recobrar sus fuerzas; por lo cual, lejos de tener entonces superabundancia, tiene escasez y falta de sustancia, y por consiguiente, su cuerno no puede brotar sino en la primavera, tiempo en que ha vuelto á tomar bastante alimento para tener superfluidad: por el contrario, el Corzo, que no se extenúa tanto, no tiene necesidad de tanta reparación; y uno nunca está cargado de gordura, y siempre se mintiene casi en un mismo ser, sin que la brama haya alterado en nada su

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Biblioteca ilustrada de Gaspar y Roig.
Los Tres Reinos de la Naturaleza.
Museo Pintoresco de Historia Natural.
Descripción completa de los animales, vejétales y minerales útiles y agradables:
su forma, instinto, costumbres, virtudes ó aplicaciones á la agricultura, la medicina y las artes en general, comprendiendo mayor número de géneros que en todas las obras publicadas hasta el día.



Corzo. Rumiantes. Mamíferos. Zoología. Página 76. Tomo 2. Museo pintoresco de Historia Natural. Los tres Reinos de la Naturaleza. Mamíferos, Publicado a mitad del siglo XIX. Zoología o Reino Animal. Mamíferos. Buffon Historia Natural los Tres Reinos de la Naturaleza

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