Paquidermos. Mamíferos. Página 14. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Zoología. Museo pintoresco de Historia Natural en Aragón.

Paquidermos. Mamíferos. Página 14. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Zoología. Museo pintoresco de Historia Natural

Museo Pintoresco Historia Natural. Tomo 2. Mamíferos

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

inguinales, los pies anteriores constan de cuatro dedos y los posteriores de tres.

Tapir ó danta.

Tapirus americanas (Linn); Tuta ú Tapir (Buff); Tapu-rele, (Mareg); Mbourica o Mbourebi, (Azara); Manipuri de los indios.

El Tapir es del tamaño de una vaca pequeña ó de un Cebú, pero sin cuernos, ni cola: sus piernas cortas, el cuerpo arqueado como el del Cerdo: cuando pequeño está manchado como el Ciervo, y después su pelo es uniforme y de color pardo oscuro: la cabeza larga y abultada, con una especie de trompa como el Rinoceronte: tiene diez dientes incisivos y diez molares en cada mandíbula: carácter que le separa enteramente del género de los Bueyes, y demás animales que rumian etc. De este animal no tenemos sino algunos despojos, y por lo mismo nos ha parecido lo mas acertado poner aquí las descripciones que, teniendo presente el original, han hecho de él Marcgrave y Barrere, y referir al mismo tiempo lo que de él han dicho los viajeros y los historiadores.

Parece que el Tapir ó Danta es un animal triste y tenebroso, que no sale sino de noche, y que no está con gusto sino en el agua, donde habita mas comunmente que en tierra: vive en los pantanos, y apenas se aleja de la orilla de los ríos ó de los lagos: luego que se vé amenazado, perseguido, ó herido, se arroja al agua, se sumerge en ella, y está el tiempo suficiente para caminar mucho antes de volver á parecer. Estas cualidades en que conviene con el Hipopótamo, han hecho creer á algunos naturalistas que era del mismo género; pero difiere tanto de él por su naturaleza como está distante por el clima, lo cual se conocerá con solo comparar las descripciones que acabamos de citar, con la que haremos del Hipopótamo. El Tapir, aunque habita en el agua, no se alimenta de pescado, y sin embargo de estar sus mandíbulos armadas de dientes incisivos y cortantes, no es carnívoro, vive de plantas y raices y no se vale de sus armas contra los demás animales: su índole es suave y tímida, y por lo mismo huye de todo peligro y combate: aunque sus piernas son cortas, y su cuerpo muy grueso, no deja de correr con gran velocidad y de nadar con mayor ligereza; camina ordinariamente acompañado, y á veces en grandes manadas : su cuero es de una textura tan sólida y firme que, por lo común, no le penetra la bala: su carne es fastidiosa y grosera, sin embargo, la comen los indios. Hállase este animal comunmente en el Brasil, en el Paraguay, en la Guyana, en las Amazonas, y en toda la extensión de la América meridional, desde la extremidad de Chile hasta la Nueva España.

El Tapir que se puede reputar por el Elefante del Nuevo Mundo, solo representa imperfectamente al Elefante en la figura y aun menos en el tamaño, como fácilmente se conocerá por la exacta comparación que de él hacemos.

El Tapir camina con mas frecuencia de noche que de dia y busca su alimento en la sombra y durante la calma de la noche; sin embargo se le suele encontrar de dia. Gusta mucho de bañarse, y nada y se sumerge fácilmente: los sitios húmedos son los que prefiere, y aun cuando es un animal terrestre, este instinto que tiene por los lugares pantanosos y por el agua ha dado ocasión á que algunos autores le hayan considerado como animal anfibio. Los Tapires se hallan en número bastante crecido, sobretodo en lo interior de las tierras de la Guyana.

Se ve que la especie de trompa que tiene á la extremidad de la nariz, no es mas que un vestigio ó rudimento de la del Elefante ; y este es el único carácter de conformación por el cual se puede decir que el Tapir se semeja al Elefante. Por lo demás, aunque el Tapir es efectivamente el mayor entre todos los cuadrúpedos de la América meridional, y hasta algunos pesan 500 libras, es claro que este peso apenas llega á la décima parte del de un Elefante de mediana estatura, y que no se hubiera pensado nunca en comparar dos anímales entre los cuales hay tan poca proporción, sí el Tapir, además de aquella especie de trompa, no tuviese algunas cualidades análogas á las del Elefante. En efecto, el Danta entra con frecuencia en el agua para bañarse, y no para coger pescado, el cual no come nunca: se sustenta de yerbas y de hojas de arbustos, como el Elefante, y también como él, no produce mas que un hijo á la vez.

Del mismo modo los Dantas huyen de los parajes habitados, y viven cerca de los pantanos y de los rios, los cuales atraviesan frecuentemente de dia, y aun de noche. La hembra hace que le siga su hijo, y desde muy pequeño le acostumbra á entrar en el agua, donde nada y juega delante de ella, la cual parece le da lecciones para este ejercicio, sin que el padre tenga parte alguna en la educación, pues siempre se encuentra solos á los machos, á escepcíon del tiempo en que las hembras están en calor.

La especie de los Dantas, es bastante numerosa en lo interior de la Guyana, y á veces acuden á los bosques situados á alguna distancia de Cayena. Cuando se ven perseguidos por los cazadores, se refugian al agua donde es fácil tirarles; pero aunque su índole es tranquila y suave, son peligrosos cuando están heridos, habiéndose visto á algunos arrojarse á la canoa de donde había salido el tiro, y procurar vengarse trastornándola. También es preciso precaverse de ellos en los bosques, en los cuales hacen senderos, ó mas bien caminos bastante anchos y batidos, por la costumbre que tienen de ir y venir siempre por unos mismos parajes: y es de temer encontrarlos en estos caminos, de los cuales nunca se desvian, porque su marcha es impetuosa, y sin designio de ofender, chocan rudamente con todo lo que se les pone delante. Los terrenos contiguos á la parte superior de los ríos de la Guyana están habitados por bastante número de Dantas, y las orillas de los mismos rios, cortadas con las sendas ó caminos que hacen en ellos, siendo dichos caminos tan trillados, que los parajes mas desiertos parece á primera vista, estar poblados y frecuentados por los hombres. Finalmente, se tienen perros enseñados para la caza de estos animales en tierra, y para seguirlos en el agua; pero como tienen la piel muy gruesa y sólida, rara vez sucede matarlos del primer tiro.

El grito de los Dantas es una especie de silbido fuerte y agudo que los cazadores y los salvajes imitan con bastante perfección para hacerlos venir á él, y tirarles de cerca; pues casi nunca se les ve desviarse de los sitios que han adoptado. Corren pesada y lentamente, y no acometen á los hombres, ni á los anímales, á menos que los perros se les acerquen demasiado, pues entonces se defienden con los dientes, y los matan.

La Danta parece tiene gran cuidado de su hijo, pues no soló le enseña á nadar, jugar y sumergirse en el agua, sino que también cuando está en tierra, hace que la acompañe siempre, y sí el hijo se queda atrás, la madre vuelve de tiempo en tiempo su trompa, en la cual está situado el órgano del olfato, para oler si la sigue ó si se queda muy distante en cuyo caso le llama, y le espera para continuar su marcha.

Críanse algunos Dantas domésticos en Cayena, los cuales andan por todas partes sin hacer ningún mal: comen pan, cazabe y frutas: gustan de que los acaricien, y son groseramente familiares, pues tienen un aire pesado y torpe, casi como el Cerdo. A veces se van al bosque por el dia, y vuelven por la noche á la casa; aunque también sucede con frecuencia, cuando les dan esta libertad, que abusan de ella y no vuelven. Su carne se come; pero es de mal gusto, indigesta, y semejante en el color y olor á la del Ciervo, teniéndose so-

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Paquidermos. Mamíferos. Página 14. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Zoología. Museo pintoresco de Historia Natural Mamíferos, Publicado a mitad del siglo XIX. Zoología o Reino Animal. Mamíferos. Buffon Historia Natural los Tres Reinos de la Naturaleza

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