Paquidermos. Mamíferos. Página 17. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Zoología. Museo pintoresco de Historia Natural en Aragón.

Paquidermos. Mamíferos. Página 17. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Zoología. Museo pintoresco de Historia Natural

Museo Pintoresco Historia Natural. Tomo 2. Mamíferos

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

PAQUIDERMOS. 17 MAMÍFEROS

el tigre, ni las garras del león, ni el hierro, ni el fuego del cazador; su piel es un cuero negruzco, del mismo color que él del Elefante; pero mas duro y mas grueso, y no es sensible como el del Elefante á las picaduras de las moscas; tampoco puede fruncir, ni contraer su piel, la cual solamente está plegada con gruesos dobleces en el cuello, las espaldillas y las ancas, para facilitar el movimiento dé la cabeza y de las piernas, que son macizas y se terminan en pies bastante anchos, armados de tres grandes pezuñas. Su cabeza es proporcionalmente mas larga que la del Elefante; pero sus ojos son aun mas pequeños que los de aquel animal , y nunca los abre sino á medias. La mandíbula superior sobresale un poco de la inferior; y el labio superior tiene movimiento y puede extenderse basta siete ú ocho pulgadas de largo, terminándose en un apéndice puntiagudo, que da á este animal mas facilidad que á los demás Cuadrúpedos para asir la yerba v hacer de ella hacecillos, casi como los hace el Elefante con su trompa. Este labio muscoloso y flexible viene á ser una especie de mano ó de trompa, que, aunque muy incompleta, no deja de asir con fuerza y de palpar ron maña. En lugar de los largos colmillos de mariden que consisten las armas del Elefante, tiene el Rinoceronte un cuerno poderoso y temible, y en cada mandíbula dos grandes dientes incisivos, de que carece el Elefante, distantes uno de otro, y colocados uno á uno en cada rincón ó ángulo de las mandíbulas, de las cuales la inferior es de figura cuadrada por delante , sin ningunos otros dientes incisivos en toda aquella parte anterior que cubren los labios; pero además de estos cuatro dientes incisivos, colocados en los cuatro ángulos anteriores de las quijadas, tiene 24 muelas, seis en cada lado de las dos. Sus orejas se mantienen siempre derechas, y son bastante parecidas en su forma á las del Puerco, con solo la diferencia de ser menores á proporción del cuerpo, siendo ellas las únicas partes en que hay pelos, 6 por mejor decir cerdas, y la extremidad de la cola está guarnecida, como la del Elefante, de una borla de gruesas cerdas, muy sólidas y durísimas.

No obstante haberse visto muchas veces el Rinoceronte en los espectáculos de Roma, desde el tiempo de Pompeyo hasta el de Rehogábalo, y sin embargo de haber sido traídos á Europa varios de estos animales, en los últimos siglos, y de haberle dibujado Boncio, Chardino y Kolbe en las Indias Orientales y en África, estaba tan mal representada su imagen, y era tan defectuosa la descripción del Rinoceronte, que apenas se le conocía; pero á vista de los que llegaron á Londres en 1739 y 1741, se reconocieron fácilmente los errores ó los caprichos de los que habían publicado figuras de este animal. La que publicó Alberto Durero, que fue la primera, es una de las menos conformes al original. Sin embargo, la copiaron los mas de los naturalistas, y algunos se adelantaron á recargarla de paños postizos y de adornos extraños. La publicada por Boncio es mas sencilla y verídica; pero tiene el defecto de estar mal representada en ella la parte inferior de las piernas; y por el contrario, aunque la de Chardino representa bastante bien los pliegues de la piel y los pies, en lo demás nada se parece al animal. No es mejor la de Carnerario, ni la que se copió por el Rinoceronte visto en Londres en 1685, y publicada por Carwithan en 1739. Finalmente, las que se ven en los antiguos pavimentos de Preneste, y en las medallas de Domiciano son sumamente imperfectas; pero no tienen por lo menos los adornos imaginarios de la de Alberto Durero. El señor Parsons ha dibujado por sí mismo este animal bajo de tres puntos de vista diferentes, á saber; de frente por la espalda y de perfil: también ha dibujado las partes externas de la generacion en el macho, y los cuernos simples y dobles, como la cola de otros Rinocerontes, cuyas partes se conservaban en varios gabinetes de Historia Natural.

El Rinoceronte que llegó á Londres el año de 1739, vino de Bengala; y aunque muy joven, pues solo tenia dos años, el gasto de su viaje y manutención ascendió á cerca de mil libras esterlinas. Manteníasele con arroz, azúcar y heno, dándole diariamente siete libras de arroz mezcladas con tres de azúcar, y repartidas en tres porciones : también se le suministraba mucho heno y mucha yerba verde, la cual prefería al heno. Su única bebida era agua, y de esta bebía gran cantidad de una vez : era de índole mansa, y se dejaba tocar en todas las partes de su cuerpo, no irritándose sino cuando se le maltrataba ó cuando estaba hambriento, ven ambos casos el único modo de aplacarle era darle de comer. Cuando estaba colérico daba saltos, y se elevaba impetuosamente á una grande altura, dándose cabezadas furiosas contra las paredes; lo cual ejecutaba con una velocidad asombrosa, sin embargo de su aire tosco y de su pesada mole.

Este Rinoceronte, á la edad de dos años, no era mas alto que una vaca joven que aun no hubiese parido: pero su cuerpo era muy fornido y largo, su cabeza muy abultada á proporción del cuerpo; considerándola desde las orejas hasta el cuerno de la nariz, formaba una curva cóncava, cuyos dos extremos, esto es, la parte superior del hocico y la cercana á las orejas, son muy altos : el cuerno solo tenia entonces una pulgada de alto, y era negro, y liso en la punta, pero con arrugas en la base, é inclinado hacia atrás. Las ventanas de la nariz están situadas muy abajo, y solo distan una pulgada de la abertura de la boca. El labio inferior es bastante parecido al del Buey, pero el superior es mas semejante al del Caballo, aunque con la diferencia y la ventaja de que el Rinoceronte puede alargarle, dirigirle, dar vuelta con él á un palo, y asir por esto medio los cuerpos que quiere acercar á su boca. La lengua de este joven Rinoceronte era suave como la de una ternera; y sus ojos, que no tenian ninguna viveza, se parecen en la forma á los del Puerco , y están situados muy abajo, esto es, mas cerca de las ventanas de la nariz que en ningún otro animal. Las orejas son anchas, delgadas en su extremidad y ceñidas en su origen por una especie de anillo arrugado. El cuello es muy corto, y la piel forma en esta parte dos pliegues abultados que le rodean. Las espaldillas son muy abultadas y gruesas, y en su articulación forma la piel otro pliegue que baja hasta las piernas delanteras. El cuerpo de este joven Rinoceronte era en todas sus partes muy abultado y parecido al de una vaca cercana al parto. Entre el cuerpo y las ancas tiene otro pliegue que baja á las piernas traseras; y otro, en fin, que cubre transversálmente la parte inferior de las ancas á alguna distancia de la cola; el vientre era abultado y casi le llegaba á tierra, especialmente en su medio: las piernas son redondas, gruesas, fuertes, y todas dobladas hacia atrás en las articulaciones, las cuales se ven cubiertas con un pliegue muy notable cuando el animal está echado, y desaparecen cuando se pone en pié. La cola es delgada y corta, relativamente al volumen del cuerpo; la de este Rinoceronte no tenia sino poco mas de pié y medio de largo; y se ensanchaba algo en su extremidad, donde estaba guarnecida de algunos pelos cortos, gruesos y duros. El pene, que es de figura bastante extraordinaria, está contenido en un prepucio ó vaina como la del caballo; y lo primero que se presenta á lo exterior, en el tiempo de la erección, es un segundo prepucio de color de carne, del cual sale después un tubo hueco en forma de embudo ensanchado, y con varias cortaduras ó girones, á modo de flor de lis, el cual sirve de balano y forma la extremidad del pene. Este balano, extraño por su figura, es de color de carne, mas pálido que el del segundo prepucio; en la mas fuerte erección, el pene no salía del cuerpo mas de nueve pulgadas y un tercio. La dirección de este miembro no era recta, sino encorvada y dirigida hacia atrás, por lo cual orinaba en esta misma

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