Paquidermos. Mamíferos. Página 23. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Zoología en Aragón.

Paquidermos. Mamíferos. Página 23. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Zoología

Museo Pintoresco Historia Natural. Tomo 2. Mamíferos

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

ellos, solo un estómago, aunque mucho mas capaz: pero por un apéndice que hay en él, y también por la posición de los intestinos, parece acercarse á los patihendidos y rumiantes. También se parece á estos en las partes exteriores de la generación, y al mismo tiempo se semeja á los fisípedos en la figura de las piernas, en el aspecto del cuerpo, y en el producto numeroso de la generación. Aristóteles fue el primero que dividió los animales cuadrúpedos en solípedos, patihendidos y fisípedos, y conviene en que el Puerco es de un género ambiguo; pero la única razón que da para esto, es que en la Iliria, la Poenia y otros parajes, se hallan Puercos solípedos. Este animal es también una escepcion de dos reglas generales de la naturaleza, á saber, que los animales mas corpulentos son los que menos producen, y que, entre todos los animales son los fisípedos los que producen mas: el Cerdo, aunque de corpulencia muy superior á la mediana, produce mas que ninguno de los animales fisípedos ú otros cualesquiera; y por esta fecundidad, no menos que por la conformación de los ovarios de la puerca, parece también que forma la extremidad de las especies vivíperas, y se acerca á las ovíparas. Finalmente, el Cerdo es en todo de una naturaleza equívoca, ambigua ó, por mejor decir, parecerá tal á los que creen qué el orden hipotético de sus ideas es el orden real de las cosas, y que en la cadena infinita de los seres no ven sino algunos puntos perceptibles, á los cuales quieren referirlo todo.

Es preciso entender, que el medio de conocer la naturaleza, de juzgarla y de adivinar sus designios, no es limitar su esfera ciñéndola á un círculo estrecho, ni hacerla obrar por fines particulares: que prestándola nuestras ideas, nunca examinaremos á fondo los designios de su Autor: que en vez de estrechar los limites de su poder, es preciso ensancharlos y extenderlos hasta la inmensidad; y que es necesario no hallar nada imposible, esperarlo todo y suponer que todo lo que puede existir, existe. Entonces las especies ambiguas, las producciones irregulares, los seres anómalos cesarán de admirarnos, y se verá que son tan necesarios como los otros, en la serie infinita de las cosas. Estos seres llenan los intervalos de la cadena, forman sus eslabones y puntos intermedios y también señalan sus extremos, siendo para el entendimiento humano ejemplares preciosos y únicos, en que la naturaleza, al mismo tiempo que parece contradecirse, se manifiesta mas al descubierto, y en que podemos reconocer caracteres singulares y rasgos fugitivos, que nos indican que sus fines son mucho mas grandes que nuestras miras, y que sino hace nada superfluamente, tampoco lo ejecuta con los designios que la suponemos.

En efecto no debe reflexionarse sobre lo que acabamos de exponer, y no deben sacarse inducciones de la estructura singular del Jabalí. Este animal no parece haber sido formado por un plan original, particular y perfecto, pues es un compuesto de otros animales, y evidentemente tiene partes inútiles, ó por mejor decir, partes de que no puede usar : dedos cuyos huesos están perfectamente formados, y que sin embargo de nada le sirven; la naturaleza, pues, está muy distante de sujetarse á causas finales en la composición de los seres. Y á la verdad ¿por qué no pondría á veces en ellos partes superabundantes, puesto que tan frecuentemente les deja carecer de partes esenciales? Y si vemos tantos animales privados de sentidos y de miembros ¿por qué queremos que en cada individuo toda parte sea útil á los otros y necesaria para el todo? ¿No basta, para que se encuentren juntas, que no se perjudiquen, que puedan crecer sin obstáculo y desarrollarse sin oscurecerse mutuamente? Todo lo que no se daña lo bastante para destruirse, todo lo que puede subsistir junto, subsiste; y acaso en el mayor número de los seres hay menos partes relativas, útiles ó necesarias, que partes indiferentes, inútiles ó redundantes. Pero como siempre queremos referirlo todo á cierto fin, cuando las partes no tienen usos notorios, se los suponemos ocultos; imaginamos relaciones que no tienen fundamento alguno, que no existen en la naturaleza, y que solo sirven para oscurecerla, sin atender á que alteramos la filosolía, que desnaturalizamos su objeto, que es conocer el cómo de las cosas, el modo con que obra la naturaleza: y que á este objeto real sustituimos una idea vana, procurando adivinar el por qué de los hechos, el fin que se propone en sus obras, ó al tiempo de obrar.

Se dice que las falanges son destinadas únicamente para formar dedos; sin embargo, en el Puerco hay talanges inútiles, pues no forman dedos de que pueda servirse; y en los animales pati-hendidos hay huesos pequeños, que ni aun forman falanges. Si el designio de la naturaleza es el referido, es evidente que en el Puerco no ha ejecutado sino la mitad de su proyecto, ó que apenas le ha principiado.

La alantoydes es una menbrana que se encuentra adherida al producto de la generación de la puerca, de la yegua, de la vaca y de otros muchos animales, y asida al fondo de la vegiga del feto, siendo su destino, según dicen, recibir el orin que este espele durante su mansión en el vientre de la madre; y en efecto, al instante que nace el animal, se halla en esta membrana cierta cantidad de licor, aunque no considerable: en la vaca, en quien quizá es mas abundante que en cualquiera otro animal, se reduce á algunos cuartillos, al paso que su alantoydes es tan grande, que no hay ninguna proporción entre estos dos objetos, pues, llenándola de aire, forma una especie de saco doble en figura de media luna de 15 ó 16 pies de largo, y desde 11 hasta 16 pulgadas de diámetro; y ya se deja entender si solamente para recibir seis ú ocho cuartillos se necesita un vaso, cuya capacidad es suficiente para contenor muchos pies cúbicos de líquido. La sola vegiga del feto sino estuviese horadada por el fondo bastaba para contener aquella pequeña porción de liquido, como en efecto es suficiente en las especies de animales, en quienes no se ha descubierto aun alantoydes; de lo cual se deduce, que la referida membrana no se ha formado con el fin de recibir el orin del feto, ni con ninguno de los designios que nosotros imaginamos, pues aquella gran capacidad, no solo es inútil para este objeto, sino también para cualquiera otro; supuesto que no se puede ni aun suponer posible que se llene, y que si dicha membrana estuviese llena, formaría un volumen tan grande como el cuerpo del animal que la contiene, y por consiguiente no podría ser contenida en él; y como al instante del nacimiento se rasga, y se arroja con las demás membranas que servían de tegumento al feto, es todavía mas inútil entonces que antes.

El número de las mamas se dice que es relativo, en cada especie de animal, al número de hijos que la hembra debe producir y alimentar; pero si esto es así ¿por qué el macho, que no ha de producir hijo alguno tiene ordinariamente el mismo número? ¿y por qué la puerca, que suele parir 18 y aun 20 lechoncillos, nunca tiene mas que doce mamas, y á veces menos? ¿No es esta una prueba convincente de que no podemos juzgar de las obras de la naturaleza por causas finales, ni debemos atribuirla designios tan pequeños, ni hacerla obrar por conveniencias morales, sino examinar cómo obra en efecto, y emplear, para conocerla, todas las relaciones físicas que nos presenta la inmensa variedad de sus producciones? Este método, el único que puede porporcionarnos algunos conocimientos reales; es incomparablemente mas difícil que el otro, y en la naturaleza hay infinitos hechos, á los cuales como á los ejemplos precedentes, casi no es posible aplicarle con felicidad; sin embargo, en vez de inquirir para qué sirve la gran capacidad de la

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Paquidermos. Mamíferos. Página 23. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Zoología Mamíferos, Publicado a mitad del siglo XIX. Zoología o Reino Animal. Mamíferos. Buffon Historia Natural los Tres Reinos de la Naturaleza

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