Caballo. Mamíferos. Zoología. Paquidermos. Página 47. Tomo 2. Museo pintoresco de Historia Natural. Los tres Reinos de la Naturaleza. en Aragón.

Caballo. Mamíferos. Zoología. Paquidermos. Página 47. Tomo 2. Museo pintoresco de Historia Natural. Los tres Reinos de la Naturaleza.

Museo Pintoresco Historia Natural. Tomo 2. Mamíferos

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

algunos ligeros golpes con este látigo son suficientes para hacerlos partir y conservarlos en gran movimiento.

Es tanta la abundancia de Caballos en Persia, que sin embargo de su excelente calidad, no son muy caros. Por lo común no tienen mucha marca ni corpulencia; pero todos tienen mucho vigor é intrepidez, en cambio de la hermosura y buena presencia de que carecen. Para viajar con menos fatiga, se usa da Caballos, cuya marcha es entre paso y trote, á los cuales se ha enseñado antes esta andadura, atándoles con una cuerda la mano y pié de un mismo lado: y cuando son jóvenes, les hienden las ventanas de la nariz, en la persuasión de que con aquella operación respiran mas fácilmente. Estos Caballos son tan andadores que caminan de siete á ocho leguas sin parar y sin ninguna fatiga.

Los Caballos que nacen en la India no son buenos, y por esto los magnates de aquella región los hacen conducir para el servicio de Persia y Arabia: por el dia los dan un poco de heno, y por la noche les hacen cocer guisantes con azúcar y manteca, en lugar de avena ó cebada, cuyo alimento los sostiene, y les da un poco de fuerza, pues sin él perecerían en poquísimo tiempo, á causa de serles el clima muy contrario. Los Caballos del país son por lo general muy pequeños, y algunos lo son tanto que, según Tavernier, el principe del Mogol, cuya edad solo era de siete á ocho años, montaba ordinariamente un Caballo muy bien furmado, cuyo tamaño no escedia al de un lebrel grande. Parece que los climas escesivamente calientes son contrarios á los Caballos. Los de las costas de Oro, de Juida, de Guinea, etc., son como los de la India, muy malos: llevan la cabeza y el cuello muy bajos; su andar es tan vacilante que siempre parece van á tropezar ó á caer; si no los castigasen continuamente no se moverían: y por la mayor parte son tan pequeños que los pies de los ginetes casi tocan en tierra. Fuera de esto son muy dóciles, y solamente propios para servir de alimento á los negros, que estiman su carne tanto como la de los Perros. Esta pasión por la carne de Caballo es común á los negros y á los tártaros, y se encuentra en Tartaria, y aun en la China.

Los Caballos chinos no llevan ventaja á los de la India: son débiles, cobardes, mal formados y muy pequeños: los de Corea solo tienen tres pies y medio de alto. Casi todos los Caballos de la China son castrados, y tan tímidos que no pueden servir para la guerra; de suerte que puede decirse que han sido los Caballos tártaros los que conquistaron la China. Estos últimos son muy á propósito para la guerra; pues, aunque de mediana corpulencia por lo común, son fuertes, vigorosos, fieros, ardientes, ligeros y muy corredores: tienen los cascos muy duros, pero muy estrechos: la cabeza muy ligera, pero demasiado pequeña: el cuello largo y entablado: y los remos muy largos. No obstante estos defectos pueden pasar por buenos Caballos, pues además de sus buenas cualidades, que van mencionadas, son infatigables, y corren con suma velocidad. Los tártaros viven en sociedad con sus Caballos, con corta diferencia, como los árabes: desde la edad de siete á ocho meses los hacen montar por muchachos, que á veces los pasean, y á veces los hacen correr á cortos escapes. De este modo les van enseñando poco á poco, y les hacen sufrir grandes dietas; pero los hombres no los montan para ir á sus correrías hasta los seis ó siete años, y entonces los esponen á fatigas increíbles como es caminar dos ó tres dias consecutivos sin hacer alto; pasar cuatro ó cinco sin mas sustento que un puñado de yerba cada ocho horas; estar al mismo tiempo veinte y cuatro horas sin beber, etc. Estos mismos Caballos que parecen, y que son en efecto tan robustos en su país, pierden su vigor transportados á la China y á la India; pero prueban bastante bien en Persia y en Turquía. Los pequeños tartaros tienen tambien una raza de Caballos que estiman tanto, que nunca permiten venderlos á extranjeros. En ellas se ven todas las buenas y malas cualidades de los Caballos de la gran Tartaria; lo cual es prueba de cuanto contribuyen unas mismas madres y una igual educación á dar á estos animales una misma índole. En Circasia y Mingrelia hay muchos Caballos que son aun mas hermosos que los de Tartaria, y en Valaquia, Polonia y Suecia se encuentran igualmente Caballos de buena estampa; pero no tenemos observaciones particulares de sus buenas calidades ni de sus defectos.

Si consultamos á los antiguos sobre la naturaleza y propiedades de los Caballos de los diferentes paises, hallaremos que los de Grecia, y señaladamente los de Tesalia y Epiro, tenian mucha fama, y eran excelentes para la guerra: que los de la Acaya eran los mayores que se conocían: que los mas hermosos de todos se criaban en grandísimo número, en Egipto, adonde Salomón enviaba á comprarlos á precio muy subido: que en Etiopia probaban mal los Caballos por el escesivo calor del clima: que la Arabia y la África producían los Caballos mas bien formados, y sobre todo los mas ligeros y á propósito para cabalgar y para la carrera; que los de Italia, y señaladamente los de la Pulla, eran también muy buenos; que en Sicilia, Capadocia, Siria, Armenia, Media y Persia habia Caballos excelentes, y recomendables por su ligereza y velocidad; que los de Cerdeña y Córcega eran pequeños, pero ardientes y atrevidos y que los de España se semejaban á los de los partos y eran excelentes para la guerra.

No son la Arabia, Berbería y Persia las únicas regiones en que se encuentran Caballos excelentes y hermosos: aun en los paises mas frios, con tal que no sean húmedos, se conservan estos animales mejor que en los climas muy calientes. Todos conocen la belleza de los Caballos daneses, y la bondad de los de Suecia, Polonia, etc. En Islandia, donde el frió es escesivo; y donde por único alimento se les suele dar pescado seco, son muy vigorosos, aunque pequeños, viéndose algunos que lo son en tal grado, que solo pueden servir para que los monten muchachos. Los Caballos son tan comunes en aquella isla, que los pastores guardan sus ganados á Caballo; pero su número no es gravoso, porque nada cuesta su manutención, pues los que no son necesarios se llevan á los montes, donde los dejan sus dueños el tiempo que quieren después de haberlos marcado; y cuando necesitan servirse de ellos, hacen una batida para juntarlos en un paraje, y les tienden lazos para cogerlos, lo cual de otro modo seria difícil por haberse hecho montaraces. Si algunas yeguas paren en los montes, sus dueños marcan los potros como los demás Caballos, y los dejan allí tres años. Estos Caballos de montaña, por lo común, son mas hermosos y atrevidos, y engordan mas que los que se mantienen en las caballerizas.

Los de Noruega casi no son mas grandes, pero su estatura, aunque pequeña, es bien proporcionada, por lo general son amarillos, y tienen una raya negra, estendida por todo lo largo del lomo; algunos son de pelo castaño, y los hay también de pelo gris. Estos Caballos son sumamente seguros, caminan con precaución por los senderos de las montañas escarpadas, y resbalan poniendo los pies de atrás debajo del vientre, cuando bajan por un terreno muy pendiente y liso. Saben defenderse de los Osos; y asi cuando un Caballo padre, que está con potros ó yeguas, divisa á aquel animal voraz, hace que se queden en un paraje, y él se adelanta en busca del enemigo, al cual maltrata con las manos, y por lo común le mata á golpes; pero si el Caballo quiere defenderse á coces, es perdido sin remedio, porque el Oso le salta sobre la espalda, y le oprime con tanta violencia, que al fin consigue ahogarle y devorarle.

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Biblioteca ilustrada de Gaspar y Roig.
Los Tres Reinos de la Naturaleza.
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Caballo. Mamíferos. Zoología. Paquidermos. Página 47. Tomo 2. Museo pintoresco de Historia Natural. Los tres Reinos de la Naturaleza. Mamíferos, Publicado a mitad del siglo XIX. Zoología o Reino Animal. Mamíferos. Buffon Historia Natural los Tres Reinos de la Naturaleza

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