Naturaleza de Aragón > Museo Pintoresco Historia Natural. > Tomo 2. Mamíferos
Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de octubre de 2023 última revisión
el bonete, que no es mas que un apéndice de la panza: esta membrana tirante comprime entonces, por consiguiente, con fuerza la yerba que contiene, la cual está poco masticada y apenas tronchada, y cuyo volumen se aumenta mucho con la fermentación: si el alimento estuviese líquido, esta fuerza de contracción le haria pasar al tercer estómago, que solo tiene comunicación con el otro por un conducto estrecho, cuyo orificio se halla además situado en la parte superior del primero, y casi tan alto como el del exófago, de suerte que este conducto no puede admitir el alimento seco, ó por lo menos no admite sino la parte mas resbaladiza de él; y por consiguiente es necesario que las partes mas secas vuelvan á subir al exófago, cuyo orificio es mas ancho que el del conducto: en efecto, vuelven á subir á él, y el animal las mastica de nuevo, las macera, las empapa nuevamente de su saliva, y así poco á poco hace mas resbaladizo el alimento, y le reduce á pasta, bastante líquida para que pueda introducirse por el conducto que tiene comunicación con el tercer estómago, donde todavía se macera antes de pasar al cuarto; y en este último estómago es donde se acaba la descomposición del heno, el cual se reduce alli un mucílago perfecto. La verdad de esta esplicacion se hallará confirmada, si se observa, que mientras estos animales maman, ó son alimentados con leche y otros alimentos líquidos, no rumian, y que rumian mucho mas en el invierno, y cuando los mantienen con alimentos secos, que en la estación del verano en que pacen la yerba tierna. En el Caballo, por el contrario; el estómago es muy pequeño, el orificio del esófago muy estrecho, y el del piloro muy ancho: esto solo bastaría para imposibilitarles el rumiar, pues el alimento contenido en este pequeño estómago, aunque comprimido quizá con mas violencia, que el grande de un Buey, no debe volver á subir, supuesto que puede bajar fácilmente por el píloro, que es muy ancho, y ni aun es necesario para entrar en él, que el heno esté reducido á pasta blanda y resbaladiza, porque la fuerza de contracción del estómago empuja hacia aquella parte el alimento aun casi seco, el cual no puede volver á subir al esófago por ser esto conducto pequeño comparado con el del piloro. De esta diferencia general de conformación, resulta por consiguiente, que el Buey rumia, y el Caballo no pueda rumiar; pero todavía hay en el Caballo una diferencia particular, por la cual no solo no puede rumiar, esto es vomitar sin esfuerzo, sino que absolutamente le es imposible vomitar por mas esfuerzos que haga; y consiste en que, (Ungiéndose muy oblicuamente el esófago del Caballo á su estómago, cuyas membranas forman un grueso considerable, este órgano forma en dicho grueso una especie de conducto tan oblicuo, que las convulsiones del estómago, en vez de abrirle, precisamente le deben cerrar mas. Aunque esta diferencia, igualmente que las demás diferencias de conformación que pueden observarse en el cuerpo de los animales, dependen todas de la naturaleza, cuando son constantes, con todo, en el desarrollo, y señaladamente en el de las partes moles, hay diferencias constantes en la apariencia, las cuales pueden variar, y efectivamente varían según las circunstancias. La gran capacidad de la panza del Buey, por ejemplo, no es enteramente obra de la naturaleza, por no ser así su conformación primitiva, sino que viene á ser tal sucesivamente y por el gran volumen de alimentos, pues en el ternero que acaba de nacer, y aun en el que todavía se mantiene de leche y no ha comido yerba, la panza, comparada con el cuajar, es mucho menor que en el Buey; de suerte que la gran capacidad de este solo proviene de la extensión que ocasiona el gran volumen de los alimentos; y de esto me he convencido por un experimento que me parece decisivo, y es el siguiente: hice alimentar dos corderos de una misma edad, y destetados á un mismo tiem-
mejor que si tuviese mas edad. La de este animal se conoce por los dientes y por las astas. Los primeros de adelante se le caen a los diez meses, y les suceden otros mas anchos, pero no tan blancos: á los diez y seis meses se le caen los dientes inmediatos á los de en medio, y nacen otros en su lugar; y á los tres años se renuevan los incisivos, los cuales son entonces iguales, largos y bastante blancos; pero conforme el Buey adelanta en edad, se le gastan, y se ponen negros y desiguales; y lo mismo sucede al Toro y á la vaca; de suerte, que ni la castración ni el uso alteran nada al incremento y la caida de los dientes. Las astas del Buey y de la vaca engruesan y crecen mas que las del Toro. El incremento de estas segundas astas no se hace de un modo uniforme, ni por un desarrollo igual: el primer año, esto es, el cuarto de la edad del Buey le salen unos cuernecillos puntiagudos, limpios, lisos, y terminados hacia la cabeza en una especie de rodete ó cordón: el año siguiente este rodete se aleja de la cabeza, impelido por un cilindro de asta, que nuevamente se ha formado, y que se termina también hacia la parte de la cabeza por otro rodete y así sucesivamente, pues mientras el animal vive, las astas crecen, y los rodetes llegan á ser unos nudos anulares, que se distinguen fácilmente en el asta, y por los cuales se puede contar la edad sin dilicultad alguna, dando tres años á la punta del cuerno hasta el primer nudo, y un año á cada uno de los intervalos entre los nudos restantes.
El Caballo come noche y dia con lentitud, pero casi continuamente: el Buey por el contrario, come de prisa, y toma en poco tiempo todo el alimento que necesita, después dé lo cual cesa de comer, y se echa para rumiar. Esta diferencia proviene de la diversa conformación del estómago de estos animales: el Buey, cuyos dos primeros estómagos forman un solo saco de gran capacidad, puede sin inconveniente llenarle en poco tiempo, y tomar de una vez mucha porción de yerba, para rumiarla después y digerirla á su espacio: el Caballo, que solo tiene un estómago pequeño, no puede recibir en él sino corta cantidad de yerba y llenarle sucesivamente, según esta se va comprimiendo y pasando á los intestinos, donde se hace principalmente la descomposición del alimento; pues habiendo observado en el Caballo y el Buey el producto sucesivo de la digestión, y sobre todo la descomposición del heno, se ha visto que este, al salir de la parte del vientre, que forma el segundo estómago llamado bonete, está reducido á una especie de pasta verde semejante á las espinacas cocidas y picadas: que bajo esta forma está detenido y contenido en los pliegues del tercer estómago, llamado libro: que la descomposición del heno es completa en el cuarto estómago llamado cuajar; y que las heces, por decirlo así, es lo que pasa ó los intestinos: en vez de que en el Caballo el heno casi no se descompone en el estómago ni en los intestinos, donde solamente se pone mas blando y flexible, como que ha sido macerado y penetrado del licor activo que le rodea: que llega al intestino ciego y al colon sin alteración notable; y que en estos dos intestinos, cuya extraordinaria capacidad corresponde á la del estómago de los Rumiantes; es donde principalmente se hace en el Caballo la descomposición del alimento, la cual nunca es tan completa como la que se ejecuta en el cuarto estómago del Buey.
Por estas consideraciones, y por la inspección de las partes mencionadas, parece fácil concebir cómo se ejecuta el acto de rumiar, y por qué el Caballo no rumia ni vomita, siendo asi que el Buey y los demás animales que tienen muchos estómagos, parece no digieren la yerba sino á fuerza de rumiar. El rumiar no es mas que una especie de vómito sin esfuerzo, ocasionado por la reacción del primer estómago sobre los alimentos que contiene. El Buey llena cuanto puede sus dos primeros estómagos, esto es la panza y
Índice de páginas y de contenidos, Índice de ilustraciones.Si quieres ampliar tu información sobre la naturaleza en Aragón puedes empezar recorriendo sus variados paisajes
Se puede empezar conociendo la fauna también la flora los hongos la geología de su territorio y el uso del agua en Aragón.
Para deleitar la vista, puedes fijarte en la colección de fotografías de animales pequeños
Puedes sumar cultura y naturaleza en sus Parques culturales
Para profundizar puedes estudiar la Historia Natural para avanzar en las ciencias naturales o su extenso Bestiario que se desarrolla en sus monumentos históricos.
Botanica |
Dinosaurios |
Ebro |
Moncayo |
Monegros |
Ordesa
Claves |
Indice Alfabético |
Libros |
Legislación |
Diccionario
Bueyes. Rumiantes. mamíferos. Zoología. Página 99. Museo Pintoresco Historia Natural. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Mamíferos. Mamíferos, Publicado a mitad del siglo XIX. Zoología o Reino Animal. Mamíferos. Buffon Historia Natural los Tres Reinos de la Naturaleza
Copyright 1996-2023 © All Rights Reserved Javier Mendivil Navarro, Aragón (España)
Aclaraciones o corregir errores por favor escríbenos
Aviso Legal. Esta actividad de la Asociación Cultural Aragón Interactivo y Multimedia (AIM) te presenta la riqueza natural de Aragón y el resto del mundo para que la consideres como un valioso patrimonio.
Para saber cómo utiliza Google la información de sitios web o aplicaciones de este sitio puedes visitar: Política de Cookies.