Bueyes. Rumiantes. mamíferos. Zoología. Página 97. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. en Aragón.
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Bueyes. Rumiantes. mamíferos. Zoología. Página 97. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2.

Museo Pintoresco Historia Natural. Tomo 2. Mamíferos

Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 21 de febrero de 2022 última revisión

la ligereza y flexiblidad de sus movimientos, y toda la grana de su postura y modo de caminar, cuando se le reduce á este trabajo penoso, para el cual se necesita mas constancia que ardor, mas mole que velocidad, y menos elasticidad que peso.

En las especies de animales de que el Hombre ha formado rebaños, y en que el objeto principal es la multiplicación, la hembra es mas necesaria y útil que el macho. El producto de la vaca es un bien que crece y se renueva á cada instante; la carne de la ternera es un alimento tan abundante como sano y delicado; la leche, el sustento de las criaturas: la manteca, el codimento dé la mayor parte de nuestros manjares; y el queso, la comida mas ordinaria de los habitantes del campo. ¡Cuántas familias pobres se hallan reducidas en el dia á vivir del producto de su vaca! Los mismos hombres que diariamente, y desde la mañana hasta la noche, gimen en el trabajo y están agoviados con el arado, no sacan de la tierra sino un pan morereno, y se ven obligados á ceder á otros la flor y la substancia de su grano, siendo por ellos y mas para ellos abundantes las cosechas. Estos mismos nombres, que crian y multiplican el ganado, que le cuidan y se afanan por él perpetuamente, no se atreven á gozar del fruto de sus desvelos; la carne de este ganado es un alimento de cuyo uso se privan por necesidad, quedando reducidos por su situación, esto es, por la inhumanidad de los demás hombres, á vivir, como los Caballos, de cebada y de avena, ó de legumbres groseras y de suero.

También puede aplicarse la vaca al arado; y aunque no de tanta fuerza como el Buey, no deja de suplir por él muchas veces; pero cuando se la quiere emplear en este trabajo, es necesario cuidar de uncirla con un buey de corpulencia y fuerza igual á la suya, en cuanto sea posible, ó con otra vaca, á fin de conservar la igualdad del tiro, y mantener el arado en equilibrio entre estas dos potencias, por depender de la igualdad dé ellas el que la labor de la tierra sea mas regular y fácil. Muchas veces se emplean seis y aun ocho Bueyes en los terrenos duros, y sobre todo en los que se rompe de nuevo, en los cuales se levantan terrones muy grandes, al paso que dos vacas son suficientes para labrar los terrenos movibles ó flojos y areniscos. También en estos terrenos ligeros se puede hacer el surco mucho mas largo que en las tierras fuertes. Los antiguos habian ceñido á la longitud de 120 pasos la mayor extensión del surco que el Buey debia hacer por una continuidad no interrumpida de esfuerzos y movimientos; después de lo cual decían, es necesario cesar de escitarle, y dejarle tomar aliento por algunos momentos antes de continuar el mismo surco, ó empezar otro; pero los antiguos ponían sus delicias en el estudio de la agricultura, y se gloriaban de labrar por sí mismos, ó á lo menos de favorecer al labrador, y de ahorrar trabajo al labrador y al Buey; y entre nosotros, los que mas gozan de bienes de la tierra, son los que menos saben apreciar, fomentar y sostener el arte de cultivarla.

El Toro sirve principalmente para la propagación de la especie; y aunque también se le puede someter al trabajo, no hay tanta seguridad de su obediencia, y es necesario precaverse del uso que puede hacer de su fuerza. La naturaleza ha hecho á este animal indócil y fiero: en el tiempo en que está en celo, es indomable, y á veces está furioso; pero la castración destruye el origen de sus movimientos impetuosos, sin quitarle nada de su fuerza, haciéndole mas grueso, mas macizo, pesado y propio para el trabajo á que se le destina, y con ella viene á ser mas tratable, paciente y dócil, y menos incómodo para los demás: una manada de Toros es un rebaño difícil de sujetar y conducir.

El modo de hacer esta operación es bastante sabido de las gentes del campo: sin embargo hay en esto usos muy diferentes, cuyos diversos efectos no se han observado bastante.

En general, la edad mas oportuna para la castración es la que precede inmediatamente á la pubertad, la cual, para el Buey es á los 18 meses ó dos años: casi todos los que se castran antes de este tiempo; perecen sin embargo, los ternerillos á quienes se quitan los testículos poco después de nacidos, y que sobreviven á esta operación, tan peligrosa en aquella edad, se hacen Bueyes mayores, mas fornidos y gordos que los que se castran á dos, tres, ó cuatro años; pero estos parece conservan mas vigor y actividad, y los que no sufren la castración hasta la edad de 6, 7 ú 8 años no pierden casi nada de las propiedades del sexo masculino, pues son mas impetuosos é indóciles que los demás Bueyes, y en el tiempo en que las vacas están en celo, solicitan juntarse con ellas; lo cual se debe impedir cuidadosamente, pues la cópula, y aun el solo contacto del Buey, ocasiona en la vulva de la vaca especies de carnosidades ó de berrugas que es forzoso destruir y curar aplicando un hierro candente.

La primavera es la estación en que comunmente entran en celo las vacas cuya mayor parte, reciben al Toro, y quedan preñadas, desde el 5 de abril hasta el 15 de junio; pero no deja de haber muchas cuyo calor es mas tardio, ó mas temprano. Las vacas están preñadas 9 meses y paren á principio del décimo, de suerte que hay muchas terneras desde 15 de enero hasta 15 de abril, y también en abundancia todo el verano, siendo el otoño el tiempo de la mayor escasez. Los signos del calor de la vaca no, son equívocos, pues entonces muge mas frecuentemente y con mayor violencia que en los demás tiempos: salta sobre las vacas, los Bueyes, y aun sobre los Toros, y su vulva está hinchada y entumecida por la parte exterior, y es preciso aprovechar este tiempo para darla el Toro, pues si este ardor se deja disminuir, la vaca no retendría con tanta seguridad.

El Toro padre debe ser escogido, como el Caballo padre, éntre los mas hermosos de su especie, debe ser corpulento, bien formado, y de buenas carnes, y tener los ojos negros, el mirar fiero, la frente ancha, la cabeza corta, las astas gruesas, pero pequeñas y negras, las orejas largas y velludas, el hocico grande, la nariz corta y recta, el cuello grueso y carnoso, el pecho y las espaldas anchas, el lomo firme y recto, las piernas gruesas, larga y bien poblada la cola, el paso firme y seguro, y el pelo rojo. Las vacas suelen retener desde la primera, segunda ó tercera vez, y luego que están preñadas, el Toro rehusa cubrirlas, aunque conserven aun alguna apariencia de calor; pero ordinariamente el calor cesa casi al mismo tiempo que las vacas han concebido, y ellas mismas rehusan también al Toro.

Las vacas están bastante espuestas á abortar si las ponen al arado, al carro, etc., y por esto, cuando están preñadas, es necesario cuidarlas mas que en otros tiempos procurando que no salten vallados, fosos, etc., y también tenerlas en los pastos mas jugosos, y en terreno que, sin ser demasiadamente húmedo y pantanoso, abunde sin embargo en yerba. Seis semanas ó dos meses antes que paran se las suministrará mas alimento del ordinario, dándolas en el establo yerba durante el verano y por las mañanas, en el invierno, salvado, alfalfa, mielgas, etc. Igualmente se deberá cesar de ordeñarlas en el mismo tiempo, pues entonces necesitan mas que nunca la leche para nutrimento de su feto, aunque hay vacas, cuya leche desaparece absolutamente un mes ó seis semanas antes que paran: las que la conservan hasta los últimos dias son las mejores madres y las mejores criadoras; pero, por lo común, la leche de estos últimos tiempos es de mala calidad y escasa. El mismo cuidado se necesita en el parto de la vaca, que en el de la yegua, y aun parece que debe ser mayor, pues la vaca que está de parto se manifiesta mas fatigada que la yegua; y es indispensable enton-

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Bueyes. Rumiantes. mamíferos. Zoología. Página 97. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Mamíferos, Publicado a mitad del siglo XIX. Zoología o Reino Animal. Mamíferos. Buffon Historia Natural los Tres Reinos de la Naturaleza

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