Caballo. Paquidermos. Mamíferos. Zoología. Tomo 2. Página 45. Museo pintoresco de Historia Natural. Los tres Reinos de la Naturaleza. en Aragón.

Caballo. Paquidermos. Mamíferos. Zoología. Tomo 2. Página 45. Museo pintoresco de Historia Natural. Los tres Reinos de la Naturaleza.

Museo Pintoresco Historia Natural. Tomo 2. Mamíferos

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

Los Caballos holandeses son muy buenos para coches, y su uso es muy común en Francia: los mejores se conducen de la provincia de Frisia, aunque también los hay muy buenos en el país de Bergues y de Juliers. Los Caballos flamencos son muy inferiores á los holandeses, teniendo casi todos la cabeza abultada, las piernas espuestas á cargarse, y siendo palmitiesos, cuyos dos últimos defectos son muy capitales en los Caballos de coche.

En Francia hay Caballos de toda especie, pero son pocos los buenos, y los mejores de silla son los de Limoges, los cuales son bastante semejantes a los berberiscos y como ellos, excelentes para la caza, pero son tardos en crecer, y es necesario tratarlos con mucha cuidado en su juventud, y aun no servirse de ellos hasta la edad de ocho años. También hay muy buenas jacas en Auvernia, en Poitou, y en Morvant en Borgoña; pero después de Limoges, la Normandía es la que da mejores Caballos, pues, aunque no tan buenos para la caza, son mejores para la guerra, mas robustos, y se forman mas temprano. De la baja Normandia y del país de Coutances se sacan muy hermosos Caballos de coche, mas ligeros y de mas aguante que los de Holanda: el Franco-Condado y el Bolones producen excelentes Caballos de tiro. En general, los Caballos franceses tienen un defecto diametralmente opuesto al de los berberiscos, que es tener las espaldas demasiado gruesas.

Habiendo hecho la descripción de los Caballos que conocemos mejor, referiremos lo que dicen los viajeros de los Caballos extranjeros, de que tenemos poca noticia. En todas las islas del Archipiélago se crian muy buenos Caballos: los de la isla de Creta eran famosos entre los antiguos por su velocidad y agilidad; pero en el dia se hace muy poco uso de ellos en el país mismo á causa de lo muy escabroso del terreno, que casi por todas partes es muy montuoso y desigual: siendo de notar que los bellos Caballos de las islas mencionadas, y aun los de Berbería, son de raza árabe. Los caballos naturales del reino de Marruecos son mucho mas pequeños que los árabes, pero ligerísimos y muy vigorosos. Shaw pretende que las casas de monta de Egipto y de Tingitania son superiores á todas las de los países comarcanos, siendo así que, cosa de un siglo ha, se hallaban Caballos de igual bondad en todo el resto de la Berbería. La excelencia de estos Caballos consiste, según este autor, en no cansarse nunca, y en mantenerse quietos cuando el caballero se apea ó deja caer la brida. Todos ellos tienen grán paso y un galope rápido; pero no se les deja trotar, ni marchar entre paso y trote, porque los habitantes del país reputan estas marchas del Caballo por movimientos groseros y poco nobles. Añade el mismo autor que los Caballos de Egipto son superiores á todos los demás por su corpulencia y belleza; pero estos Caballos de Egipto, como la mayor parte de los de Berbería, proceden de Caballos árabes, los cuales son, sin ninguna contradicción, los primeros y mas hermosos Caballos del mundo.

Según Mármol, ó por mejor decir, según León Africano (pues Mármol le copió en esto casi á la letra) los Caballos árabes proceden de los Caballos silvestres de los desiertos de Arabía, de los cuales se hicieron en la antigüedad castas que los han multiplicado tanto, que toda Asia y África están llenas de ellos. Estos Caballos son tan ligeros, que algunos se adelantan á los Avestruces en la carrera. Los árabes del desierto y los pueblos de Libia crian gran número de estos Caballos para la caza, no sirviéndose de ellos para viajar ni para la guerra : cuando hay yerba los echan á pacer; y cuando esta falta, no les dan mas alimento que dátiles y leche de camella, con cuyo sustento se hacen nervudos, ligeros y enjutos. Los mismos árabes ponen lazos á los Caballos silvestres, y comen su carne, que dicen es muy delicada, cuando es de potros. Estos Caballos silvestres son mas pequeños que los domésticos, y comunmente de pelo ceniciento, aunque también los hay blancos, y tienen muy cortas y erizadas las crines y las cerdas de la cola. Otros viajeros nos han dado relaciones curiosas con respecto á los Caballos árabes, de las cuales solo referiremos aqui los principales hechos.

No hay árabe, por pobre que sea, que, no mantenga Caballos; pero ordinariamente no montan sino en yeguas, por haberles enseñado la esperiencia, que estas resisten mejor que los Caballos la fatiga, el hambre y la sed, y porque son también menos viciosas y de mejor índole, y relinchan con menos frecuencia que los Caballos. Por lo mismo las acostumbran de tal modo á estar juntas, que á veces gran número de ellas pasan en libertad, sin maltratarse unas á otras, ni hacerse ningún mal. Los turcos, por el contrario, no gustan de las yeguas, y los árabes les venden los Caballos que no quieren guardar para padres. Los mismos árabes conservan con gran cuidado, y desde tiempos muy remotos, los nombres de sus Caballos; conocen sus generaciones, alianzas, y toda su genealogía; y distinguen las razas con nombres diferentes, formando de ellas tres clases: la primera es la de los Caballos nobles: de raza pura, y antigua por los dos costados; la segunda, de los Caballos de raza antigua, pero que se han mezclado con otra desigual; y la tercera, de los Caballos comunes. Estos se venden á bajo precio; pero los de la primera clase, y aun los de la segunda, entre los cuales se encuentran Caballos tan buenos como los de la primera, son sumaríente caros. Nunca hacen cubrir las yeguasde laprimera clase noble, sino por padres de la misma calidad. Un dilatado habitóles hace conocer todas las razas de sus Caballos, y los de sus vecinos, y el nombre, sobrenombre, pelo, señales, etc., de cada uno. Cuando no tienen Caballos padres de raza noble, los piden prestados á sus vecinos, mediante algún dinero, para hacer cubrir sus yeguas, lo cual se ejecuta en presencia de testigos, quedan un certificado del acto, firmado y sellado ante el secretario del Emir, ú otra persona pública, y en este certificado se espresan los nombres del Caballo y de la yegua, y se refiere toda su genealogía. Luego que pare la yegua, se vuelven á llamar testigos,y se forma otro instrumento en que se hace la descripción del potro que acaba de nacer, con expresión del dia de su nacimiento. Estos documentos dan el precio á los caballos, y se entregan á los compradores. Las yeguas mas ínfimas de esta primera clase valen seis mil reales, y hay muchas que se venden por doce, diez y seis, veinte y veinte y cuatro mil reales. Como toda la habitación de los árabes se reduce á una tienda de campaña, ésta les sirve también de caballeriza, y en ella duermen la yegua, el potro, el marido, la mujer y los hijos, todos mezclados. Allí se vé á los niños echados sobre el cuerpo ó sobre el cuello de la yegua ó del potro, sin que estos animales los ofendan ni incomoden, de suerte que parece no se atreven á moverse por temor de hacerles mal: estando estas yeguas tan acostumbradas á vivir familiarmente, que sufren toda especie de retozo. Los árabes no las castigan nunca, las tratan con mucha blandura, hablan y discurren con ellas, las cuidan con grande esmero, las dejan ir siempre á su paso, y nunca las espolean sin necesidad; pero en el instante que se sienten tocar el lujar con el ason del estribo, parten repentinamente, y corren con velocidad increíble, sin que haya vallados ni zanjas que no salten con tanta ligereza como las ciervas; y si el ginete llega á caer, están enseñadas tan bien, que se paran de repente, aun en la carrera mas rápida. Todos los Caballos de los árabes son de mediano cuerpo, muy sueltos, y antes enjutos que gruesos: limpianlos mañana y noche con mucha puntualidad, y con tanto cuidado, que no les dejan la mas leve inmundicia sobre la piel: lávanles las piernas, la crin y la cola, y á

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Caballo. Paquidermos. Mamíferos. Zoología. Tomo 2. Página 45. Museo pintoresco de Historia Natural. Los tres Reinos de la Naturaleza. Mamíferos, Publicado a mitad del siglo XIX. Zoología o Reino Animal. Mamíferos. Buffon Historia Natural los Tres Reinos de la Naturaleza

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