Caballos. Mamíferos. Página 39. Museo pintoresco de Historia Natural. Tomo 2. Zoología en Aragón.

Caballos. Mamíferos. Página 39. Museo pintoresco de Historia Natural. Tomo 2. Zoología

Museo Pintoresco Historia Natural. Tomo 2. Mamíferos

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

uso á los Caballos de tiro y á los bastos, que ordinariamente se hallan ya formados antes de la edad en que lo están los Caballos tinos; pues para estos es preciso esperar hasta los seis años, y aun hasta los siete para los buenos Caballos padres españoles. Las yeguas pueden tener un año menos: entran comunmente en calor en la primavera, desde fines de marzo hasta últimos de junio; pero el fiempo del mayor calor solo dura quince dias, ó cuando mas, tres semanas, y es preciso estar con cuidado en aprovechar este tiempo para echarlas el Caballo padre, el cual debe ser muy escogido, hermoso, bien hecho, erguido de la parte anterior, vigoroso, sano de todo el cuerpo, y principalmente de buena raza y de buen país. Para tener hermosos Caballos de silla, finos y bien hechos, es necesario proveerse de buenos Caballos padres: los árabes, los turros, los berberiscos y los andaluces deben ser preferidos á todos los demás; y á falta de estos, se puede echar mano de los buenos Caballos ingleses, por proceder estos de los primeros, y no haber degenerado mucho. á causa de ser escelente el pasto en Inglaterra, y haberse tenido allí gran cuidado de renovar las razas. Los Caballos padres de Italia, y señaladamente los de Napóles, son también muy buenos, y tienen la doble ventaja de producir Caballos finos de silla cuando se les dan yeguas tinas, y buenos Caballos de coche cuando les proporcionan yeguas de buenas anchuras y tamaños. Algunos pretenden que en Francia, en Inglaterra etc. los caballos árabes y los berberiscos engendran ordinariamente Caballos mayores que ellos, y que por el contrario, los Caballos españoles los producen mas pequeños. Para tener buenos Caballos de coche es necesario servirse de Caballos padres napolitanos, daneses ó de algunos parajes de Alemania y Holanda, como de Holstein y de Frisia. Los padres deben ser de buena marca, esto es, de siete cuartas y cuatro, cinco ó seis dedos para los Caballos de silla, y de siete ruartas y nueve dedos alo menos, páralos de coche. También es necesario que los caballos padres sean de pelo de buen color, como negro morcillo, hermoso gris, bayo, alazán, isabela ó perlino dorado con raya de mulo, y las crines y extremidades negras. Todos los pelos de color deslavado y que parece mal teñido, deben ser desterrado de las casas de monta, como también los Caballos que tienen blancos los extremos. Además de un hermoso exterior, debe tener el Caballo padre las buenas cualidades interiores de valor, docilidid, ardor, agilidad, sensibilidad en la boca, libertad en las espaldas, seguridad en las piernas, flexibilidad en las ancas , elasticidad en todo el cuerpo, y sobre todo en los corvejones, y debe también haber sido algo adiestrado y ejercitado en el picadero. Entre todos los animales el Caballo es el que ha sido observado con mas diligencia, y se ha notado que, por la generación, comunica todas sus buenas y malas cualidades, naturales y adquiridas. Un Caballo que naturalmente es mollino, ó mal acondicionado, espantadizo, terco ó reacio, etc. produce potros de la misma índole; y como los defectos de conformación, y los vicios de los humores se perpetúan aun mas seguramente que las cualidades de la índole, debe tenerse gran cuidado en que los Caballos padres no sean mal formados, mocosos, faltos de respiración, lunáticos, etc.

En estos climas, la yegua contribuye menos que el Caballo á la hermosura del potro, aunque quizá contribuye mas á su temperamento y corpulencia; por lo cual conviene que las yeguas sean de buen tamaño, ventrudas y buenas criadoras. Para tener hermosos Caballos finos, se prefieren las yeguas españolas y las italianas, y para Caballos de coche las de Inglaterra y Normandía: sin embargo, siendo buenos los padres, las yeguas de todos los países podrán dar Cavallos hermosos, con tal que ellas mismas

del Caballo. Los viejos tienen ordinariamente las cuencas hundidas; pero este indicio es equívoco, pues hay Caballos jóvenes, hijos de padres viejos, que las tienen igualmente hundidas; y así el conocimiento mas seguro de la edad se debe tomar del examen de los dientes. El Caballo tiene cuarenta, á saber: veinte y cuatro muelas, cuatro dientes caninos ó colmillos, y doce incisivos; las yeguas carecen de dientes caninos, ó los tienen muy pequeños; las muelas no sirven para conocer la edad, de la cual se debe juzgar por los dientes de delante, y después por los caninos. Los doce dientes anteriores empiezan á brotar á los quince días de nacido el potro; y estos primeros dientes son pequeños, redondos, poco sólidos, y se caen en diferentes tiempos, naciendo otros en su lugar. Los cuatro de delante; á saber, dosde la quijada superior y dos de la inferior, son los primeros que secaen á los dos años y medio: de allí i un año se caen otros cuatro, uno de cada lado de los primeros que están va reemplazados, á los cuatro años y medio, con corta diferencia, secaen otroscuatro, siempre á los lados de los que cayeron y han vuelto á nacer; á estos cuatro dientes de leche suceden otros cuatro, que no crecen con tanta prontitud como los que sucedieron á los ocho primeros; y estos cuatro últimos dientes, llamados los extremos, y que han reemplazado á los cuatro últimos de leche, son los que manifiestan la edad del Caballo. Estos dientes se conocen fácilmente, pues son los terceros, así de la quijada superior como de la inferior, contando desde el medio de la extremidad dé la quijada, y tienen un hoyo con una señal negra en su concavidad, llamada tintero; á los cuatro años y medio, y aun á los cinco años, apenas sobresalen de la encia, y el hoyo es muy perceptible; á los seis años y medio empieza el hoyo á llenarse, y la señal negra á disminuirse v estrecharse cada vez mas hasta los siete y medio ú ocho años, en que el hoyo está enteramente lleno, y disipada la señal. Pasados los ocho años, no pudiéndose conocer ya la edad por los dientes referidos, se buscan los indicios en los caninos. Estos cuatro dientes están á los lados de los que acabamos de nombrar; y ni ellos ni las muelas han sido precedidos de otros dientes ni muelas que se hayan caído. Los dos caninos de la quijada inferior son los primeros de esta especie que nacen ordinariamente á los tres años y medio, y los dos de la quijada superior á los cuatro años, siendo unos y otros muy agudos hasta los seis años. A la edad de diez, los de arriba se muestran ya embotados, gastados y largos, por estar descarnados y haberse retirado la encia con la edad; de suerte que, cuanto mas largos son, tanto mayor es la edad del Caballo. Desde los diez hasta los trece ó catorce años hay pocos indicios de la edad del animal; pero entonces empiezan á encanecerse algunos pelos de las cejas; bien que este indicio es no menos equívoco que el de las cuencas hundidas, pues hay Caballos hijos de padres ó madres viejas, que tienen pelos blancos en las cejas desde la edad de nueve ó diez años. Algunos Caballos hay, cuyos dientes son tan duros que nunca se gastan, y en los cuales la señal negra subsiste sin borrarse nunca; pero estos Caballos llamados denticonejunos, son fáciles de conocer por la concavidad de los dientes, que está absolutamente llena; y también por lo largo de los dientes caninos: siendo de advertir que se encuentran mas yeguas que Caballos denticonejunos. También se puede conocer, aunque con menos seguridad, la edad de un Caballo por los surcos del paladar, los cuales van desapareciendo conforme va envejeciendo el animal.

Desde la edad de dos años, ó dos y medio, está el potro en estado de engendrar, y las potrancas, como todas las demás hembras, se hallan en el mismo estado antes que los machos; pero estos caballos jóvenes solo producen potros mal formados ó de mala constitución. Es necesario que el Caballo tenga cuatro años, á lo menos, ó cuatro y medio, antes de permitirle el uso de la yegua, y aun entonces solo se concederá su

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Caballos. Mamíferos. Página 39. Museo pintoresco de Historia Natural. Tomo 2. Zoología Mamíferos, Publicado a mitad del siglo XIX. Zoología o Reino Animal. Mamíferos. Buffon Historia Natural los Tres Reinos de la Naturaleza

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