Naturaleza de Aragón > Museo Pintoresco Historia Natural. > Tomo 2. Mamíferos
Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión
Mamíferos. Paquidermos. 33
tante parecido á la concavidad en que está la médula; pero no se halló en él médula alguna inmediatamente después de muerto el animal, sino un cuerpo muy duro en que se creyó ver alguna sangre.
El ancho del pié anterior es igual á su longitud, que es de doce pulgadas y ocho líneas; la planta del posterior es algo mas pequeña, pues tiene once pulgadas y cuatro líneas en ambas dimensiones. Estos pies son á propósito para nadar, pues sus dedos pueden moverse, acercarse unos á otros, y doblarse hacia abajo: las uñas son algo cóncavas, como las pezuñas de los demás animales; la planta del pié viene á ser una suela muy dura, separada de los dedos por una especie de canal profunda; y no es horizontal sino un poco oblicua, como si el animal, al caminar, hubiese cargado mas sobre un lado del pié que sobre el otro, por lo cual los tiene todos algo torcidos hacia fuera; lo corto de las piernas y la flexibilidad de sus articulaciones le facilitan el aplicarlas y apretarlas contra el cuerpo, proporcionándole también los movimientos necesarios para nadar. Mr. Gordon, ayudado de algunos hombres, hizo rodar fuera del agua, como un tonel, un Hipopótamo grande, en un terreno llano, sin que las piernas sirviesen de mucho obstáculo.
Aunque los Hipopótamos pasan parte de su vida en el agua, no obstante tienen cerrado el agujero oval; y el mayor diámetro de su corazón, cuando el animal ha adquirido todo su incremento, es de un pié y dos pulgadas.
Haciendo abrir Mr. Gordon muchos Hipopótamos, así jóvenes como adultos, se aseguró de que estos animales no tienen mas de un estómago, y no rumian, sin embargo de sustentarse solamente de yerba, la cual espelen en sus escrementos, en pelotones y mal digerida.
Cuando los Hipopótamos se encuentran en el fondo del agua, procuran evitarse, pero en tierra les sucede frecuentemente reñir de un modo terrible, por lo cual son muy pocos los que no tienen rotos algunos dientes, ó algunas cicatrices en el cuerpo, como se ve en las estampas, pues cuando riñen se ponen de pié, y en esta situación se muerden.
En los parajes en que se les inquieta poco, no son tímidos, y cuando se les dispara, vienen á ver lo que es; pero cuando han esperimentado el efecto de las armas de fuego, huyen de los hombres trotando como los puercos, y algunas veces galopan, aunque siempre pesadamente.
Con todo, para que un hombre pueda seguirlos, es preciso que camine muy aprisa. Mr. Gordon acompañó á uno cierto espacio; y sin embargo de que caminaba con mucha ligereza, si la distancia hubiese sido mayor, el Hipopotamo le hubiera dejado atrás.
Tuvo razón Mr. de Buffon en dudar de lo que algunos viajeros refieren de las hembras de los Hipopótamos, relativamente que paren tres á cuatro hijos. Aquel autor se fundó en la analogía para tener este hecho por sospechoso, y la observación ha demostrado ser falso. El capitán Gordon vio abrir muchas hembras preñadas, y nunca hallo mas que un solo feto. Este feto que estaba casi enteramente formado, tenia de largo tres pies, ocho pulgadas y cuatro líneas: el cordon umbilical estaba sembrado de pequeños glóbulos de color rojo: sus uñas eran blandas y elásticas: se le podían percibir ya los dientes; y sus ojos tenían casi su forma y tamaño naturales. Luego que nace un Hipopótamo, su instinto le obliga á correr al agua, y á veces se pone en ella sobre el lomo de la madre.
La carne del Hipopótamo es muy agradable al gusto, y muy sana; sobre todo, el pié asado es manjar delicado, igualmente que la cola. Cuando se hace cocer su tocino sube á la superficie una grasa de que gustan mucho los naturales del país, y que es un remedio muy estimado en el Cabo, donde á la verdad exageran sus virtudes.
Hippopotamus senegalensis (Desmoul.)
Por lo regular es mas pequeño que el precedente, del cual apenas se diferencia mas que por ciertos caracteres anatómicos. Tiene los caninos constantemente mas gruesos, y el plano en que por lo común se gastan, es mucho mas inclinado; la escotadura del ángulo costal del homóplato, apenas es visible. Habita principalmente en Guinea, y suministra el mejor marfil.
Solo tienen aparentemente un dedo y un solo casco en cada pié, aunque hay á cada lado en sus metatarsos y metacarpos pequeñas eminencias, que representan los dedos laterales. En este lugar solo tenemos que estudiar el
GÉNERO CABALLO.
Equus [Lin.)
Tienen los animales de este género cuarenta y dos dientes; á saber, seis incisivos en cada mandíbula, separados de las muelas por un espacio intermedio; catorce muelas arriba y doce abajo, con corona cuadrada, señalada con muchos repliegues de esmalte. Tienen dos tetas inguinales.
Equus caballus (Lin.)
Nunca ha hecho el Hombre conquista mas noble que la de este fiero y fogoso animal, que parte con él las fatigas de la guerra y la palma de los combates; que, tan intrépido como su dueño, ve el peligro y le arrostra : y se acostumbra al estruendo de las armas, y se complace en él, le busca, y se anima con el mismo ardor que el ginete; que participa de sus placeres, brillando y centelleando, ya en la caza, y ya en la carrera
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Paquidermos. Mamíferos. Página 33. Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 2. Zoología Mamíferos, Publicado a mitad del siglo XIX. Zoología o Reino Animal. Mamíferos. Buffon Historia Natural los Tres Reinos de la Naturaleza
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