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FAMILIA DE LOS TEUFIAS.
He aquí una familia enteramente compuesta de pe-ees exóticos, y que siendo tan numerosa en la actualidad apenas suministró ocho ó diez especies á los metodistas de fines del último siglo, y aun estas se hallaban involucradas en diferentes géneros sin consideración á las naturales afinidades que presentan entre sí. Gronovio habia sin embargo establecido un género que en su concepto comprendía los que hoy se conocen por los nombres de acanturos y amfaeantos, y que en realidad contenia una especie del uno y del otro.
El nombre de Hepatus que le dio aquel naturalista se aplicaba entre ¡os antiguos á un pez del Meditarrá-neo difícil de determinar, pero que ciertamente no pertenece á ninguna de las especies que estableció Gronovio; pues las dos son procedentes del Océano de la India.
Linneo adoptó ese género, cambiando únicamente su i nombre en el de Teutis, mucho mas oportuno, como que es el nombre griego del calamar, loligo. Denominó teutisjavus, la especie que Gronovio llamaba an-facanto y teutis hepatus al acanturo. El puesto que adjudicó á esos teutis entre los siluros, y los loricados no fue conveniente y basta podría dudarse que de la posición de los ventrales pueda tomarse argumento 1 suficiente para colocarlos entre los abdominales. Por otra parte que no se hizo bien cargo de sus analogías teniendo presente que entre sus quetodontes dejó muchas especies enteramente semejantespor sus caracteres al teutis hepatus.
Forskal fue el primero á quien debe adjudicarse el mérito de haber mediante la observación reproducido los verdaderos caracteres y relaciones de mucbos de estos peces formando dos géneros, que son el de los liganos, que comprende teutis javus y el de los acanturos que abrazan el teutis hepatus en el cual incluyó también los nasones Forster sin conocer ó sin fijar su
atención en los trabajos de Forskal dio el nombre de harpurus al género que este habia denominado acanturo; pero Bloch y Lacépéde han seguido con preferencia esta última nomenclatura.
Por lo tocante á los siganus es de advertir que los metodistasse olvidaron de cuanto Forskal habia dicho acerca de ellos. Commerson los reprodujo con el nombre de ímro, Houttuyn con el de eentrogaster y Bloch con el de anifacantus; este último ictiólogo fue el que en su Sistema postumo dio á conocer la identidad de unos peces tan diversamente denominados.
Desde Foskal los monoceros de Bloch, ó sea nasones de Lacépéde han sidojustamente separados de los acanturos, y Lacépéde añadió á esos géneros los que él habia designado con los nombres de prionuros y aspiraros; pero este último no se funda mas que en un error de hecho.
A estos géneros de amfaeantos, acanturos, prionuros y nasones que adoptó Mr. Valencienues, hay que unir otros tres que se colocan á continuación de estos últimos, pero con caracteres propios y con los axinuros los priodontes y los queris, de todos los cuales el citado continuador de esta historia formó un grupo que podría muy bien ser considerado por los naturalistas como subordinado á la gran familia de los escomberoideos sin faltar á ninguna de las afinidades naturales. No hay que perder tampoco de vista que sus especies se alimentan según parece con preferencia de sustancias vegetales, según lo indican los restos hallados en su estómago y la anchura de sus intestinos.
Ademas todos presentan forma ovalada y comprimida ; una boca poco abierta no protractil; los dientes en una sola fila en cada mandíbula, y el paladar y la lengua lisos; una sola dorsal y otras semejanzas que se comprenderán con mas facilidad después de haber estudiado en particular sus diversos géneros.
El cuerpo de este pez está cubierto de una piel lisa y satinada, en cuya superficie se ven diseminados muchos puntos que no son perceptibles al tacto. La linea lateral campea á lo largo de la quinta parte superior de la altura formando una curva semejante poco mas ó menos á la del dorso, pero aproximándose un poco hacia la extremidad. Termina súbitamente antes de llegar á la parte de cola que está detrás de la dorsal y la anal. No hay escamas, ni quilla í lo largo de esta cola, y solo se echa de ver la ligera prominencia de las vértebras al través de la piel.
El dorso parece teñido de un culur aplomado que insensiblemente va cambiando en plateado, cuyo color brilla también vistosamente en los perfiles laterales de la cabeza, en los llancos y en el vientre. El dorso y la parte baja de la línea lateral se ven salpicados de manchas redondas nebulosas, negruzcas y bastante inmediatas. Lasaletas parecen ser de un gris amarillento y el largo radio de las ventrales es en parte plateado y en parte oscuro. A juzgarpor el diseño chino de que ya se ha hablado el aplomado seria en vida del individuo algo verdoso y las manchas algo violáceas.
El mayor individuo que Cuvier tuvo ocasión de ver tenia seis pulgadas y media de longitud por cuatro de altura y era procedente de Java. En su estómago se encontraron escamas delgadas, plateadas y brillantes como las de los clupeas.
comprimidoV prolongado una tercera parte de la'lon-gitud total; los demás son extremadamente cortos. La dorsal principia unpnco masallá del centro de la línea del dorso sin estar precedida de ninguna espina lilire: sus radios son cuarenta y cuatro ó cuarenta y cinco, los cuatro primeros espinosos, pero débiles , el primero es muy curto, y los demás van creciendo basta el cuarto que es el mas alto, pero no pasa de una quinta parte de la altura del cuerpo; en seguida van en disminución hasta el trece ó catorce después del cual todos son casi iguales y muy cortos. La anal principia cerca de las ventrales, no estando separada de ellas mas que por el ano. Tiene treinta y un radios, todos muy cortos, muy comprimidos y cuyas ramas se esparcen en forma de pequeños abanicos tan anchos como largos y casi enteramente envueltos en la continuación de la piel del vientre, de modo que mas bien que aleta representan una franja de festones. La caudal es ahorquillada y tiene sus dos lóbulos muy separados, siendo la largura de cada uno como la tercera parte del resto del cuerpo, y la distancia de una á otra de sus puntas como una cuarta parte superior á su longitud. Tiene como generalmente sucede diez y siete radios enteros , pero los de la base son considerables. La longitud del último constituye las dos terceras partes del primer radio entero, los demás siguen en disminución.