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á repetirlo y eonlirmarlo Mr. Risso , asegurando que la carne del pez en cuestión , es de poco sabor y exhala continuamente un olor malo. Los señores Rondelet ni Willughby, no dijeron una palabra sobre este particular.
No incluyó el continuador de esta historia entre los nombres vulgares que se dan á esle pez el de verrat, •lado por Mr. Risso , ni el de capro arizzato , mencionado por Ralinesque , denominaciones que indudablemente se han derivado en los tiempos modernos de la palabra latina aper.
género
LAMPRIS, SCULA Y IttENÉ.
Los zeos de que se va á hablar á continuación, forman la segunda sección de la quinta tribu de los escomberoideos , y no tienen mas que una sola dorsal.
El primer género de este grupo está fundado en un pez de nuestras costas; pero no se encuentra en ellas ninguna especie de los otros dos géneros, que pertenecen exclusivamente á los mares de la India Oriental.
de los lampris y en particular del lampris manchado ó crisotosis. llamado también pez luna.
(Lampris guttatus, Retzius.)
Cosa es por cierto extraña el que un pez tan hermoso y tan grande como el lampris, y que por añadidura no es nada raro en nuestros mares, haya tardado tanto en ser descrito, y sobre todo que los diversos autores que se han ocupado en su descripción, lo hayan hecho con tan poco conocimiento de sus respectivos trabajos.
El pez á que nos referimos aparece en las costas de Francia, procedente según se cree de las aguas del Norte , y solo desde muy poco tiempo á esta parte , se sabe que penetra también en el Mediterráneo. En las inmediaciones de Leish (puerto de Edimburgo), cogieron uno en 1750 que fue descrito en las Transacciones Qlosóficas por el doctor Mortiner , acompañándole con un diseño que ha sido copiado con bastante frecuencia. Cierto principe que en aquellos momentos se hallaba en Inglaterra, presumió reconocer la especie, y dijo que en su país (Anamaboo) lo llamaban Opah, y los ingleses residentes en aquellas costas Iiing-fiscli, esto es, pez real. A ese príncipe negro es á quien debe la especie esos dos nombres , y por su autoridad se han conservado hasta nuestros dias ; masen concepto de Cuvier puede pensarse que el príncipe se engañó por la semejanza del pez en cuestión con algún otro de los de la zona tórrida.
Lo que es cierto es que nadie ha traído individuo alguno de esta especie de las regiones calientes del Atlántico. En setiembre de 1767 se encontró uno en la arena cerca de Beytb , (condado de Northumber-land.) El mismo año se cogió otro en la bahía de Filey no lejos de Scarborouhg en la costa del condado dé York , y en 1772 se pescó uno de los mayores que se han visto en Torbay (canal de la Mancha , costa meridional de Devomhire).
Mr. Faber nos dio á conocer el nombre vulgar que los habitantes de Islandia dan al lampris, nombre (gu-dlags), que en concepto de dicho autor es una corrupción de la palabra Gotteslachs (salmón de Dios), muy antiguo en aquel país , y que se refiere á la hermosura del pez.
El individuo descrito en la Memoria que Mr. Faber escribió sobre el particular, fue cogido en lssefjord en el golfo de Zelandia en abril de 1819, y llevado á Copenhague por bs pescadores que por de pronto cre-
yeron haber cogido un deltin en sus redes en vista del volumen que presentaba. Los anales irlandeses que con ese motivo consultó aquel naturalista, le dieron á conocer que en 1672 se habia pescado otro gu-dlags, y otros muchos en las mismas costas y en diversas épocas; pero según parece, esa especie no permanece constantemente cerca de la isla , pues Olafsen y otros viajeros mas modernos no hacen ninguna mención de ella , y Mr. Faber no encontró datos que le demostraran que llega mas al Norte avanzando cerca de las costas de Groelandia. Dice también el mismo autor que la carne del lampris es encarnada, semejante á la del salmón, y que goza de mucho aprecio entre los islandeses.
Cita también Mr. Nilson el lampris guttatus entre los peces de Noruega, pero como uno de los mas raros ni le cuenta, como .Mr. Faber, mas que seis radios en los oidos, aunque el autor de esta historia estaba bien seguro de haberle contado siete.
A lo que se acaba de decir acerca de los diversos sitios en que se pesca el lampris, hay que añadir que también se ha pescado en los alrededores de Havre en 1804, un hermoso individuo que es el de mas dimensiones que existe en el Museo de Historia natural de París.
Aunque este género no sea enteramente extraño al Mediterráneo, parece sin embargo que es rara la vez que se deja ver en sus aguas. La segunda eJicion de las obras de Mr. Risso es en concepto de Mr. Valen-cienne, el primer sitio en que se hace mención del lampris como habitante de aquel mar. En 1821) fueron cogidos dos individuos en las costas de Provenza : el primero lo fue en la rada de Pulon á fines de mayo, sin ser conocido por parte de ningún pescador, ni de ningur. otro habitante de la ciudad; y el segundo que fue cogido á mediados de julio , era un poco menor, y también enteramente nuevo para los pescadores. Este fue recogido y preparado por Mr. Polydoro Roux, conservador del museo de Marsella.
Todos estos hechos nos dan autoridad bastante para decir que el lampris es un pez oriundo del Norte del mar Atlántico , y sobre todo, de la costa de Europa; pues no se ha encontrado vestigio ninguno de su existencia en las costas de América. Alguna se extravia, digámoslo asi, en el Mediterráneo; pero aun no ha sido posible seguirle hacía el Sur. Por el vago dicho de un príncipe de Anamaboo, no es seguro decir que existe en la costa de Guinea, ni por una falsa cita puede suponerse que habita en los mares de la China.
Este pez presenta caracteres singulares muy numerosos, y cuyo conjuntojustilica muy bien la fundación de un género particular; mas no todos esos caracteres han sido bien clasificados por los que lo han establecido. Retzius llegó hasta á equivocarse|en algunos de ellos, como cuando le atribuyó seis radios a la membrana de los oidos, siendo asi que tiene siete, y cuando habló de una hendidura larga que aseguró haber sbservado detrás de la pectoral, y que regularmente no seria mas que el surco situado generalmente en los peces detrás del hueso de la espalda. Mr. de Lacépéde anduvo mas acertado al decir que el número de los radios de las ventrales pasa de ocho; pues efectivamente llega á catorce.
Añádase á eso la falta en el dorso de espinas , sean libres , sea reunidas en aleta; no siendo una solí en el borde de la dorsal; el modo de unirse las pectorales por medio de una línea horizontal, la reunión de la forma alta y comprimida, y la de la boca mal armada del zeo , y se comprenderá que efectivameute el lampris no puede entrar en ningún otro género. Presenta gran número de caracteres que le aproximan á los atunes, como por ejemplo: la naturaleza de la piel, la especie de coselete de que se presenta armado, y otros que pueden sacarse de su estructura interior.
Los colores del lampris ostentan mucha masnili-