Zoología. Peces. Los Tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 5. Página 234. en Aragón.

Zoología. Peces. Los Tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 5. Página 234.

Buffon Los Tres Reinos de la Naturaleza

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te, y sus costillas hasta una especie de parte saliente en forma de esternón, que es una producción del primer interespinoso inferior del que limita el abdomen por detrás. De esta configuración resulta que el abdomen está por todas partes envuelto de una especie de jaula huesosa, elevada y estrecha.

La protractilidad de su hocico es mediana y no llega con mucho á lo que veremos que es en los verdaderos zeos, es decir, en las doradas y los subgéneros mas afines.

GENERO OLISTES.

(Cuvier.)

Bajo el nombre de Olisto dado por Opiano, pero 1 sin indicaciones que puedan servir para conocer el pez á que pertenecía, designamos principalmente un pez nuevamente traído de la costa de Malabar y de las islas Sechelles por Mr. Dussumier. Este pez merece formar un pequeño grupo aparte por el notable carácter de no ser los radios medianos de su I segunda dorsal ramosos, sino meramente articulados y prolongados en largos filamentos: por lo demás, presenta la misma configuración que los átulos.

GENERO ESCIRIS

(Cuvier.)

Podría darse á los esciris el nombre de earangos, ó mas de citulas de perfil delgado, cortante, y de primera dorsal enteramente oculta, pero cuya segunda , tiene parte de sus radios prolongados en filamentos.

Se ha tomado de Opiano el nombre con que se los clasifica en esta Historia.

GENERO BLÉFARIS

(Cuvier.)

Los bléfaris tienen muy pequeñas espinas en su primera dorsal; los primeros radios de la segunda y de la anal prolongados en forma de delgados filamentos, y el perfil cortante, pero encorvado á manera de arco convexo de una mediana elevación. Pertenecen al pequeño número de peces cuya historia y sinonimia no dejan lugar á ninguna discusión por no haber sido descrito masque un solo individuo, y por un solo autor, de quien todos los demás han tomado cuanto se ha dicho acerca de ellos. Su carne, según el doctor Koening, citado por Bloch, es magra, coriácea é insípida; por cuya razón, los habitantes de Surate no hacen caso ninguno de ella.

Investigando Mr. de Lacépéde el uso á que podria suponerse que el pez aplicaba esos largos filamentos en que terminan muchos de los radios de sus alelas, pregunta si podria pensarse que le sirven para fijarse en las puntas de las rocas, ó en las ramas de las vegetaciones marítimas, y para atraer con ellos á los pequeños peces que los tomaran por gusanos. Como no parece que esos filamentos tengan músculos propios , se hace poco verosímil la primera de esas conjeturas; la segunda podria ser mas razonable ; pero los peces, y particularmente los que como el bléfaris deben nadar con rapidez, encuentran fácilmente alimentos en un mar que está bírbieudo, digámoslo asi, de animalillos de toda especie. Ademas hay en los peces tantos apéndices, cuyo uso no es posible determinar, que esa clase de conjeturas serán siempre muy vagas para que no se les puedan oponer otras de un género distinto.

recen ser separados de los carangos de los que se distinguen nada mas que por uní segunda dorsal y una anal prolongadas en forma de hoz: disposición de la cual empieza á verse ya un principio en algunos verdaderos carangos.

Los olistes no se diferencian de los citólas, sino en que ademas de las puntas de su segunda dorsal y anal, tienen esas aletas muchos radios medianos, reducidos á simples filamentos, pero muy prolongados.

Los bléfarii tienen el cuerpo tan alto como prolongado: la elevación de su perfil no puede decirse todavía que sea extraordinaria, y en vez de dorsal no se les ve presentar mas que muchos pequeños aguijones que apenas taladran la piel. Una parte de los radios anteriores de su segunda dorsal terminan en largos filamentos sencillos, los siguientes son cortos y ramosos, y por último, sus ventrales tienen también los radios blandos muy prolongados.

En los galiptos, cuyo cuerpo no es menos alto que el de los bléfaris, no hay tampoco mas que cortos aguijones en vez de primera dorsal: los radios anteriores de la segunda dorsal y de la anal también se prolongan en parte como simples filamentos; algunos de los siguientes, que son ramosos, prolongan solamente uno de sus radios: su perfil es muy alto, y sus ventrales muy prolongadas.

Los esciris tienen poco mas ó menos el perfil como los galiptos; sus espinas, en pequeño número, están aun mas ocultas y como sumidas en el borde de la segunda dorsal, que asi como la anal, tiene parte de sus radios prolongados en filamentos simples, y los siguientes ramosos y prolongados solamente por uno de sus radios, pero sus ventrales no se prolongan.

En los argirioseos el perfil es aun menos elevado que en todos los precedentes, pero se desvanece oblicuamente: su primera dorsal se hace enteramente ostensible, y una parte de sus radios se prolonga también en filamentos, los primeros de la segunda, de la anal, y hasta sus ventrales se prolongan del mismo modo.

En los vómeres, propiamente dichos, las dos dorsales son poco elevadas y sin filamentos, lo mismo que todas las demás aletas: sus ventrales particularmente son muy cortas.

Finalmente los Irinis, con los caracteres de los vómeres; carecen absolutamente de primera dorsal.

Por lo demás, es preciso saber que en todos esos géneros los radios débiles y prolongados se gastan prontamente, razón por la cual, queda muy poca parte de ellos en los individuos que llegan á grandes dimensiones: hasta las espinas, y aigunas veces toda la primera dorsal, cuando existe, desaparecen no pocas veces con el tiempo: de manera, que entonces solo por la configuración pueden discernirse las especies.

La quilla escamosa de los lados de la cola, característica de la tribu de los carangos se presenta todavía muy marcada en los citulas, olistos, irex, y galiptos, y va disminuyendo por grados , hasta que en los vómeres no aparece mas que por una serie de escamas que sobresalen un poco entre las de la línea lateral; mas en los hinis vuelve á tomar el carácter de una continuación de verdaderos escudos espinosos.

La altura del perfil de estos diversos peces tiene particular relación con la eitrema altura de la cresta media de su cráneo, que se extiende desde el ociput hasta el etmoide, y cuyo borde anterior es vertical sobre el hocico.

La elevación y forma comprimida de todo su cuerpo depende de la altura de sus huesos del brazo, de sus apófisis espinosas y de sus interespinosos, y de que sus huesos coracoidianos bajan luiti el o 101 a;-