Naturaleza de Aragón > Museo Pintoresco de Historia Natural > Tomo 6 Insectos
Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión
dos los órganos destinados al movimiento, la piel no es mas que una lámina repartida uniformemente sobre todas las partes exteriores del cuerpo, altándose á todas sus desigualdades, y destinada á protegerlos contra la acción de las causas exteriores. Pero en los articulados, como los puntos de resistencia necesarios para ejecutar los movimientos se hallan transportados desde el interior al exterior, la piel ha debido cambiar de naturaleza á Un de poder servir para el nuevo destino que ha recibido. Este cambio, con todo, no es completo sino en el último estado de los Insectos; sus larvas reducidas generalmente á una simple reptacion, tienen todavía la piel blanda como la de los vertebrados; pero en los Insectos destinados á ejecutar movimientos muy diferentes, se convierte en una especie de corteza que de espacio en espacio presenta intervalos membranosos los cuales permiten á las partes sólidas verificar todos los movimientos necesarios á sus diversas funciones.
Hay sin embargo respecto á esto variaciones muy marcadas entre los diferentes órdenes de Insectos, y limitándonos á los Coleópteros, unos como el Hister, Clconus , etc., tienen los tegumentos exteriores muy duros, mientras otros, Cantharis, Meloe, etc., los tienen blandos, flexibles y sin ofrecer resistencia alguna euando se quiere agujerearlos con un alfiler. En esto se observan todas las gradaciones desde la dureza del cuerno ó de una concha, hasta la del pergamino ó de una simple membrana; pero en todos los casos, la consistencia es suficiente para hacer las veces de un esqueleto interior; es decir, servir de sosten á toda la organización y protegerla.
La piel de los vertebrados mas perfectos se compo-, no de cuatro sustancias cuya organización es muy diferente y que son empezando por la mas exterior, la epidermis, el tejido mucoso, el cuerpo papilar ó nervioso y el dermis que cubre inmediatamente las partes internas; la de los Insectos, según Cuvier y Straus, presenta la misma composición, exceptuando el que no existe la capa papilar, y las otras no tienen la misma situación relativa.
En muchos de ellos, sobre todo los Coleópteros que han sido estudiados con especialidad, la epidermis en vez de ser exterior, está cubierta jior una porción de la materia mucosa que se compone de dos sustancias, una soluble y otra insoluble en alcohol. La primera es la que ocupa la parle exterior y forma en ella una capa sumamente delgada, extendida como un barniz seco por todo el cuerpo, y tan íntimamente unida á la epidermis que no se puede desprenderla á pedazos, pero que se distingue muy bien por su color, sobre todo en las especies cuyos tegumentos presentan tintas brillantes. Este barniz es el que produce en un gran número de Coleópteros, los colores tan vivos y tan variados que los adornan, y por esta razón llama Straus á la materia mucosa materia colorante.
En los demás órdenes de tegumentos menos sólidos, no ocupa la parte exterior, sino que se halla colocada bien entre la epidermis y el dermis, bien en la parte externa de este último. A veces también toma otra forma y en vez de ser seca como de ordinario, se presenta como una especie de papilla líquida que da a las diferentes partes en que se encuentra brillantes colores amarillos, encarnados, blancos, etc. Esto se verifica sobre todo en las Libélulas, Langostas, etc. En las partes no coloreadas ó de colores oscuros, la materia mucosa conserva su estado ordinario de sequedad, y los tegumentos poseen las condiciones de los Coleópteros.
La parte de esta materia insoluble en el alcohol es generalmente parda ó negra, y nunca presenta colores vivos. Nunca se halla en la superficie exterior del cuerpo, y permanece contenida en el tejido mismo de la epidermis ó del dermis, pero principalmente en este.
La epidermis que se halla en los Insectos bajo la materia colorante, consiste en una lámina dura, frágil, ligeramente quebradiza, sin apariencia de fibras, y mucho mas gruesa o e el barniz colorante. En algunas especies se separa con facilidad del dermis á que está adherida. Su color es generalmente negro ó pardo , pero cuando se halla bajo el dermis la materia líquida colorante de que hemos hablado, entonces es completamente incolora y transparente comoelcristal.
El dermis ó la tercera capa de la piel se distingue fácilmente de la epidermis por su color que es menos oscuro y á veces blanco. Se compone ordinariamente de tres á cinco hojas sumamente delgadas y adheren-tes entre sí, pero que pueden observarse cortando oblicuamente una parte del tegumento. Estas hojas se componen de fibras mas perceptibles en la parte interior del dermis que en la exterior, y que se cruzan en varios sentidos. Algunas sin embargo son longitudinales ó trasversales respecto á la dirección de la pieza de que forman parte.
La piel es continua en toda la extencion de los tegumentos y en las articulaciones donde es muy delgada se observan las tres capas que componen las partes mas sólidas. La epidermis no presenta en ellas señal alguna de fibras y está atravesada por un gran número de poros pequeños. Se separa del dermis con mas facilidad que en las partes sólidas, y las hojas de este son mas delgadas, mas blandas y tienen fibras menos visibles. En cuanto á la materia mucosa es menos abundante que en las demás partes y generalmente no se observa sino en cantidad muy pequeña. La continuidad de las capas de la piel es sobre todo muy visible en las especies, cuyos tegumentos son flexibles, tales como las Cantharis, meloe, etc.
No es solo en las articulaciones donde los tegumentos ofrecen menos consistencia; lo mismo sucede en la parte superior del abdomen cuando está cubierto por los élitros, y según que estos se cuajan mas exactamente al cuerpo, los tegumentos son mas delgados, membranosos y análogos á los de las larvas. Asi, en los Melásemos, cuyos élitros abrazan hasta el contorno inferir del abdomen y están soldados, su parte superior está cubierta de una piel sumamente fina. Esta tiene ya mayor consistencia cuando el Insecto tiene alas bajo los élitros, y al volar la pone en contacto con el aire. En fin cuando el abdomen, por la poca extensión de los élitros, está descubierto en parte como en los Estafilinos, sus tegumentos tienen la misma consistencia que el resto del cuerpo, y solo las partes cubiertas se conservan blandas y flexibles.
Antes de exponer las demás particularidades que caracterizan á los tegumentos de los Insectos, creemos deber decir una palabra acerca de su composición química. En primer lugar observaremos que estos tegumentos sometidos á la acción del fuego, no sufren las alteraciones de las otras sustancias animales, tales como el cuerno, la piel y los pelos de los vertebrados. Estos se liquidan mas ó menos antes de la encineracion y despiden un olor característico muy conocido, mientras aquellos se reducen á cenizas sin liquidarse y sin desprender semejante olor. Según los químicos Lassaigne y Odier los élitros de los Insectos se componen:
1.º De una materia animal insoluble en la potasa, soluble en el ácido sulfúrico caliente, que Lassaigne llama entomoteina y Odier quitina. Según el primero esta materia forma el 40 por 100 y según el segundo solamente el 25 del peso de los élitros. Este último añade que las alas se componen enteramente de ella, y ha descubierto que forma la base de los tegumentos del Oryctes nasicornis que igualmente ha analizado.
2.° De una sustancia animal parda, soluble en la potasa, insoluble en el alcohol, según Odier, de propiedades análogas, según Lassaigne, á la materia
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