Los Tres Reinos de la Naturaleza. Página 19. Tomo 6. Zoología. Invertebrados en Aragón.

Los Tres Reinos de la Naturaleza. Página 19. Tomo 6. Zoología. Invertebrados

Buffon Los tres Reinos de la naturaleza

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

ENTOMOLOGIA o TRATADO DE LOS INSECTOS. 19

carnoso y relráctü que tienen en el ano las larvas de los Hemerobios, Hormiga león, etc., y que no es otra cosa sino una Tolera análoga á la que hemos des-crilo al hablar de la buca de las orugas. Estas larvas en electo se hilan capullos como aquellas; pero no permitiéndola estructura de su boca que la hilera es- | tuviera colocada en ella como sucede en las orugas, la oaturaleza ha transportado este órgano á la extremidad del cuerpo como en las arañas.

vestidura (vestitus). Un gran número de larvas son desnudas y tienen la piel ya unida, ya arrugada por eminencias granosas alineadas con regularidad; pero hay otras muchas, sobre todo en el orden de los Lepidópteros, que tienen el cuerpo mas ó menos cubierto de pelos ó de sedas dispuestas de diferentes modos , y por último algunas tienen la piel sembrada de espinas ó de una mezcla de espinas y de pelos.

Antes de examinar estas diversas disposiciones, digamos una palabra acerca de la naturaleza de los pelos : según Lyonnet, los de la oruga del Cossus ligniperda son huecos en toda su extensión , excepto en su extremidad y encerrados en un tubo cilindrico córneo, muy corto y un poco elevado sobre el nivel de la piel; cada pelo está provisto de un bulbo pequeño implantado en la sustancia adiposa deque reviste interiormente la piel, y que recorren un gran número de nervios , de los cuales cree haber visto entrar algunos en el bulbo mismo del pelo. Si esta observación fuese exacta estos nervios estarían destinados probablemente á la percepción de los objetos.

Entre las larvas provistas de pelos, algunas como las de los géneros Geómetra, Pyralis, Tortix, etc., no tienen mas que un corto número de ellos esparcidos acá y allá y apenas visibles á la simple vista. Otras están cubiertas de una borra mas ó menos espesa y en otras los pelos son mas tinos y tienen cierta semejanza con la lana.

Los pelos se hallan adheridos á la piel de dos maneras, ó inmediatamente, ó como es mas común, sostenidos por eminencias tuberculosas, cuyo número en cada segmento varía de cuatro á doce según las especies. En los dos casos forman una vestidura bastante densa para ocultar unas veces la piel, y otras dejarla ver á intervalos. En la oruga de una hermosa especie (Chelonia oculatissima), fos pelos están colocados sobre tubérculos alternativamente mas próximos á los bordes anteriores de cada segmento, de manera que forman una lista bastante ancha y el resto del cuerpo queda desnudo.

Los pelos se diferencian no solo en su colocación, sino aun en su estructura; á veces tienen la forma de plumas de ave como en la oruga del Morpho ido-moeneus, la cual tiene en cada segmento tres tubérculos de color azul turqui, y en cada uno una pluma negra; otras veces terminan en maza, ó como en la oruga de la Acromcta alni, son aplanados y mas gruesos en su extremo, como las antenas de algunos Esfinges.

Añadamos á estos pormenores una palabra sobre los colores brillantes de que están adornados los tubérculos que sostienen estos pelos, y entre las orugas de nuestros climas no podremos citar sino algunas especies del género Saturnia, pero las de las regiones intertropicales ofrecen un gran número de ejemplos.

Demos ahora una ojeada sobre las espinas de que están armadas las larvas, y observaremos que las que se hallan en este caso pertenecen en su mayor parte al orden de los Lepidópteros, sobre todo á algunas de sus tribus, sin embargo de que también se encuentran entre los Tentredinos y en algunos Dípteros. Estos órganos se distinguen de los pelos en que son mas gruesos, de una sustancia córnea y bastante dura en su punta , para poder herir fácilmente la piel del observador que las maneja. Muchas orugas de Europa están provistas de ellos, tales como las de los

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Vanena lo, Atalante cardui, Argynnis Papliia , etc.; pero las exóticas las aventajan en esto.

La colocación de las espinas varía como su forma. En la mayor parte de las orugas están dispersas aisladamente; pero en un gran número de ellas se encuentran reunidas en grupos bastante numerosos, pero nuoca tan espesas que lleguen á ocultar el cuerpo. En cuanto á su número, algunas tienen cuatro, otras cinco, seis y hasta siete y ocho; siempre están situadas en los costados, en el dorso y nunca en el vientre.

Las espinas se diferencian de los pelos en que parecen mas esenciales que aquellos en el animal. Si se les corta muy cerca del cuerpo la oruga muere algunas veces, lo que no sucede en aquellos. La muda intluye también en ellas, y se ha observado que algunas larvas espinosas de Tentredinos pierden estos órganos al cambiar de piel por la última vez.

Deben también considerarse como verdadera vestidura , pero enteramente distinta de las que preceden, la sustancia pulverulenta que trasuda la piel de las larvas de un gran número de Pulgones, Quermes, Cochinillas, etc. Otras hay asimismo que se gregan por sus poros un humor viscoso que las cubr. completamente y que conserva su humedad bajo lo» rayos mas ardientes del sol. Este es quiza un medio que les ha dado la naturaleza, para conservar la flexibilidad de su piel, porque es difícil creer como algunos autores que esta secreción tiene por objeto hacerles repugnantes para sus enemigos.

Color. Los colores de que están adornadas las larvas presentan matices y disposiciones de que seria imposible dar una descripción completa. Por lo general, las larvas que viven en la oscuridad , ya sea en el interior de la tierra , ya en la madera, frutos, etc., son de un color blanquizco uniforme, excepto alguoas excepciones entre las cuales pueden citarse las de los Carabicos, que son la mayor parte negras ó pardas oscuras. Las que viven al aire libre tienen por el contrario colores brillantes, á veces son de un mismo tinte, pero por lo común presentan matices muy vivos y muy marcados. Algunos son del mismo color que la planta de que se alimentan, y en esto parece que lia querido la naturaleza hacerlos invisibles á sus enemigos. Asi se ven una gran parte de orugas de color verde de diversos matices , frecuentemente adornadas de manchas ó fajas negras que hacen un agradable contraste con el fondo, como las del Papi-¡10 machaon y del Pavoncillo de noche (Saturnia Carpini.) Los colores de las orugas no pueden servir para anunciar en nada los del insecto perfecto, pues muchas veces aquella que muestra mas ricos adornos suele producir una mariposa de las mas insignificantes en este concepto.

Alimento. Pocas sustancias existen tanto veje-tales como animales, desde el liquen mas árido y las materias animales consumidas, plumas, pelos, etc., hasta los frutos mas jugosos y la carne viva que no sirvan de alimento í algunas especies de larvas. Pero como bajo este aspecto difieren poco de los insectos perfectos, y mas adelante hablaremos del alimento de estos, reservamos para entonces lo que podríamos decir respecto á este asunto.

Muda. La opinión de Swammerdam , que hemos expuesto al hablar de la metamorfosis en general, hace comprender fácilmente cómo se verilica esta importante operación que constituye el fenómeno mas singular qué se observa en las larvas. Hemos visto que todas las pieles existían en ellas en el momento de nacer, y que aparecen sucesivamente por una simple evolución. En efecto, no solo existen las pieles sino los pelos que las cubren, la cual establece una marcada diferencia entre la muda de los insectos y la de los animales superiores. En estos la piel, ú mas bien la epidermis cae á pedazos mas ó menos

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