Los Tres Reinos de la Naturaleza. Página 21. Tomo 6. Zoología. Invertebrados en Aragón.

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Buffon Los tres Reinos de la naturaleza

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de octubre de 2023 última revisión

Entomología O tratado de los INSECTOS. 21

ocasión de admirar el instinto de que les ha dotado la naturaleza. Réstanos ahora examinarlas bajo otros dos aspectos en los cuales aparecerá este instinto en toda su brillantez, y donde las veremos ejecutar maniobras de que á primera vista parecerán incapaces, animales tan informes en la apariencia. Queremos hablar de los diferenles métodos que muchas de ellas emplean para construirse una habitación que las ponga á salvo de sus enemigos, ó cuando llega el momento de transformarse en ninfa, estado letárgico durante el cual exige su conservación precauciones particulares. Las envolturas de diversa naturaleza con que se cubren entonces debieran quizá haber sido examinadas al mismo tiempo que las ninfas; pero como son obra de las larvas, es mas natural tratar de ellas en este momento.

Habitazion. Un gran número de larvas de todos los órdenes hacen su vivienda de los agujeros que practican royendo las sustancias que les sirven de ali-menti. A esta clase pertenecen la mayor parte de las larvas subterráneas que viven de las raices de bs árboles, las de algunos coleópteros que abren galerías en la madera muerta, y muchas orugas de lepidópteros. Una de estas últimas, la del Cossus Ugniperda, '- se diferencia de sus congéneres en que construye para el invierno una habitación compuesta de fragmentos de madera unidos entre sí con seda; pero las mas singulares éntrelas que nos ocupan, son las galerías que practican en el parenquima de las hojas ciertaslar-vas pequeñas que encuentran en ellas á un mismo tiempo alimento y abrigo, y que por su modo de vivir han sido llamadas larvas mineras.

Otras hay que establecen su morada en simples agujeros abiertos por otras larvas tales como las de los Cicindelos. Grillos y Efémeras, y solo se refugian en ellos de tiempo en tiempo. Las ¿rugas de la tribu de los Tortricidns y de los Tineidos, y algunas mas, construyen una habitación con las hojas de las plantas de que se alimentan; entre ellas, unas reúnen por medio de hilos de seda varias hojas formando un paquete y se colocan en medio; otras llamadas plegadoras, toman solo una hoja y doblan una parte de ella sobre la otra, y en fin , otras llamadas arrolladuras á causa de sus costumbres, forman con una hoja una especie de rollo cilindrico ó cónico, cuya extremidad menor presenta una abertura destinada á la entrada y salida del animal que le habita. Difícilmente se concibe cómo un animal desprovisto al parecer de medios de ejecutar semejante obra, llegue á conseguir su objeto y sin embargo el procedimiento es muy sencillo. La oruga empieza por fijar cierto número de hilos de seda muy fuertes de un borde á otro de la hoja; en seguida tira de esta especie de cables con sus patas, y cuanto ha obligado á dichos bordes á aproximarse, los mantiene asi por medio de hilos mas cortos; si alguna de las nervaduras gruesas de la hoja presenta demasiado espesor y resiste á sus esfuerzos, la adelgaza royéndola por varias partes. Tal es el procedimiento empleado por una oruga que quiere construir una envoltura cilindrica , pero cuando debe ser cónica son necesarias otras maniobras; no es ya una hoja la que ha de servir, sino únicamente un pedazo triangularse-parado de ella. La oruga se coloca en una hoja, recorta con sus mandíbulas el pedazo; pero sin arrancarle enteramente para que tenga una ba=e fija, y separando solo la parte que ha de formar el contorno del cono, á medida que está desprendida, la arrolla y cuando el cuerpo del cono está terminado, trata de ponerle derecho para lo cual hace lo mismo que haríamos nosotros para levantar un obelisco inclinado, esto es, fija algunos hilos en el vértice de la pirámide, y la levanta gravitando sobre dichos hilos con todo el peso de su cuerpo.

Reaumur describe las maniobras todavía mas diestras de las larvas de algunos otros Tineidos que viven en las hojas del rosal, del manzano , de la haya y de

la encina , en que se las encuentra comunmente. Es tas forman una cavidad oblonga en el interior de una hoja, royendo el parenquima comprendido entre las dos membranas de sus superficies, y después de haber separado dichas membranas, las unen tan artísticamente con seda, que á penas es visible la sutura ni aun con lente. Algunas orugas de esta familia mas ingeniosas que sus congéneres , se ahorran el trabajo de hacer dos costuras á su habitación , y para esto roen el parenquima cerca del borde de la hoja, en lugar de destruirle en el medio, y hallándose naturalmente unidas las dos membranas de dicho borde, no tienen que coser mas que el lado opuesto, lo cual ejecutan con admirable destreza y habilidad. Otra larva que vive sobre una especie de astrágalo construye su morada con la epidermis de las hojas; pero doblando las diferentes partes que la componen y acomodándolas unas sobre otras como las tejas de un tejado.

Ciertas larvas no usan mas que la seda para formar su habitación , y una de estas es la de la Tinea ser-satilla que vive en el peral, y es muy común en la primavera. Si se examinan en esta época las hojas dp dicho árbol, es raro que no se observe en su superficie inferior una especie de protuberancias perpendiculares, de aspecto sedoso, de unas tres lineas de largo, del grueso de un alfiler, y semejantes á otras tantas espinas de que estuviese erizada la hoja. Difícilmente se creería que cada una de aquellas protuberancias es una habitación de Insectos; pero separando una y apretándola suavemente entre los dedos, se ve salir por su extremidad inferior una pequeña oruga amarillenta con cabeza negra, y si se examina en seguida el sitio queocupaba, se descubre en la epidermis y el parenquima de la hoja una excavación redonda del mismo diámetro que el orificio de.1 tubo que la cubría. Esta excavación es obra de la oruga, que lleva su tienda de una parte á otra, y se alimenta de la porción de hoja que cubre cada vez, sin llevar nunca mas allá sus estragos y cuando abundan los Insectos, lo cual acontece con bastante frecuencia, se ve la hoja cubierta de agujerillos, que son las señalesde sus comidas anteriores. La envoltura en que vive la oruga, y que es indispensable para su conservación, está compuesta de seda que aquella segrega por la boca, casi desde el momento de salir del huevo; cuando crece y su morada se va haciendo estrecha, la divide en dos, y llena el espacio con nueva materia. Pero lo mas curioso que tiene la historia de esta pequeña nómade, es la manera de que se vale para mantener su tienda en posición perpendicular, en lo cual se sirve de dos procedimientos diferentes, aunque los emplea de concierto, prendiendo primeramente algunos hilos al ensanchamiento que presenta el tubo en «u base, y fijándolos por el otro extremo á la hoja; en seguida hace un verdadero vacío en aquel ensanchamiento y este vacío se verifica siempre qup el animal, inquieto por algún peligro, se retira súbitrmente al otro extremo del tubo, cuya cavidad llena entonces casi enteramente su cuerpo; la otra parte queda en el momento enteramente privada de aire. Fácil es convencerse de esto separando uno de los tubos, pues haciéndolo súbitamente cuando el insecto ocupa el fondo, no se siente masque una débil resistencia y los hilos de la seda ceden fácilmente al mas leve esfuerzo; pero si haciéndolo mas despacio se deja á la oruga tiempo para retirarse , se necesita mucha mas fuerza para separar el tubo, y como si supiera que royendo enteramente la parte de hoja en que ba fijado su tienda, en términos de agujerearla , le sería imposihle hacer el vacío. se limita á roer la epidermis y la superficie del parenquima. Cuando ha consumido el producto de una de estas excavaciones, corta los hilos de su tienda y la traslada un poco mas lejos.

Ademas de la seda, hay iiistancia» d« naturaleza



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