Naturaleza de Aragón > Museo pintoresco de Historia Natural > Tomo 6. Insectos.
Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión
TOMO VI P 9
que obra simplemente sobre los apéndices cutáneos, ó sobre la piel misma. En los mamíferos y en las aves, no influye sino sobre el pelo y las plumas que caen y son reemplazadas por otrás que se desarrollan con mayor ó menor rapidez. En los reptiles, al contrario, y especialmente en los saurios y en los ofidios, la piel privada de nutrición, por haberse desarrollado debajo de ella otra nueva piel, se desprende y da lugar á esta. El despojo del animal se presenta entonces bajo la forma de una cubierta perfectamente semejante al animal mismo. Esta especie de muda es todavía mucho mas completa en las larvas de los insectos que se despojan no solo de su piel, sino de las cubiertas de sus ojos, de sus mandíbulas cuando las tienen, etc.; como diremos al tratar de las larvas.
La metamorfosis y la muda se diferencian pues, en que en la una, hay aparición de nuevas partes, cambio de forma exterior en el animal, mientras en la otra la forma es idéntica, los órganos son siempre los mismos y no varían en número; únicamente el animal es mas voluminoso que antes. Partiendo de esto, es fácil advertir que no existen en realidad en los insectos, sino dos especies de metamorfosis, la parcial y la completa. La bosquejada que se observa en los Crustáceos y en los Miríápodos, de los cuales unos adquieren patas, y los otros patas y segmento cuando avanzan en edad, se reduce en los insectos ápteros á una verdadera muda. Esta es una de las relaciones que tienen con los Crustáceos y los Arácnidos, y la que hace que en el orden natural, deban colocarse después de estos últimos. El punto en que la metamorfosis y la muda se confunden en los insectos, está entre aquellos en que la primera es parcial, es decir que nacen con todas sus partes, menos las alas que no son mas que rudimentarias: quitad estos últimos órganos á una langosta, y no experimentará mas que mudas.
La metamorfosis es uno de los fenómenos mas admirables y mas complicados que nos présenta la naturaleza. Aunque haya perdido aquel exceso de maravilla, que suministraba á los alquimistas de la edad media argumentos en favor de la trasmutación de los metales, le queda aun de extraordinario lo bastante para excitar nuestra sorpresa y nuestra admiración. El uso ha consagrado este nombre de metamorfosis, que expresa de una manera enérgica estos cambios casi repentinos que experimentan los insectos; pero en realidad, no debería llamárseles sino una serie de desarrollos. En efecto, una oruga no es un animal simple sino compuesto, que contiene en sí el germen de la futura mariposa, encerrado en lo que un día será la envoltura de la ninfa, envoltura que á su vez está comprendida en varias pieles colocadas unas sobre otras: á medida que crece, estas pieles se dilatan, aparecen por fuera, y son sucesivamente desprendidas basta que el insecto perfecto que estaba oculto bajo esta serie de cubiertas ó máscaras, se manifiesta bajo la forma que ha de tener en adelante. Swamnerdam, Malpighi y otros anatómicos, han probado que tal era la explicación verdadera del fenómeno que nos ocupa. El primero descubrió, por medio de disecciones sumamente delicadas, no solo que la cubierta de la ninfa estaba encerrada en la piel de la larva, sino que la primera contenia á la mariposa misma con todos sus órganos, aunque en un estado casi líquido. Haciendo hervir en agua, durante algunos minutos, una oruga próxima á pasar al estado de ninfa, ó poniéndola en alcohol y dejándola en él por algunos días hasta que sus partes hubiesen tomado consistencia, consiguió poner en descubierto la futura mariposa; observó que las alas, arrolladas sobre sí mismas como una cuerda, se hallan colocadas entre el primero y segundo segmento de la oruga; que las antenas y la trompa están plegadas sobre la parte anterior de la cabeza, y que las patas, aunque muy diferentes de las de la oruga están sin embargo contenidas en estas. Malpighi y Reaumur fueron aun mas lejos; el primero descubrió los huevos del Gusano de seda en su crisálida transformada solo desde algunos dias, y el segundo los de otra especie de Lepidóptero (Liparis dispar) en la oruga misma, y esto siete ú ocho dias antes de transformarse en crisálida.
Una oruga puede ser pues considerada como un huevo dotado de la facultad de moverse, que contiene en estado de embrión la mariposa, que después de cierta época se asimila las sustancias animales de que está rodeado, desarrolla insensiblemente sus órganos, y rompe por último la envoltura en que estaba encerrada. Esta explicación despoja al fenómeno de la metamorfosis, de todo lo que podía tener de milagroso, pero no le quita el carácter de operación muy complicada y difícil de comprender. Nuestra razón en efecto, se confunde al pensar que una oruga, del grueso apenas de un hilo, encierre sus propios tegumentos en número triple y aun óctuple, y ademas la cubierta de una crisálida y una mariposa completa, todo plegado uno en otro; con un aparato de vasos para respirar y digerir, nervios para la sensación, músculos para moverse, y que estos diversos órganos ejecutaran sus evoluciones sucesivas mediante algunas hojas introducidas en su estómago: todavía podemos comprender menos cómo este último órgano puede digerir en una época hojas y en otra solo miel; cómo el fluido sedoso segregado por la oruga desaparece en la mariposa; en una palabra, cómo organos esenciales á un cierto período de la existencia de un insecto, son en otra desechados, y con ellos todo el sistema á que pertenecían.
Las causas de la metamorfosis nos son todavía desconocidas, y la mejor explicación que de ella se ha dado por Lamarek nos parece mas ingeniosa que sólida: se concibe muy bien con el que el Insecto en su estado perfecto, dotado de tegumentos córneos que hacen las veces de un esqueleto interior, sirviendo de sostén á los órganos que contienen, no hubiera podido crecer si desde su nacimiento, hubiesen ofrecido dichos tegumentos la misma solidez, y que ha debido señalársele cierto periodo durante el cual su cuerpo blando tanto en el exterior como en el interior, verificaría su desarrollo; pero esto no explica sino la necesidad de la muda, que en efecto es comun a todos los articulados. Los cambios que se verifican en todos los animales en la época en que son aptos para la generación, y que Lamarek presenta como una segunda causa tan poderosa como la primera, no explican tampoco la metamorfosis, es decir, este arrollamiento de un animal en varias envolturas de diferentes formas. Un cangrejo llega á su edad adulta sufriendo simples mudas, tan bien como un coleóptero que experimenta una transformación completa, y entre los Insectos mismos, una chinche está en el mismo caso. Existe pues, para estos cambios una causa maravillosa, mas profunda que las condiciones ordinarias de existencia, y sobre la cual es completa nuestra ignorancia.
Vamos ahora á seguir á los insectos en sus diferentes estados desde su salida del cuerpo de la madre en forma de huevo, hasta aquel en que han llegado á su perfección; quizá hubiera sido mas filosófico examinar sucesivamente la manera con que se efectúan las tres especies de funciones á que se refieren todos los actos de su existencia, como en los demás animales; pero si se considera que la mas importante, la que es el complemento de todas las otras; la generación, en una palabra, no se verifica sino en el último periodo de su vida, el orden que seguimos parecerá el mas natural.
Hemos dicho que todos los insectos se presentan
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Invertebrados. Insectos. Zoología. Tomo 6. Página 9. Museo pintoresco de Historia Natural. Los tres Reinos de la Naturaleza. Animales, Publicado a mitad del siglo XIX. Reino Animal.
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