Naturaleza de Aragón > Museo Pintoresco Historia Natural > Tomo 5 Peces
Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de octubre de 2023 última revisión
ICTIOLOGIA, o TRATADO DE LOS PECES. 33
vier incluye en una gran división, por el conjunto de su organismo, difieren mucho de los demás en cuanto al esqueleto, y por lo mismo es necesario que hablemos de ellos por separa lo. Breves seremos ahora, reservándonos entrar en pormenores sobre su economía, cuando llegue el caso de dar su historia.
Las piezas del esqueleto en los selacios, es decir en las rayas y en los perros de mar, no toman ni adquieren el tejido fibroso que caracteriza á los huesos. Su interior queda siempre cartilaginoso, y su superficie exterior se endurece acumulándose en ella granitos calizos, que le dan ese aspecto punteado que la distingue. De eso dependerá probablemente que el cráneo de estos peces no se halle dividido por suturas y no se componga mas que de una sola cubierta, modelada por otra parte y abierta casi como un cráneo de pez ordinario , de suerte que se distinguen en él las mismas regiones, las mismas fosas , iguales eminencias é iguales agujeros, pero no huesos que puedan separarse.
Su cara se encuentra también muy simplificada. No hay mas que dos huesos en su arco palato-temporal: el primero desciende del cráneo á la arliculacion de las mandíbulas; y el segundo hace veces de mandíbula superior llevando los dientes. El maxilar y e| intermaxilar están reducidos á cortos vestigios ocultos en el espesor del labio. La mandíbula inferior no tiene igualmente masaue un hueso á cada lado (el articular), el cual sostieneWos dientes, no quedando de los otros mas que un solo vestigio oculto también debajo de la piel del labio.
Falta el aparato opercular, pero el hióidico y branquial tiene grandes relaciones con el de los peces óseos. Hay ademas en los perros de mar, frente por frente de la inserción exterior de cada branquia, un hueso delgado suspendido debajo de los tegumentos, verdadero vestigio de costilla, pero muy diferente de los radios branquióstegos que se han querido considerar en los peces óseos como costillas esternales. El aparato branquial se halla situado mas hacia atrás que en los peces óseos, y debajo del principio de la espina raquídea, lo cual hace que retroceda otro tanto el cefiidor del hombro.
Este que solo en las rayas se insería á grandes apófisis de la columna, pero que carece de adherencias en los caíalos, consta en ambos géneros de una sola pieza que rodea el cuerpo y lleva á cada lado una lila mas ó menos numerosa de otras piezas, que sirven de base á la alela pectoral y que dan inserción en sus bordes á los radios.
La pelvis consta igualmente de una sola pieza trasversa que no se articula con el raquis, y lleva á cada lado una lámina 6 un tallo al cual se adhieren los radios de la ventral. Este tallo se prolonga en forma de maza en los machos siendo muy complicada su estructura.
Hay partes de la columna en que muchas vértebras se hallan soldadas entre sí, ó por lo menos el espacio en que deberían encontrarse está ocupado por un tubo de una sola pieza con muchos agujeros á cada lado que dan paso á otros tantos pares de nervios. Tal es el principio de la de las rayas. Obsérvese también en estas y en los escualos que hay dos veces mas anillos superiores que vértebras. Ademas de las partes anulares ordinarias suele haberlas que corresponden á los puntos de unión de las vértebras entre sí.
Las costillas espinales, cuando las hay, son generalmente muy pequeñas; las de las rayas sobre todo lo son mucho mas que las de los escualos; pero los sollos las tienen bastante grandes.
Así bajo este punto de vista, como en todo lo que concierne á la estructura de sus branquias, es el sollo intermedio entre los géneros que acabamos de citar y los peces ordinarios. Muchos de los huesos de su ca-hezi y toilns los de su hombro, estan completamente
endurecidos y son como lapídeos en su superficie, pero no fibrosos; y, por otra parte, como la cuerda que atraviesa los ejes de los cuerpos de sus vértebras, no tiene angostamientos, le acerca á la lamprea.
En este último género, todas las partes del esqueleto son mas sencillas todavía que en los selacios. Su espina sobre todo es mucho mas blanda y carece de arcos branquiales; sus branquias se adhieren interiormente no mas que á un canal membranoso, al contrario de lo que sucede en el exterior, pues un aparato, constituido por estas especies de costillas cuyos primeros vestigios se mostraron en los escualos, y que en este género son ramosas y se insertan las unas en las otras, envuelve como una especie de jaula sus branquias.
Los ammocetes tampoco poseen un esqueleto cartilaginoso. Todas las partes de su armazón quedan siempre en el estado membranoso, y bajo este concepto, se asemejan mas á los gusanos que á los animales vertebrados.
La quimera tiene también la cuerda de su espinazo mas gruesa y mas marcada que el cuerpo de las vértebras. En su porción anterior, cierto número de partes anulares están reemplazadas por una cresta de una sola pieza. Vese también una cuerda muy robusta en el poiiodon.
Todas estas variaciones son mas bien propias de la descripción de cada uno de los peces en particular. Por último, acerca de este punto se encontraran hechos muy interesantes en la memoria de Scbultze «Sobre las primeras huellas del sistema óseo y del desarrollo de la columna espinal en los animales,» inserta en los Archivos alemanes de la fisiología, de Meckel, 1818, tomo iv, pág. 3891
ARTICULO II.
De la miologia .!.
La miologia de los peces ha estado infinitamente mas descuidada que su osteologia, como que apenas se conocen hasta Cuvier mas que algunos ligeros esbozos de Gouan y de Vicq— d' Azyr.
Las músculos de los peces, lo mismo que los de los demás vertebrados, se componen de fibras carnosas de color mas ó menos rojo, y de fibras tendinosas de color blanco ó argentino, en posiciones respectivamente semejantes; Pero bien puede decirse que salvo ciertos músculos particulares, á veces de un rojo oscuro, la carne de los peces es mas pálida que la de los cuadrúpedos y sobre todo que la de las aves. Ciertas especies llegan á tenerla casi enteramente blanca. Su olor y su sabor varían, pero cuando se descompone exhala una infección mayor y mas ofensiva que otra alguna y de un carácter particular que se ha comparado con la del gas hidrógeno fosforado, y que según Chevreul depende de un principio especial.
Esencialmente, no hay mas que un grande músculo lateral á cada lado (núm. I) desde la cabeza por arriba y los huesos del hombro por abajo, hasta los lados de la base de la aleta caudal; pero este músculo único es muy complicado y representa los tres haces del sacro-espinal, haces que, careciendo los peces de cuello, se extienden desde la cola hasta la cabeza, sin ofrecer las distinciones que se observan en otros animales entre las porciones cervicales y las dorsales y caudales. El de un lado se halla separado del otro porla espina y sus apófisis, por los músculos profundos de los huesecillos interespinosns (números 3 y ".) y por las costillas que ciñen la cavidad abdominal. Se separan el uno del otro inferiormente (en a) para dejar espacio á la pelvis á la cual dan á menudo cada uno una lengüeta, y para que salgan las aletas ventrales. Mas adelante (en h) ee di-
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