Tomo 5. Página 30. Peces. Zoología. Museo Pintoresco Historia Natural. Los Tres Reinos de la Naturaleza. en Aragón.

Tomo 5. Página 30. Peces. Zoología. Museo Pintoresco Historia Natural. Los Tres Reinos de la Naturaleza.

Museo Pintoresco Historia Natural Tomo 5 Peces

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

estos huesecillos como fragmentos de vértebras, ó porciones separadas de las mismas.

Geoffroy ideó establecer que la apófisis espinosa superior de los mamíferos, que él llama epial y que supone dividida lateralmente en dos partes, produce en los peces el huesecillo interespinoso y el radio, porque esas dos partes están la una sobre la otra. Igual raciocinio emplea para los radios inferiores que deriva de la eminencia espinosa, del huesecillo en ángulos de la parte inferior de la cola de los mamíferos, huesecillos que él llama cataal. Pero independientemente de las demás singularidades de este modo de ver, el platijo (Platessa) que le sirvió de ejemplo, era precisamente el pez que hubiera debido desengañarle, pues tiene para cada vértebra dos huesecillos inter-espinosos y dos radios, y hasta la primera vértebra de la cola, mediante el hueso postaldominal inserto delante de su apófisis inferior, lleva ocho huesecillos y once radios de la aleta del ano.
Otro argumento no menos fuerte contra este sistema es que todo radio espinoso ó articulado es á su vez divisible en dos mitades laterales, mientras que todo interespinoso lo es en dos piezas, una superior y otra inferior.

Cada uno de los radios de las aletas verticales (número 75) se articula por medio de un gínglimo flojo con su huesecillo interespinoso. Para este efecto se separa generalmente su base en dos ramitas, terminadas cada una por un tubérculo articular, que entra en la depresión lateral de la cabeza del huesecillo interespinoso. Entre estos dos tubérculos hay un huesecillo globuloso sobre el cual se mueve en dos sentidos el radio, sí bien su movimiento se halla mucho mas pronunciado en el plano vertical. Pueden levantarse ó reclinarse hacia atrás, aumentando ó reduciendo asi bastante la altura de la aleta. A veces estas dos ramas se juntan por debajo y forman de esta suerte un anillo trasverso que se enlaza con un anilla longitudinal del interespinoso (números 76 y 77).

Parte do estos radios verticales son huesos puntiagudos que se denominan aguijones ó radios espinosos; los demás solo tienen ósea y sólida la base, componiéndose el resto de su longitud de multitud de pequeñas articulaciones, y estando á menudo ramificados en cierto número de ramas subdivididas á su vez en ramos; denomínaseles radios articulados blandos ó ramosos.

Con mucha frecuencia, y tal vez siempre, estos radios, aun los sencillos, se dividen longitudinalmente por una sutura en dos mitades laterales, derecha é izquierda.

Los radios de la aleta de la cola (núm. 71) son siempre blandos y están articulados; pero encima y debajo de la raiz tiene algunos pequeños (núm. 78) que disminuyen insensiblemente por delante, hasta quedar reducidos á la parte sólida de la base.

Obsérvese que la aleta caudal tiene casi generalmente un radio menos en su mitad inferior que en la superior, si bien hay sus excepciones á esta regla.

En muchísimos peces la vértebra en que remata el abdomen y principia la cola, y aun la siguiente (núm. 83), tienen grandes apófisis espinosas inferiores á las cuales se agreda un hueso mas ó menos voluminoso (núm 79) que desciende hasta detrás del ano limitando de esta suerte por detrás la cavidad abdominal.

En la perca es aun este hueso un interespinoso simple (núm. 79); pero en otras especies resulta al parecer del gran desarrollo del primer interespinoso de la aleta anal, ó de la soldadura de algunos de los primeros de estos huesos. No queda tampoco la menor duda de que desempeña parte de las funciones de la pelvis.

Los primeros interespinosos, asi superiores como inferiores, están hinchados en gruesas mazas en ciertos que todon.

A menudo las costillas ó muchas de ellas llevan por apéndice uno ó dos estiletes (núm. 73) adherentes en algún punto de su longitud, que se dirigen al exterior y penetran en las carnes. Vense también á veces algunos de estos estiletes que parten del cuerpo de la vértebra encima de la costilla para penetrar en las carnes. De esta suerte se multiplican las aristas de los peces, conforme se ve de ello un ejemplo en la famimilia dé los arenques, cuyos músculos todos se hallan atravesados por aristas finas como cabellos. Mucho varían también las mismas costillas; ora delgadas y redondas, pero más o menos robustas, ora comprimidas ó en forma de hoz, ora muy cortas, etc.

En ciertos peces, tales corno los ciprinos y los arenques, las costillas se fijan en la vértice, mediante un huesecillo intermedio que se inserta en una cavidad lateral del cuerpo de la vértice, de la cual es una apófisis trasversa, pero susceptible de desprenderse del cuerpo.

Como las costillas no tienen que actuar en la respiración de los peces, no es muy considerable en general su movilidad. Especies hay en las cuales ciñen todo el abdomen fijándose en su parte inferior de modo que casi quedan inmóviles. Algunos peces no ofrecen mas que cortos rudimentos de costillas, y varios ni siquiera eso tienen; pero estos no ascienden á un número tan considerable como se ha creido.

Las aletas verticales de los peces, sostenidas por radios como las de los cuatro miembros no se pueden sin embargo comparar, entre los otros vertebrados mas que á las crestas que levantan el dorso de ciertos lagartos; y aun asi esas crestas son simples fragmentos escamosos y cutáneos, mientras que los radios de las aletas pertenecen verdaderamente al esqueleto.

Cada radio se compone de una parte interna llamada hueso interespinoso (núm. 74) que penetra en las carnes por entre los grandes músculos laterales y sirve incierto modo de raíz; y ademas de otra exterior que es el radio propiamente dicho. Meckel da el nombre de apófisis espinosas accesorias á los huesos interespinosos, de paso diremos que se ha sentado que el bichir ó poliptero carece de interespinosos, lo cual es inexacto, pues tiene tantos, lo mismo que los demás peces óseos, como radios ó falsas aletas.

Vénse á menudo huesos interespinosos (núm. 76), que no llevan radíos, pero en cambio se notan á veces también otros que sostienen mas de uno. La forma de estos huesos es casi la de un puñal de cuatro filos, cuya punta se introduce entre los músculos, y cuyo mango ó cabeza está á flor de piel para sostener el radio exterior. La parte que lleva el radio tiene una sutura trasversa separando de él una especie de epífisis (a,a), la cual, en muchas especies, produce una puntita que va á parar también á la articulación del radio siguiente.

Los interespinosos se encuentran situados ordinariamente de manera que sus puntas penetran entre las apófisis espinosas de las vértebras, atándose cada una do estas puntas por medio de una membrana ligamentosa delante de la extremidad de una de estas apófisis. Pero hay peces como los pleuronectes, y por la aleta anal, los siluros, etc., en los cuales se ven dos nuesecillos para una apófisis vertebral, y otros en los que estas relaciones no son ni siquiera regulares.

Debe observarse también que, en muchos géneros, tales como las anguilas, los oficéfalos y los gimnotos, los interespinosos inferiores están separados de las vértebras por la cavidad del abdomen que se prolonga por encima de la aleta anal; y que, en varios, como los pleuronectes, los hay hasta en la cabeza. Estas circunstancias agregadas á que en las partes del dorso ó de la cola que no sostienen aletas verticales, no hay comunmente ningún huesecillo interespinoso aunque tengan vértebras, se oponen á que se consideren



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