Tomo 5. Página 41. Zoología. Peces. Museo Pintoresco Historia Natural. Los Tres Reinos de la Naturaleza. en Aragón.

Tomo 5. Página 41. Zoología. Peces. Museo Pintoresco Historia Natural. Los Tres Reinos de la Naturaleza.

Museo Pintoresco Historia Natural Tomo 5 Peces

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

ICTIOLOGÍA O TRATADO DE LOS PECES. 41

Los del octavo, llamado par vago (t), que son casi tan considerables como los del quinto, nacen detrás de estos, las mas de las veces por muchos filetes que salen de una sola línea longitudinal de los lados de la médula, debajo de los lóbulos de detrás del cerebelo, reuniéndose en un ganglio (r) antes de subdividirse.

Entre los pares quinto y octavo se ven los nervios acústicos (s,í), notándose por lo común delante del octavo un nervio particular (v, v) que corresponde al closo-faringico. No se distinguen en los peces los nervios del noveno par.

Los nervios espinales, á contar desde el décimo par, nacen, como en las clases superiores, de la médula por dos órdenes de raices; pero no siempre nacen cerca de los agujeros de la coluna vertebral por donde deben pasar. En ciertas especies, como el pez luna, es tan corta la médula espinal, que no parece mas que una corta prominencia cónica del encéfalo, de la cual parten como una cola de caballo los diferentes nervios. Arsaky y los que le copiaron cometieron una inexactitud al asegurar que habia algo parecido en la balderaya. Su médula reina en casi toda la longitud de la coluna, pero envuelta y oculta por los nervios que nacen mucho mas arriba del punto de donde salen. En los demás, tales como el lumpo, se prolonga y entumece en frente de cada par. En general suele terminar cerca del fin del espinazo. Los nervios de las raices superiores se entumecen apenas de un modo sensible en forma de ganglio en los condropterigios, y hasta se ha negado que se hinchen en manera alguna en los peces óseos. Sin embargo, no cabe duda en que forman ganglios suficientemente marcados en la perca, en el loar, etc.

Los primeros pares de nervios del espinazo se reúnen mas ó menos en plexo para dirigirse á la aleta pectoral. En las rayas, que tienen esta aleta tan enorme, recibe nervios de otras muchas partes de la coluna.

El nervio gran simpático {x,x) reúne, según regla general, varias raices de los diversos nervios espinales y forma diferentes plexos y ganglios al dirigirse á las visceras. Su tenuidad es generalmente suma y hasta se ha querido negar que existiese en los condropterigios, pero es un aserto erróneo, pues Cuvier le vio distintamente en las rayas. En el pez luna sus ganglios son bastante grandes, pudiéndosele seguir en la cabeza hasta los nervios del quinto par; pero aun no ha podido verse con bastante claridad su unión con los del sexto, si bien Cuvier cree que lo consiguió en el bacalao.

La distribución de estos diferentes nervios es notable sobre todo por la semejanza que conserva con lo que se ve en las clases superiores. Cada par tiene siempre el mismo destino: el primero va al órgano del olfato; el segundo produce por su espansion la retina del ojo; el tercero, el cuarto y el sexto van á los músculos del ojo, y cada uno de ellos á los mismos que en los cuadrúpedos ó las aves, es decir, el tercero casi á todos, el cuarto al oblicuo superior y el sexto al abductor. El tercero penetra también en el interior del globo y da los filetes de su membrana coroides; mas por lo visto no forma ganglio oftálmico, ó por lo menos no se ha descubierto todavía. El quinto y el octavo par son los mas importantes y los que van á mayor número de partes. El quinto sale del cráneo por un agujero del ala mayor, y está á menudo dividido en dos por un filete óseo. Su división en ramas se verifica en diversos puntos de su curso, según las especies, pero da constantemente: 1.° una rama oftálmica (y) que pasa por arriba de la órbita, va hacia la nariz y se distribuye por las partes adyacentes hasta la punta del hocico y el hueso intermaxilar; 2.° una rama maxilar superior que pasa por debajo del ojo, se ramifica por el carrillo y el hueso

maxilar superior y se anastomosa con el eplérigo-palatino; 3° una rama maxilar inferior (x), que no es á menudo mas que una división de la anterior, da filetes á la parte posterior del paladar y aboca á la mandíbula inferior á su canal dentado: á menudo los filetes del paladar provienen de una rama particular; 4.° una rama eptériga-palatina (*) que se dirige hacia adelante, atraviesa el fondo de la órbita por debajo de los músculos del ojo, sigue la dirección del vómer; pasa por entre este hueso y el palatino, y remata en la punta del hocico donde contrae á menudo notables anastomosis con el maxilar superior; 5.° una rama opercular (r), que atraviesa un canal del hueso temporal, da ramos al crotáütes, al carrillo, á los músculos del opérculo, al mismo opérculo, penetra mas adentro, se une por delante con el nervio maxilar inferior y se distribuye por detrás á las piezas operculares inferiores y á la membrana branquióstega; y 6.°por último, casi siempre una rama (l) que sube hacia arriba del cráneo, se une con una rama del octavo par (s) para salir por un agujero del parietal y del interparietal, y correr todo á lo largo del dorso (0), en los lados de las aletas dorsales, recibiendo filetes de todos los intercostales y dándolos á los músculos y á los radios de estas aletas. Esta rama es superficial hasta el momento en que se introduce debajo de los pequeños músculos externos de los radios. Ofrece á veces igualmente ramos superficiales que descienden á las partes anteriores de los músculos del tronco encima de las pectorales, y otros que llegan hasta la anal donde forman un nervio longitudinal semejante al del dorso. Este nervio es muy grueso en los siluros y lo da descrito Weber en el siluro común y en la lota, si bien se observa también, aunque mas débil, en otros peces y probablemente en todos. El de la carpa viene del octavo par, el del siluro del quinto, y el del bacalao de los dos pares á la vez.

El sétimo par de nervios (s,s), destinado al oido como en los demás vertebrados, nace en los lados de la médula oblongada, entre el quinto y el octavo, dividiéndose de diversos modos para penetrar en los sacos que contienen las piedras y en las ampollas de los canales semicirculares. Contrae también uniones con la última rama del quinto par (a), y sobre todo otra constante con la primera rama del octavo ó el gloso-faríngico (v,v).

En la distribución del octavo par podemos admirar generalmente la constancia con que cada nervio desempeña en todas las clases las mismas funciones.

El gloso-faríngico sale del cráneo unas veces por un agujero del occipital lateral, otras, como en el bacalao, por uno del peñasco, distribuyéndose por la primera branquia, y por algunas partes adyacentes hasta perderse en la lengua.

El nervio vago propiamente dicho sale del cráneo por un agujero del occipital lateral mayor que el precedente, dilatándose á veces, como en la carpa, muy cerca de su origen; y otras, como en la perca, á mayor distancia, en un ganglio ((') que da ramos á las tres últimas branquias y á los faríngicos inferiores. El troneo del nervio continúa por encima de la faringe y sigue el esófago hasta el estómago. Esta distribución es según se ve, la misma que en los demás vertebrados, en cuanto á las funciones que preside el nervio, con la circunstancia de que este ha debido modificar su marcha para dirigirse al órgano respiratorio, por cuanto ha cambiado la situación de este mismo órgano. Pero este par da también un nervio, y á veces dos, cuyas relaciones con los de las clases superiores son menos aparentes. El primero es una rama que sale ya de la base anterior de este par, ya del borde^iosterior de su ganglio, y se dirige en línea recta hasta la punta de la cola. En muchos peces, especialmente en la perca, después de haber dado este



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