Zoología. Reptiles. Lagartos o Saurios. Cocodrilos. Página 153. Tomo 4. Los Tres Reinos de la Naturaleza. en Aragón.

Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de octubre de 2023 última revisión

mente al decir de M.Conybeare. Según parece, Walck, y en seguida Collini fueron los que reconocieron en una caliza de Altorf (Baviera) la existencia de gaviales fósiles.

Después de publicada, en 1810, la primera edición de los Ossemens fósiles por Cuvier, vieron la luz muchas Memorias sobre los cocodrilos indicadas en la segunda parte del tomo 5.° impreso en 1824. Distingue como especie aflnes dé los gaviales las tres siguientes:

1.a La dé las esquistos calizos de Monheim en Franconia (C. priscus) descrita primero por Soemmering. Caracterizante el pico prolongado y cilindrico los dientes inferiores alternativamente mas largos, y los muslos un doble mas largos que las piernas. Dicho individuo medía 2 pies 11 pulgadas 7 líneas de longitud, ó 0,965 milímetros; su cabeza 0,174, y su cola 0,483. Cuvier cree que pertenecieron a una especie muy afin a los restos de otro cocodrilo encontrados en las canteras de Bell (Wurtemberg) y conservados en el gabinete de Dresde. 2.a La segunda especie de cavial fósil proviene de las canteras de los alrededores de Caen, y fue descrita por Lamouroux. Cuvier lo pintó, y Geoffroy le consideró como tipo del nuevo genero Teleosaurus, caracterizándole primero por sus agujeros orbitarios laterales, y luego (en 1831) en las Memorias del Instituto, insistió en la forma particular de las escamas, recargadas ó empizarradas en el dorso simulando las de los peces. Estas escamas del dorso no llevan cresta longitudinal, sino fosetas redondeadas en dos tercios bien cumplidos de su superficie. Presumióse "ademas que las patas tenían la forma de aletas; y los dedos confundidos y sin uñas; cuyos caracteres todavía no se han podido comprobar. Cuvier refiere á la misma especie los huesos encontrados en la caliza compacta del Jura. 3.a La tercera especie de gaviales es la que se halló en las costas de Honfieury del Havre; siendo de creer que haya allí dos especies distintas, una de ellas con el hocico mas corto. Cuvier incluyó en esta misma especie la cabeza de gavial descubierta en Altorf (Franconia) y mencionada mas arriba. Geoffroy formó con esta especie el género Stenosaurus (Mem. del Mus., t. XI., página 146) porque su hocico es angosto y no está dilatado en su extremo nasal.

Por lo que hace á los verdaderos cocodrilos y caimanes, cita Cuvier muchos restos encontrados en la creta ó en las capas variables, situadas encima ó debajo de la misma, en los yesos y margas de los alrededores de París, en los lignitos y las arcillas plásticas, en las-capas de arena ó casquijo en Castelnaudary, en las arenas ferruginosas del condado de Sussex, etc.— Entre los restos de los reptiles hay algunos muy parecidos á los cocodrilos, como que ha sido preciso referirlos á la misma familia; sus huesos y sus escamas son casi análogas; pero difieren por la forma de sus patas, (convertidas en aletas) y porque sus dedos, de muchas articulaciones aplanadas, están confundidos y cubiertos completamente por una piel dividida en celdas escamosas, por lo cual Ritgen les llamó Eretmo-saurus (lagartos nadadores.)

Fitzinger, en 1826, los reunió, en una familia distinta, en su 2.a tribu (Loricata), con el nombre de Ichthyosauroides, dividida en cinco géneros. Suponía que los" géneros Iguanodon y Saurocéphalus tenían las patas imperfectas ó en forma de paletas semejantes á las de los Ichthyosaurus y Plesiosaurus; pero Cuvier no reunió estos animales, sino que por el contrario los consideró como especies perdidas de grandes saurios inmediatos á los monitores ó tupinambis. Los Iguanodon tienen los dientes en sierra, al paso que san sencillos y cónicos en los demás; pero unas veces se hallan insertos en un surco como en los Ichthyosaurus, otras en verdaderos alvéolos como en los Plesiosaurus, los cuales tienen el cuello muy largo, y luego en los Laurocéphalus, que presentan

comparativamente muy corta esta región. Wagler distribuyó de un modo muy singular estos diferentes géneros. Incluyó algunos en sus anfibios ó reptiles, y los demás en la 2." clase de los animales vertebrados con los monotremos bajo el nombre de Gryphi llamando Gryphus al Ichthyosaurus y Halidracon al Plesiosaurus.

Cuvier dedicó todo un capítulo á los géneros Ichthyosaurus (lagartos-pez) y Plesiosaurus (afine de saurio). Hé aquí cómo principia su historia: «Llega-»mos por fin á unos individuos muy particulares entre los reptiles, y tal vez entre todos los animales fósiles, que se parecen muy poco á los que se conocen , y que fueron criados mas bien para sorprender al naturalista mediante combinaciones de estructuras, que, sin duda alguna, creería imposibles cualquiera que no las hubiere observado por sí mismo, ó que pudiese abrigar la menor sospecha sobre su autenticidad. En el primer género un hocico de delfin, dientes de cocodrilo, cabeza y esternón de lagarto, patas de cetáceos; pero en número de cuatro, y por fin vértebra de peces. En el 2.º, con las mismas patas de cetáceos, una cabeza de lagarto y un largo cuello parecido al de una serpiente. Hé aquí los caracteres que nos presentan el ictiusario y el plexiosaurio, después de haber estado sepultados durante tantos millares de años debajo de enormes montones de piedras y de mármoles, puesto que pertenecen á las antiguas capas secundarias, etc.

Del género Ichthyosaurus. Koenig fue el primero que aplicó este nombre á los huesos que se encontraron en el condado de Dorset, y que fueron descritos en 1814 en las Transacciones filosóficas, con el nombre de Proteosaurus, por sir Everardo Home, en cuya obra consignó sucesivamente sus investigaciones y sus descubrimiento sobre esté punto hasta 1820. De suerte que á Home debemos el extraordinario género que nos ocupa, sin que sea eso decir que á tan importante resultado no hayan contribuido los trabajos de otros naturalistas. M. Conybeare presentó el esqueleto completamente restituido, y Cuvier, después de confesar que todas las observaciones se hicieron principalmente en Inglaterra, y de indicar que la mayor parte de las piezas óseas se encontraron en un gres rojo extendido debajo de la creta de un terreno jurásico en los condados de Oxford y de Dorset; en un lias ó mármol gris azulado, margoso y piritoso, y que se han encontrado algunos restos en Honfleur, en Caen, y en el departamento de la Nievre, en Boll (Wictemberg), en Altorf, etc., añade: «Que era un reptil de cola regular, de largo hocico puntiagudo, con dientes agudos, cónicos, estriados,en númerodeunos 30, huecos por la base, y entrantes en un surco común; que sus ojos de enorme grosor, situados lateralmente y con aníllos de piezas óseas en el espesor de la esclerótica, podían facilitarle la visión durante la noche, y daban á su cabeza un aspecto extraordinario; que probablemente carecería de oido externo; que la piel pasaba por encima del tímpano, sin siquiera adelgazarse en este punto, como en el camaleón, la salamandra ó la pipa; que respiraba el aire puro por ventanas nasales oblongas, situadas en la base del hocico y delante del ojo, comunicando por medio de un canal con la garganta; que se veia obligado á salir á menudo á la superficie del agua; que su tronco estaba sostenido por 80 á 90 vértebras, anchas y delgadas en su porción media, con las superficies cóncavas; que sus patas anteriores y posteriores, cortas y planas, estaban transformadas en aletas, compuestas en la parte mas ancha de muchos huesecillos cuadrados, dispuestos en filas longitudinales, formando seis series correspondientes á los dedos ; y que en dicha región tenia mas de 80 piezas dispuestas casi como las de las aletas de los cetáceos.» Prosiguiendo sus conjeturas, se adelanta Cuvier á decir que estos animales

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