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132 LOS TRES REINOS DE LA NATURALEZA.- ZOOLOGÍA.
CAPÍTULO PRIMERO.
de las funciones de relación en los saurios.
En la hgoi a reseña que vamos á dar de eslas funciones, adoptaremos el mismo plan que ya conocen nuestros lectores.
ARTÍCULO PRIMERO.
Pe la osteología de los saurios.
La mayor parle de los saurios tienen el cuerpo tan redondeado y prolongado, que parecen, según observó ya Aristóteles, serpientes con patas.
La cabeza eslá siempre, confundida con el cuello, puesto que no se ve angosUmiento alguno marcado entre estas regiones. La cabeza, ó por mejor decir, el cráneo, se articula constantemente por medio de un solo cóndilo en la parte posterior é inferior del occi-pilal, bácia adelanto, ó mas bien debajo del agujero que da paso á la médula espinal. Sus movimientos son generalmente muy limitados, porque si bien hay-una especie de atlas que se muevo sobre una eminencia epistrofea del axis, apenas se notan , no obstante, los movimientos de torsión ó de rotación de la cabeza sobre la columna cervical.
Las ramas de, las mandíbulas están soldadas entre si en la línea inedia , y la inferior se articula con un hueso cuadrado, libre é independiente del cráneo, menos en los cocodrilos, en los cuales este hueso ¡n-tra-arlicular se suelda intimamente con el temporal, por lo que bajo este punto de vista se semejan á los quelonios y ;i los batracios. A lo que sabemos de estos huesos en general (pág. 20 y 21), añadiremos que la cavidad glenoidea que hace veces de cóndilo , se halla retirada Inicia atrás y hasta debajo del eje di' la ramas de la mandíbula inferior en los cocodrilos, y que en las iguanas y los camaleones va sobre un coito pedículo delante del cual se ve aun. en los Chirotes, una pequeña apólisis corónenles para la inserción del maletero y del temporal, sobre todo en el género Phjsignatiius.
Las vértebras merecen llamar nuestra atención, primero por sus recíprocas articulaciones, y luego por su variado número. — Su cuerpo no |iresenta constantemente la misma forma como el de los olidios, en los cuales la truncadura anterior ó la cara craneal es siempre cóncava, y la posterior ó caudal siempre convexa. A decir verdad, alguna disposición análoga se ve,, sobre todo en las, vértebras del cuello en los cocodrilos, tupiriamhis, iguanas, lagartos, agí-mas, stcllio, y hasta en los camaleones; pero en los Geckos y en algunos otros géneros, unas veces el cuerpo de la vértebra parece plano por delante, con lineas concéntricas que indican las inserciones de las láminas del tejido fíhro-caítilaginoso como en los mamíferos, y otras por el contrarío una depresión ó un agujero cónico ¡jn los dos sentido., /uil.rn -posteriores, aplicados base contra base, y retenidos sólidamente entres! por fibras ligamentosas sucesivamente
mas largas y mas flojas, á medida que corresponden al centro de la concavidad. Las vértebras de la cola son relativamente mas largas que las restantes; y Cuvier ha hecho observar que en los lagartos, las iguanas y los ano'is las vértebras de la cola se rompen con mas facilidad por su porción inedia qué por la articulación natural reforzada por libras ligamentosas?, aféase porqué la cola de los lagartos y sobre todo la de los Anguis, se rompe tan fácilmente, circunstancia ipi«' da origen ala reproducción á veces caprichosa y monstruosa de una cola nueva, en la cual un tejido cartilaginoso reemplaza á las vértebras.
Por lo general la porción anular de cada vértebra eslá muy desarrollada y es muy sólida , sobre lodo la parte correspondiente á las apófisis impares que forman la prominencia longitudinal del dorso. Son especialmente muy notables cu los géneros que tienen una cresta ó arista saliente coino los cocodrilos, los basiliscos, losagamas, los Lophyrus y los Polycbrus. Sin embargo, en los dragones y los cocodrilos, son mas cortas, y en los lagartos, las apófisis espinosas se hallan inclinadas unas sobre otras, como si estuviesen empizarradas ó recargadas. A veces hay otra apólisis impar debajo del cuerpo de las vértebras en cierlas regiones, y sobre todo en la cola , donde á menudo se hallan articuladas, dejando en la lase un espacio pinol que la arteria caudal, que es prolongación de la Jiél-viea, se insinúa casi como la médula raquídea en la paite superior, de suerte que. esas apólisisésiajB realmente en cabriol. Tal disposición choca desde luego en el dorso de los dragones, cuya columna no debería encorvarse por encima mientras eslán suspendidos en el aire, y en seguida también en los camaleones y en las demás especies de cola prehensil, cuando aquella región encorvada comprime los órganos que envuelve. Claro eslá que cu los saurios de cola comprimida ó prendida, como en la mayor parte de los tironéelos, el cuerpo de las vértebras correspondientes ha de tener muchaTmas extensión en el sentido vertical que en el transverso, como que sus apólisis apenas están indicadas | or tubcrculillos que dan una inserción mas marcadaá los tendones de los músculos quecomunican enelnailonioviinicntolateralála cola,del mismo modo que en los peces.—Las apólisis transversas son notables por la carita articular que recibe las costillas verdaderas, y las falsas que llevan las vértebras cervicales mas inmediatas al pecho. Cuéntanse hasta ocho, pero lo regular es de cuatro á seis pares en los lagartos, geckos y amainas. Estas especies de apóndicesde las víiUlnas cervicales difieren de. las verdaderas costillar en no tener doble articulación ó una cabeza ahorquillada. Las apólisis transversas de la cola están en general poco desarrolladas en los uronectos, y en los cumoi-míos varian mucho según los géneros; asi, jiues, están muy desarrollados en las vertebras de la base de la cola en los laguitos y los dragones, pero muy poco en los camaleones y los Anguis.
Índice de páginas de Zoología Reptiles.
Biblioteca ilustrada de Gaspar y Roig.
Los Tres Reinos de la Naturaleza.
Museo Pintoresco de Historia Natural.
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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de abril de 2025 última revisión
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