Naturaleza de Aragón > Museo pintoresco de Historia Natural. > Los tres Reinos de la Naturaleza. Tomo 3
Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de octubre de 2023 última revisión
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del Cóndor, que asegura puede desgarrar la piel de un buey. En ninguna parte los Cóndores, por lo menos los del dia, nos han parecido tan vigorosos: y pocos son los viajeros que hayan corrido las costas del Perú ó la cumbre de las Cordilleras, que no hayan encontrado en los caminos algunos mulos y asnos muertos, y en los cuales los Condores devoran todo lo que les es posible, y atacan solamente el vientre, el ano y la boca, mientras que el resto de la piel se seca sobre las carnes sin que los Condores la puedan despedazar.
Lo mismo que el rey de los Buitres y los Catartos, come el Cóndor de todo lo que es animal, pues le hemos visto alimentarse de Moluscos, aunque no sea este su manjar favorito. Come de todos los animales muertos sin excepción, bien sean Aves, Mamíferos, Reptiles ó Peces, sin manifestar ninguna predilección, á no ser por la carne de los Mamíferos, y hasta no se desdeña de comer sus escrementos cuando se ve acosado por el hambre.
Los Condores son muy poco sociables: huyen desde muy lejos al acercarse el Hombre, y solo en Patagonia, donde veían criaturas humanas, acaso por la primera vez , nos permitieron pasar á la distancia de ciento cincuenta ó doscientos metros de su habitación. Nunca nos dejaban llegar tan cerca, que pudiésemos tirarles sin ocultarnos á la inmediación de una presa ofrecida á su avidez con el objeto de sorprenderlos; en lo cual difieren notablemente de los demás Vultúridos de América, y particularmente de los Urabús, que por decirlo así, viven con los habitantes de aquellas regiones.
Muy difícil seria apreciar con exactitud la verdadera duración de la vida de un Cóndor; pero si hemos de dar crédito á los indígenas, lleva mucha ventaja su longevidad á todas las demás aves. Los indios nos han asegurado que de cuando en cuando suelen ver algunos Condores señalados por sus padres con ciertas marcas particulares impresas cincuenta años antes. El lector conoce como nosotros, que tanto el hecho como la veracidad de él, necesitan ser comprobados, . si es que se les ha de dar algún crédito; pero está fuera de duda que los Condores se multiplican muy poco, y que, comparados con los Catartos, siempre existen en pequeño número.
El Cóndor hembra pone dos huevos de diez á doce centímetros, y blancos según el decir de los naturales de aquella comarca; pero un fragmento que hemos tenido ocasión de observar, nos hace creer que el blanco está semblado de manchas de color moreno rojizo, lo mismo que los huevos del Vultur Aura y el Urubú. Desde el mes de noviembre al de lebrero suele tener lugar la incubación. Entonces las parejas todavía se alejan mas de los lugares habitados, para buscar el paraje que creen á propósito. Los indígenas nos han asegurado que solo la hembra incuba, lo que nos parece difícil de creer, porque en regiones frias algunas veces y sin árboles, el embrión pudiera perecer dentro del huevo durante la ausencia de su madre. Como quiera que sea, tanto la hembra como el macho procuran sustentar sus hijuelos, desembuchando y dándoles con su pico los alimentos que ya habian engullido. Los pequeñuelos crecen con bastante lentitud y apenas pueden volar al cabo de mes y medio. Siguen aun por mucho tiempo á sus padres, que los dirigen en sus primeras cacerías ; pero el término mas largo de su educación nunca excede de algunos meses, y desde este momento se echa de ver que los jóvenes condores se separan de sus padres, y por sí mismos se proporcionan el alimento. Mas voraces entonces que los de edad provecta, aunque menos previsores y menos desconfiados, porque carecen de experiencia, caen mas fácilmente en los lazos de los cazadores; asi se apresan frecuentemente los Condores cuando son jóvenes, y pocas veces si son adultos.
Los Condores perjudican mucho al ganado, porque matan á los animales recien nacidos, y por eso aquellos habitantes los declaran en el dia una guerra de exterminio, y ponen en juego para concluir con su raza muchos y diferentes ardides. Casi siempre los acechan á la inmediación de un lugar donde colocan un cebo á propósito para atraerlos y los matan con tiro de bala, ó bien los dejan devorar á su satisfacción, y cuando están repletos los persiguen á caballo ó los extrangulan con su terrible lazo; otras veces, por último, los sorprenden hartos ya de alimento, en un estrecho cercado de palizadas construido previamente en torno de la presa excitadora, y los matan á garrotazos, sin que les sea posible huir porque se les corta la retirada, y sin que puedan volar á causa de su glotonería que entorpece sus alas, sobrecargando su estómago. No hemos oido hablar de la caza descrita por Molina (1): según este autor un hombre se acuesta de bruces y se emboza en la piel de un buey acabado de desollar; seducido, alucinado el Cóndor por el aspecto de esta piel, pues se figura que es un animal muerto, se aproxima para hacer sus provisiones. Viendo entonces el embozado que es la ocasión oportuna, hace presa en el ave por las patas, para cuyo efecto tiene sus manos provistas de guantes: otros cazadores llegan en seguida y aturden al ave dándole golpes en la cabeza con un palo.
Como todas las rapaces, generalmente el Cóndor resiste mucho a la muerte; pero los habitantes de aquellas regiones forman acerca del particular una idea muy exagerada por el estilo de la de Ulloa, pues pretende que el tejido de las plumas del Condores tan compacto que la bala no penetra en su cuerpo, y hasta añade que se le han descargado de ocho a diez tiros consecutivos sin hacerle daño alguno, pues chocando las balas en las plumas volvieron de rechazo contra el cazador. Este hecho es inverosímil y falso de todo punto, porque hemos matado algunos Condores y desde bastante distancia, no tan solo con balas comunes, sino también con postas y hasta con gruesos perdigones. Sin embargo, como el Cóndor es mas fuerte y de mayor magnitud que cualquiera otra ave de Rapiña, precisamente debe ser mas difícil de matar; así es, que aun después de haber sido gravemente herido, vuela mucho tiempo antes de caer exánime. Sabemos por experiencia propia, que el Cóndor es muy difícil de matar por cualquiera otra via, valiéndose por ejemplo de la extrangulacion. Confesamos francamente que después de haber herido á un cóndor con tiro de bala sobre la costa de la Patagonia, quisimos acabar con él de esta manera, y solo pudimos conseguirlo despues de una hora en que habíamos agotado los mas penosos esfuerzos. Esta observación es aplicable y mas directamente todavía á las Aves de Mar.
El nombre de Cóndor tal vez procede de Cuntur, con cuyo nombre le designan los autores antiguos; y Mr. de Humbolt quiere que se deribe cuntur del verbo quichuano cuntuni (2) que significa exbalar un buen olor, oler bien alguna cosa. No somos de su dictamen, porque en el lenguaje quichuano ó de los Incas, cuando se quiere hablar de cosas que tienen buen olor, se hace uso efectivamente del radical cuntuni ó cuntuy; pero cuando al contrario, se quieren designar los objetos animados ó inanimados que esparcen mal olor, empléase el radical aznak, aznay. Ahora bien; no pudiendo admitir en conciencia que los Quichuanos tuviesen el olfato bastante deprabado para creer que huele bien el Cóndor, se nos figura que no nos separamos mucho de la verdad haciendo que la voz cuntur se deribe de cuntury, nombre del Cóndor, en el idioma de los aymarás (3) anterior según creemos,
(1) Ensayo sobre la Historia natural de Chile.
(2) Vocabulario del padre Diego González Holguin (Lima 1608) pág. 35 y 34.
(3) Vocabulario de la lengua aymarapor Ludovico Bertc-nio Jul. 1612, p. 52.
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Museo pintoresco de Historia Natural. Zoología, animales, aves. Publicado a mitad del siglo XIX. Zoología o Reino Animal. Buffon Historia Natural los Tres Reinos de la Naturaleza
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