Botánica II, por Odón de Buen. Historia Natural. Montaner y Simón, editores. 1892 en Aragón.

Botánica II, por Odón de Buen. Historia Natural. Montaner y Simón, editores. 1892

Odón de Buen Botánica II.

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Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

Botánica con inclusión de la Geografia botánica por Odón de Buen. Historia Natural. Montaner y Simón, editores. 1892
Portada de la edición: Botánica con inclusión de la Geografia botánica por Odón de Buen. Historia Natural. Montaner y Simón, editores. 1892


PARTE SEGUNDA
BOTÁNICA ESPECIAL
PRELIMINARES

CLASIFICACIONES.- para estudiar los vegetales es forzoso clasificarlos; sin una clasificación metódica, racional, que reúna en grupos bien definidos los vegetales afines, sería imposible el estudio del sinnúmero de formas que en la botánica se comprenden.

Las clasificaciones no tiene solo el fin de facilitar el estudio; investigando las relaciones de afinidad entre las formas, se llega a definir el grado de parentesco entre ellas, la sucesión en que han podido aparecer. Hoy, una clasificación es el resultado de estudios que ofrecen grandes dificultades; representa el juicio sintético de este período de febril desenvolvimiento científico.

En cada época de la historia de la botánica ha dominado un tipo de clasificación; se agruparon primero las plantas por sus utilidades, después atendiendo al carácter morfológico; mas tarde se tuvieron en cuenta los caracteres morfológicos, anatómicos, etc., estrechando cada vez mas las relaciones entre los grupos; en la actualidad, depurándolo todo, se trata de formar el árbol genealógico del mundo vegetal. Sucesivamente han imperado las clasificaciones utilitarias, sistemáticas y naturales. La tendencia de la Botánica actual es hacia las clasificaciones genealógicas.

Conviene no olvidar el carácter bajo el que podemos admitir los grupos botánicos; estos no pueden en manera alguna considerarse como divisiones absolutas; si las clasificaciones han de imitar a la Naturaleza deben reflejar la variabilidad de las formas que en esta existen; dependen de las circunstancias del medio y del transcurso del tiempo. Aun siendo circunstanciales, pueden definirse bien los grandes grupos botánicos, buscando la característica de cada uno en las notas culminantes, que han destacarse mucho mejor hacia la parte media del grupo y solo en sus límites son difusas. La transición de grupo a grupo se hace por formas que tienen caracteres intermediarios, y que parecen un obstáculo a la clasificación cuando esta es tan pretenciosa que intenta constituir grupos de límites claros y bien definidos.

Nosotros aceptamos los grupos botánicos que la ciencia moderna nos señala, pero bajo el concepto indicado; seguiríamos gustosos en la exposición una marcha genealógica que copiara la obra de la Naturaleza en el tiempo, poniendo de relieve el origen en las formas actuales; pero esta labor no se ha realizado aún: será seguramente el resultado del actual brillante período científico. Como ejemplo de clasificación genealógica puede servirnos el cuadro de la evolución del mundo vegetal que hemos trazado en la primera parte de la obra.

Como juicio definitivo en la cuestión de las clasificaciones repetiremos aquí las mismas palabras que en el Tratado elemental de zoología trazamos, sustituyendo solo algún término:
La clasificación tiene un gran interés filosófico. No se busca al clasificar el medio de imprimir un nombre y un apellido a cada planta: se busca la genealogía de las formas, problema altamente filosófico y trascendental, ligado a una multitud de hechos que exigen en el clasificador grandes conocimientos y un buen golpe de visita sintético. Gracias a esta tendencia, puede hoy afirmarse que las formas vegetales, ligadas desde un origen común, forman un árbol con algunas ramas y ramificaciones son los grupos de la clasificación; el árbol tiene un crecimiento indefinido.

GRUPOS BOTÁNICOS ADMITIDOS.- Es aplicable a este asunto el criterio mismo seguido en Zoología; tratando de unificar en los hechos lo que la observación unifica y armoniza, es lógico que sigamos en el establecimiento de los grupos botánicos la tendencia adoptada en la clasificación de los animales.

Los botánicos no solían aceptar idénticos términos que los zoólogos; algunos, sin embargo, separándose de este procedimiento Dividen las plantas en tipos, clases, ordenes, familias, tribus, géneros y especies; así lo haremos nosotros, copiando el plan mismo que en la Zoología hemos seguido.

La primera jerarquía orgánica que es necesario fijar es la de individuo, base de todas las agrupaciones. Hemos indicado ya en otro lugar lo que entendemos por individuo. El concepto que la teoría celular impone es el de organización de elementos histológicos que han dividido el trabajo y funcionan armónicamente, produciendo de una vida colectiva, social, resultado de los esfuerzos parciales; cada individuo sigue realizando además su vida propia. Bajo este concepto, cada planta es una verdadera sociedad de células; no obsta esto para que muchos vegetales se asocien y formen lo que se llaman sociedades.

El concepto de la especie, grupo fundamental de toda clasificación, ha dado motivo a grandes controversias; pueden decirse que han sido el problema biológico mas discutido. Los hechos demuestran que no existe ningún carácter permanente y que adquieren, gracias a la fuerza conservadora de la herencia, mayor fijeza aquellos caracteres que dan al individuo mayores facilidades en su lucha por la vida. Por estos caracteres mas permanentes se reúnen los individuos formando especies, grupos que, por fundarse en la herencia, revisten mayor importancia, y que se ha llegado, por la misma causa, a considerar como inmutables.

Dentro de la especie, caracteres menos esenciales dan lugar a las variedades, y si estas se conservan por la generación, se llaman razas. Difícil es fijar los límites de la especie y de la variedad, tanto que es frecuentísimo el que unos naturalistas juzguen como especies los que otros creen variedades y viceversa.

Varias especies que tienen caracteres comunes bien apreciables reúnen para formar un género; este grupo es de los más indecisos: se constituyen muchos géneros que solo tienen una especie, y entre los especialistas hay una gran confusión respecto a los caracteres que deben considerarse como genéricos y los que deben tenerse por específicos. Estas incertidumbres son la mejor prueba de que las divisiones en la Naturaleza no son absolutas.

Reuniendo géneros afines se forman las familias botánicas y sucesivamente, de menos a mas, los órdenes, las clases y los tipos; los Grupos intermediarios se preceden de la partícula sub (sub- familia, sub-orden, etc.); las familias suelen también dividirse en tribus.

La sucesión ascendente de las jerarquías orgánicas aceptadas es, pues, la indica el cuadro adjunto:

Individuo
Especie
Género
Tribu
Familia
Orden
Clase
Tipo

NOMENCLATURA.- Se representa una planta por su nombre genérico seguido del específico; como si dijéramos, por su apellido seguido del nombre. Así, el romero se llama científicamente Rosmarius officinalis; quiere decir esto, que es la especie officinalis en el género de los Rosmarinus; otra especie de este mismo género es, por ejemplo, el Rosmarinus laxiflorus. Tras de estas dos palabras se escribe, abreviado, el nombre del autor que describió la especie, aun cuando la describiera como perteneciente a una agrupación distinta de la en que hoy se le coloca.

Esta nomenclatura se denomina binaria fue su autor Linneo. El vulgo distingue con frecuencia las plantas dándoles un nombre genérico y otro específico; con mas o menos exactitud, llama alhelí a distintas crucíferas semejantes, especificándolas con diversos adjetivos o con los nombres del país de donde la planta procede. Así distingue el alhelí blanco, el alhelí amarillo, el alhelí encarnado, el alhelí de Mahón o el alhelí griego.

Los nombres genéricos son generalmente de origen en griego o de origen latino; siempre se les latiniza. Aluden a propiedades o caracteres de las plantas; son a veces traducción o latinización del nombre vulgar; se dedican a los botánicos mas distinguidos o a los países en donde la planta se ha encontrado. El nombre genérico de Urtica que se da a las ortigas alude a la picazón que producen; el de Parietaria a la localidad en que viven las especies; Agrostis deriva de la palabra griega agros (campo); Iberis es un género Linneano así llamado por ser frecuente en España; Molinia, Ruicia, cavanillesia, Assoa, Mutisia, son géneros dedicados a Molina, Ruíz, Cavanilles, Asso y Mutis.

Los nombres de los tipos, clases y órdenes no obedecen a mas regla que la costumbre. Los nombres que representan a las familias, en su mayor parte terminan en áceas; ejemplo de ellos son las rubiáceas, papaveráceas, ulmáceas, etc., etc.; en algunos casos se continúa usando el nombre que primitivamente se les dio cuando se separe de la regla; así se dice leguminosas, crucíferas, umbelíferas, palmas, gramíneas, compuestas, etc. Los nombres de familias deben castellanizarse según es costumbres entre los botánicos españoles.

Las palabras con que se designan las tribus o sub-familias deben terminarse en eas, no acentuándolas como esdrújulas; de la familia de las ranunculáceas, por ejemplo, se forman las tribus de clematideas, anemoneas, ranuculeas, heleboreas y peonieas.

En la mayor parte de los casos, tanto el nombre de la familia como el de la tribu se forman con el del género que se considera como típico: el tipo de las convolvuláceas es el género Convolvulus: el de las rosáceas, es el Rosa; el de las amemoneas, el Anemone; el de las heleboreas, el Heleborus.

Para dar a las plantas nombres de personas, conviene tener presente el saludable consejo que Linneo daba al célebre botánico español Mutis en una carta que en 1774 le dirigió y que se conserva en el archivo del jardín botánico de Madrid: <<no hagas nombres genéricos- le decía- con los de amigos u otras personas desprovistas de merecimientos botánicos, pues tiempo llegará en que desaparezcan>>

CLASIFICACIONES CLÁSICAS.- Historiar las tentativas hechas para clasificar las plantas, sería trazar la historia general de la botánica. Cada período de ésta ha resumido sus progresos en una clasificación. Hacer la crítica de las clasificaciones, sería tarea por demás pesada e inoportuna en un libro de esta índole; para que el lector pueda referir la clasificación que nosotros sigamos a las que otros libros siguen, copiaremos a continuación algunas clasificaciones clásicas, de diferentes tiempos.

CLASIFICACIÓN DE VAN TIEGHEM.

La que este renombrado autor acepta, inspirándose en el criterio hoy predominante, divide las plantas en cuatro grandes ramificaciones y cada una de estas en clases y órdenes; merece ser conocida por lo generalizada que se encuentra la obra de dicho botánico.

I.- TALOFITAS.

Clase I.- Hongos
Orden:
1. mixomicetos.
2. Oomicetos.
3. Ustilagíneos.
4. Uredineos.
5. Basidiomicetos.
6. Ascomicetos.

Clase II.- Algas.
Orden:
1. Cianoficeas.
2. cloroficeas.
3. feoficeas.
4. florideas.

II. – Muscineas.

Clase I.- Hepáticas.
Orden:
1. Yungermannioideas
2. Marcancioides.

Clase II.- Musgos.
Orden:
1. Esfagníneas.
2. Briineas.

III.- Criptogamas vasculares.

Clase I.- filicíneas.
Orden:
1. Helechos.
2. Maracioídeas.
3. Hidropterídeas.

Clase II.- Equisetíneas.
Orden:
1. isosporeas
2. heterosporeas.

Clase III.- licopodíneas. Orden: 1. Isosporeas
2. Heterosporeas.

IV.- FANERÓGAMAS

GIMNOSPERMAS.

Clase I.- Gimnospermas.

ANGIOSPERMAS

Clase II.- Monocotiledóneas.
Orden:
1. Graminídeas
2. Tuncineas.
3. Lilineas.
4. Iridíneas.

Clase III.- Dicotiledóneas.
Orden:
1. Apétalas superovariadas
2. Apéteadas inferovariadas.
3. Dialipétalas superovariadas
4. Dialipétalas inferovariadas
5. Gamopétalas superovariadas
6. Gamopétalas inferovariadas.

TIPOS Y CLASES DEL MUNDO VEGETAL.- La clasificación que nosotros aceptamos difiere poco de la que ajusta Van Tieghem a su Botánica descriptiva. En primer término denominamos tipos las grandes divisiones de los vegetales, y el de las fanerógamas le descomponemos en dos distintos, en vez de considerar como subtipos a las gimnospermas y angiospermas. En las talofitas colocamos primero a la clase de las algas, que en el tiempo apareció antes que la de los hongos; filogénicamente tienen la prioridad aquellas sobre estos. En los demás, el cuadro de las grandes divisiones del mundo vegetal le ajustamos al publicado por Herail en la Botánica de Behrens.

Véase ahora la disposición y la característica de los tipos y las clases vegetales.

Tipo primero. TALOFITAS.- Vegetales provistos de un talo; sin miembros diferenciados ni flores.

Clase Algas: plantas provistas de clorofila, a veces coloreadas de amarillo, pardo o rojo por pigmentos especialidades; la generalidad son acuáticas.

Clase Hongos: plantas desprovistas de clorofila; raras veces acuáticas; generalmente parásitas.

Tipo segundo. MUSCÍNEAS.- Con tallo y hojas; sin raíces ni flores; el huevecillo produce un órgano esporífero (esporogonio).

Clase Hepáticas: el esporongio se desenvuelve en el interior del arquegibio; protonema muy reducido; las hojas sin nerviaciones.

Clase Musgos: Esporongio desgarrando al arquegonio; protonema bien desenvuelto; las hojas con nerviaciones.

Tipo tercero. CRIPTÓGAMAS VASCULARES.- Con tallos, hojas y raíces, pero sin flores. Anteridios y arquegonios sobre un protalo; el huevecillo produce una planta cuyas hojas son esporíferas.

Sub-tipo. Isosporeas.- esporas todas semejantes, producen un protalo independiente.

Clase Filicíneas; tallos sólidos que producen hojas con abundantes nerviaciones; esporangios ordinariamente agrupados en el envés de la hoja, raras veces dispuestos en espigas; prefoliación no circinada.

Clase Licopodíneas: Tallos sólidos, provistos de pequeñas hojas con un nervio sencillo; esporangios solitarios en la axila de las hojas; prefoliación circinada.

Sub-tipo. Heterosporeas.- Esporas de dos formas distintas:

Unas y otras producen protalos rudimentarios que quedan unidos a la espora.

Clase Rizocárpeas: Esporangios incluídos en una envoltura común (esporocarpo).

Clase selagineláceas: Esporangios no incluídos en una envoltura común, aislados en la axila de hojas ordinarias o modificadas.

Tipo cuarto FANERÓGAMAS GIMNOSPERMAS.- Plantas con raíces, tallos, hojas y flores que producen semillas. Las flores sin periantio; las semillas desnudas; sin ovario cerrado ni estigma.

Clase Gimnospermas, con los caracteres del tipo.

Tipo quinto FANERÓGAMAS ANGIOSPERMAS.- Flores de ordinario con periantio; las semillas producen en el interior de un ovario cerrado; con estigma.

Clase Monocotiledóneas: embriones con un solo cotiledón.

Clase Dicotiledóneas: embrión con dos cotiledones.

PROTOFITOS, MESOFITOS Y METAFITOS.- Aparte los tipos y las clases que aceptamos, podemos dividir los vegetales en tres grandes agrupaciones que corresponden a las que se admiten en las clasificaciones zoológicas basadas en la embriogenia. El fundamento de esta división fue ya indicado en la Botánica general; es puramente histológico y se refiere también al desenvolvimiento de la planta.

Hay vegetales solamente celulares, que si alcanzan diferenciación en sus tejidos, los elementos histológicos no pasan de la categoría de células por variadas que sean sus formas. Tal sucede con los correspondientes al tipo primero, al de las Talofitas (algas y hongos). Los hay de superior estructura, en que los tejidos apoteliales adquieren gran diferenciación; el elemento característico de estas plantas es el haz zigomórfico con su parte liberiana y su parte vascular, con su zona de crecimiento bilateral; estas plantas son las genuínamente vasculares. Entre los dos tipos de estructura indicados, queda un tercero en que domina aun el elemento celular, pero alborea el tejido vascular representado por un haz rudimentario.

A los vegetales puramente celulares (talofitas) se les considera como protofitos.

Los que tienen por eje de su aparato vegetativo un haz rudimentario (muscíneas), reciben el nombre de Mesofitos.
Aquellos en que los haces adquieren superior desenvolvimiento (criptógamas vasculares y Fanerógamas) son los Metafitos.

La presencia o ausencia de los haces es carácter de gran trascendencia; los vegetales desprovistos de aquel elemento son de modesto porte. La soberbia vegetación de las grandes selvas y la risueña de los campos floridos, solo embellecen la Tierra desde que los metafitos la dominan.

TIPO PRIMERO
TALOFITAS.

Le hemos definido en la Botánica general y hemos diferenciado las dos clases en que se divide.

Las talofitas son platas de organización rudimentaria; las primeras que aparecieron en el tiempo. Se hallan comprendidas todas entre los protistas de Haeckel y se pueden considerar como protorganismos que se inclinan hacia la vida vegetal, si bien los caracteres de esta no aparecen en ellos con toda claridad y en toda su extensión.

Dos clases comprende el tipo de las talofitas: las algas y los hongos.

Las algas están generalmente provistas de clorofila; toman el carbono al ácido carbónico de la atmósfera como los otros vegetales.

Los hongos se hallan privados de clorofila; su alimentación es semejante a la de los animales.
No es el carácter con que separamos ambas clases tan absoluto como acabamos de indicar. Entre las algas son bastantes las especies que carecen de clorofila; sin embargo, nadie las lleva al grupo de los hongos; tienen una forma, una anatomía y una fisiología características.

La generalidad de los botánicos colocan antes a los hongos que a las algas; se fundan en la consideración de que la presencia de clorofila da a estas, superioridad sobre aquellos.

Nosotros seguiremos un orden inverso: filogénicamente consideramos a los hongos derivados de las algas, y además es muy difícil precisar en cual de las dos clases se encuentra los vegetales mas rudimentarios. Pocos pueden exceder en simplicidad orgánica a las algas nostocáceas y a las bacteriáceas.

Estas últimas son por muchos consideradas como hongos. Veremos que por su desenvolvimiento se asemejan mas a las algas.

CLASE. I. ALGAS (1)

TALOFITAS GENERALMENTE PROVISTAS DE CLOROFILA; CAPACES, POR TANTO DE DESCOMPONER, MEDIANDO LA INFLUENCIA DE LA RADIACIÓN SOLAR, EL ÁCIDO CARBÓNICO DEL MEDIO AMBIENTE, ASIMILÁNDOSE EL CARBONO.

Forma, estructura y movimientos del talo.- A pesar de las grandes diferencias que en la estructura se observan, las algas son siempre organismos celulares; no tienen nunca ni fibras ni vasos. Las hay compuestas de una sola célula, como sucede con los protoeccus, pero una célula en toda la simplicidad de su estructura; algunas algas unicelulares son sin embargo bastante complicadas; en la Acetabularia (fig. 151) una sola célula se diferencia en un delegado pedicelo que sostiene una especie de sombrerillo parecido al de ciertos hongos; en las diatomáceas la masa protoplásmica se halla encerrada en un estuche silíceo formado de dos valvas, de entre las cuales salen al exterior finísimos cirros dotados de rápido movimiento. Las bacteriáceas ni siquiera llegan a la forma celular; son verdaderos cítodos.


(1) son muy escasas las obras en que se describen las algas de la flota costera española. Desde luego no existe en España un tratado general que abarque todas las plantas de esta clase.

Son recomendables, sin embargo, los trabajos siguientes publicados en nuestro país:

Ruíz de Vera fuci natantes fructificatione commentarius, matriti, 1798. en 8.º Lagasca y Clemente: introducción a la criptogamia española, Mdrid, 1802.

Colmeiro: enumeración de las criptógamas de la península ibérica, Madrid, 1867-1868

Gonzáles fragoso: las algas (biblioteca biológica), Madrid, 1886

Rodríguez y Femenías: algas de las Baleares, Madrid 1888

Lázaro e Ibiza: datos para la flora algolórica del N. y N.O de España, Madrid, 1889.

En algunas floras locales se enumeran bastantes especies de algas.

El grupo de las diatomáceas ha sido objeto de notables trabajos, que en el lugar oportuno citaremos.


El talo de las algas ofrece variaciones muy notables. Puede ser una expasión membranosa simple o ramificada; tener la forma de una cinta como en ciertas Laminaria, de una amplia placa semejante a un cuero recubierto de un mucílago como en las Porphiria; forma de rejilla como en la Ulva cancellata; formas arborescentes que asemejan a los vegetales superiores, con sus ramificaciones cilíndricas y hasta sus prolongaciones rizomorfas, como en las Lessonia del Océano Pacífico (fig. 152), etc.

En cuanto a su estructura, el talo es uni o pluricelular; en las algas filamentosas los tabiques de las células se hallan dirigidos transversalmente al eje del filamento: en las que tienen, como las del género Ulva, el talo membranáceo, los tabiques son longitudinales y transversales; en las de talo grueso, macizo, el tejido celular forma un pseudo-parenquima.

Las expansiones membranosas o los talos gruesos provienen a veces de la fusión mas o menos completa de talos filamentosos pluricelulares, fusión que se realiza en un solo plano (coleochoete) o en todas las direcciones (ceramium).

El talo puede también formarse por la asociación de las células primeramente disociadas (pediastrum, fig. 153, hydrodictyon) o por la reunión de las ramificaciones filamentosas del aga misma. Que se estrechaban, se entrecruzan o se sueldan (Udotea, fig. 154).

La disposición de las células es variada, a veces muy curiosa, y presenta caracteres bastante constantes en las diversas especies, por lo cual sirve la estructura para la determinación específica.

Muchos talos se hallan dotados de movimientos mas o menos amplios, semejantes en las algas inferiores a los que ofrecen los elementos reproductores (zoosperas y anterozoides). En ciertas volvocíneas el movimiento es un todo idéntico al de algunos protozoarios.

Los movimientos parecen ser independientes de la coloración de las células, pues los ofrecen las desmidias verdes, las oscilarias azules, las diatomáceas pardas y las bacterias que son incoloras.

La luz ejerce gran influjo en la movilidad de los talos; ya Cortí observó este hecho de un modo evidente. Colocaba oscilarias en un vaso de vidrio cubierto por el papel ennegrecido, dejando solo una pequeña apertura por la que penetraba la luz; al sexto día de hacer esto, todas las algas se habían colocado en derredor del agujero. Con las bacterias pueden hacerse análogos experimentos.

En las algas de la familia de las desmidiáceas, especialmente en las del género Closterium, se han observado movimientos sumamente curiosos por efecto de la radiacción unilateral; una de las mitades de la célula es atraída por la luz y la otra mitad repelida; ejerce además la luz una acción directiva orientado longitudinalmente a la célula y obligándola a que se aproxime al foco luminoso. Las algas unicelulares tienen la propiedad que se denomina fototactismo en diverso grado, según la intensidad de las radiaciones. En estos vegetales, el heliotropismo es positivo con una débil intensidad, transversal cuando la intensidad tiene un valor medio, negativo si la radiación luminosa es muy intensa, no dependiendo esto, según Berthold confirmó, del color del alga, pues ocurre en las que son rojas como las Antithamnion, en las verdes (Derbesia) y en las pardas (Ectocarpus).

COLORACIÓN.- El color constituye en las algas un carácter botánico de importancia; en él se funda la división en órdenes que la generalidad de los autores acepta.

Al color de las algas deben su extraordinaria belleza algunos países submarinos que imitan bosques de flores mecidas por el inquieto equilibrio de las aguas; algas microscópicas, imperceptillinos.

Sin el auxilio de la lente, dan color a dilatadas extensiones de los Océanos y a extensas sabanas nevadas en las regiones polares o en las regiones alpinas. Los vientos pueden elevar en sus torbellinos legiones de estos protofitos, transportados a considerables distancias y precipitaciones en forma de lluvia tiñendo el suelo de color verde o de color rojo. Diatomáceas juntas con protozoarios cayeron sobre Lión en 1846, nada menos que en la cantidad de 120.000 libras, según cálculo de Ehremberg. Darwín cuenta en su famosa descripción del viaje en derredor del mundo, que una de aquellas lluvias de protozoarios y protofitos cayó en Cabo Verde coloreando el suelo en una extensión de un millón de millas cuadradas.

Para formarse idea de los variados matices, de las brillantez de tonos que estos curiosos vegetales tienen, basta sorprender en días de calma y cielo claro los bajos fondos marinos o examinar en ciertos mares, ricos en flora algológica, la superficie costera que la baja marea deja al descubierto. Dominan principalmente: el color verde, que ofrece a veces el hermoso matiz de la esmeralda; los tonos rojos o mas o menos apagados: e pardo y el amarillo. La delicada estructura arborescente que tienen algunas especies, unida a los todos de su coloración, les da tal hermosura que entre las colecciones de Historia Natural las de algas son las que mas atractivos ofrecen.

La coloración de las aguas del mar por algas microscópicas es fenómeno bastante frecuente. En la isla de Luzón (Filipinas), cerca de Tajo, vieron Freycient y Turrol, hallándose a bordo de la corbeta La Creole, una superficie de 60 millones de metros cuadrados coloreada en rojo por una alga, tan pequeña, que para cubrir un milímetro cuadrado se calcula que serían necesarios 40.000 individuos.

Darwin observó cerca de las islas de Abrolhos, que la superficie del mar se hallaba teñida de un color pardo-rojizo; estudiada el agua, halló en ella una alga que resultó ser el Trichodesmium erythaeum, de Ehremberg. El mismo fenómeno, producido también por conferváceas, pudo observar en diferentes parajes durante el viaje del Beagle.

Cerca de las islas Maldivas el agua tiene color negro, blanco en algún punto del golfo de Guinea, amarillento entre China y el Japón, rojo en el mar del mismo nombre, verde en el golfo Pérsico, y todas estas coloraciones se creen producidas por algunas microscópicas.

El color se debe a la presencia en el interior de las células de pigmentos que colorean a los leucitos. El principal es la clorofila; esta se halla de ordinario unida a la xantofila y entonces la coloración de la planta es verde. Acompaña a los dos principios colorantes indicados un tercer pigmento, distinto de los anteriores por ser soluble en el agua e insoluble en el alcohol y en el éter; el pigmento supernumerario es en unos casos azul (ficocianina), en otros pardo (ficofeina) a veces rojo (ficoeritrina) y en terminadas ocasiones puede ser amarillo oscuro (ficoeritrina o diatomina). De la mayor proporción en que se halle el pigmento supernumerario depende el que ofusque a la clorofila e imponga su color al alga, o que, por el contrario, no pueda contrarrestar por completo la coloración verde y solo sirva para dar a esta tonos o matices diversos.

En las algas de color verde puro existe también con la clorofila la hipoclorina; este principio desaparece cuando se forma algún pigmento supernumerario.

Existen en las algas, pues, cromoleucitos de diversas clases; hay cloroleucitos, cianoleucitos, feoleucitos y eritroleucitos.

La clorofila puede impregnar uniformemente todo el protoplasma o puede hallarse localizada en determinados puntos, formando láminas parietales, cintas longitudinales o arrolladas en espiral, anillos, una red mas o menos complicada, etc.

Los cloroleucitos tienen generalmente en su interior uno o muchos corpúsculos redondeados, incoloros, dotados de mayor refringencia y de una densidad mayor, que se colorean por los reactivos con mas intensidad que el resto, comportándose relativamente a los cloroleucitos de un modo análogo a como se comporta el nucleolo con el núcleo; estos corpúsculos han recibido el nombre de pirenoides. Los cloroleucitos producen también con extraordinaria frecuencia gránulos de almidón que se agrupan en derredor de los pirenoides.

Ni los feoleucitos ni los eritroleucitos suelen tener pirenoides ni gránulos de almidón; los cianoleucitos acostumbran a ir unidos a los cloroleucitos; o mejor aún, la ficocianina va frecuentemente unida a la clorofila; juntas ambas son capaces de colorear de un modo uniforme al protoplasma.

En la coloración de las algas tiene escasa importancia la naturaleza del lugar en que residen o se fijan. No obstante Stenfort ha observado que el color de algunas especies del género Callithamnion, que viven parásitas de determinadas florídeas, se modifica según el color del alga que les soporta.

Hay algas desprovistas por completo de clorofila y de cualquier otro pigmento; en estas la asimilación del carbono ha de operarse forzosamente de un modo parecido a como se opera en los hongos. En cambio la asimilación en las algas coloreadas se halla sujeta a las condiciones que en la fisiología hemos indicado respecto a las plantas verdes.

REPRODUCCIÓN.- Ofrecen las algas ejemplos de variados medios para lograr la reproducción de la especie; al examinar los diversos órdenes de esta importante clase comprobaremos la realidad de esta afirmación.

Se reproducen asexual y sexualmente. Ya en el capítulo relativo a la génesis y multiplicación de las células hemos descrito casos del uno y del otro procedimiento. La renovación total del protoplasma tiene lugar en los (Edogonium; por gemación se producen las ramificaciones en ciertas algas; la conjugación entre elementos homólogos puede comprobarse a cada paso en desmidiáceas y entre elementos distintos en el género Spirogyra. Todos estos casos, excepto el último, pueden considerarse como asexuales.

De las algas adultas proceden unas veces esporas que se fijan y reproducen la planta madre, otras veces huevecillos, y en ocasiones se ofrecen estos y aquellas en una misma especie.

Las esporas se recubren con frecuencia de una capa, mas o menos espesa, de celulosa y permanecen inmóviles; en la generalidad de los casos son desnudas y se hallan dotadas de amplios movimientos; entonces se llaman zoosporas. El movimiento se verifica merced a los cirros vibrátiles, en número variado, de que disponen y se modifica bajo la acción de los agentes exteriores según hemos indicado en lugar oportuno del tomo primero. Las zoosperas, al llegar a cierto tiempo, se fijan, pierden los cirros, se rodean de membrana celulósica y se alargan produciendo nuevos talos semejantes a la planta madre.

Por tres medios distintos se forma el huevecillo en las algas (Van Tieghem): 1. º por el concurso de un anterozoide y una oosfera. 2.º por la diferenciación de un protoplasma inmóvil que pertenece a una célula masculina y se llama polinidio; 3.º por conjugación de protoplasmas semejantes.

El primer medio esta muy generalizado; a el pertenece el caso del (Edogonium, ya citado; el del Fucus vexiculosus, descrito en el tomo I, y en que la oosdera queda libre, pero permanece inmóvil, siendo en cambio móviles los anterozoides; el caso de la Zanardinia collaris y el de la Padina Pavonia. En la Zanardinia la oosfora es móvil lo mismo que el anterozoide; tiene aquella dos cirros vibrátiles, uno dirigido hacia adelante y otro hacia atrás. En la Padina son, en cambio, los dos elementos reproductores inmóviles.

Los polinidios son células pequeñas recubiertas de una membrana celulosa y que tienen cierta semejanza con los granos de polen; de aquí el nombre que se les da. Este medio lo ofrecen las algas florídeas, pudiéndose estudiar fácilmente en las Bangia y Nemalion.

Las algas son casi todas ovíparas; es decir, el huevecillo se desenvuelve independientemente de la madre; que puede considerarse como excepción a esta regla el caso de las florídeas, en las que el huevecillo comienza a desenvolverse sobre la planta madre y a expensas de esta, formándose un verdadero embrión.

Hay huevecillos cuyo desenvolvimiento es inmediato, como sucede a los del Fucus vexiculosus; otros atraviesan en cierto período de reposo: tal sucede en las ediogoneas y en las espirogiras.

DÓNDE Y COMO VIVEN.- Son la casi totalidad de las algas acuáticas y el mayor número de ellas habita en el Océanos; puede decirse que se hallan adaptadas a un régimen acuático, pues aun aquellas que viven fuera del agua necesitan un medio húmedo para desenvolverse.

Las algas se hallan en el agua de diversos modos: las unas fijas a los objetos sumergidos por medio de apéndices rizomorfos, las otras flotando por medio de órganos a propósito; otras tienen el talo completamente libre.

Todos los lugares húmedos tiene vegetación algológica; viven estos vegetales sobre la tierra mojada, en las cortezas de los árboles, en las rocas, etc. La nieve se cubre en determinadas circustancias de un alga, descubierta por Saussure en los Alpes y que se denomina Chlamydococcus nivalis; como tiene color rojo, salpica de manchas que parecen sanguíneas al blando sudario de las altas cumbres alpinas.

Ya hemos indicado antes que algas pequeñísimas dan coloración especial a dilatadas extensiones de los mares; el mismo fenómeno puede observarse en las aguas dulces. En su librito acerca de estas plantas anota Fragoso este hecho. Con mucha frecuencia, dice, se observa que las aguas dulces, después de algún cambio brusco de temperatura se cubren súbitamente de grandes manchas formadas por miríadas de individuos del género Glaecotrichia;
manchas que han sido llamas por el pueblo flores del agua, las cuales desaparecen, tan rápidamente como aparecieron, por cualquier causa climatológica, curioso fenómeno cuya explicación se ha dado recientemente. Reproduciéndose las Glaecotrichia por esporos invernantes. Estos se depositan en el fondo de los pantanos y riachuelos, germinan de la primavera inmediata, y allí permanecen hasta que un día de sol ardiente, determinando una asimilación enérgica, produce el desarrollo de burbujas de gas que, depositadas entre las plantitas, las arrastran a la superficie del agua; llegada la noche, la debilitación de la luz disminuye la cantidad de gas emitido; este se disuelve y las colonias vuelven a emergirse; el mismo efecto producen una lluvia, fuerte, un descenso de temperatura; etc.

Hay algas parásitas o comensales de otras plantas. El fenómeno mas curioso de comensalismo es el que ofrecen los líquenes y de que no hemos ocupado en la Botánica general; las algas que forman parte de esta simbiosis reciben ala vez defensa y alimentación del hongo con quien viven.

Ciertas especies buscan tan solo un abrigo entre los intersticios celulares de otras plantas; esto sucede con los Nostoc, que viven en los individuos del género Lemma, en el talo de las hepáticas, en las hojas de Azolla, en las raíces de Cycas o en las rizomas de Gunera.

Verdaderos parásitos son: el Chlorochytrium, que ataca a las lentejas de agua; el Phyllosiohon, que vive sobre las hojas del Arisarum vulgare; la Mycoidea, que invade la epidermis de las camelias; etc.

Entre las bacteriáceas las hay parásitas y comensales.

La asociación de individuos es en las algas fenómeno muy frecuente; forman en los mares, sobre la tierra húmeda, sobre la nieve, en los lugares pantanosos, etc., vegetaciones de considerable número de individuos, que revisten formas diversas según la que tienen las especies dominantes.

Los fucus y los sargassum cubren a veces extensiones oceánicas inmensas; a la acumulación de estas algas debe su nombre el mar de los sargazos, que tantas descripciones fantásticas ha motivado.

El mar de los sargazos ocupa una extensión aproximada de 400 millones de hectáreas, siete u ocho veces la que ocupa Francia, según Reclús. Se conoce desde tiempos muy remotos y proporcionó vivas inquietudes al gran Colón en el famoso viaje en que descubrió el Nuevo Mundo. Estas inquietudes son descritas por el historiador Washington Irving (vida y viajes de Cristóbal Colón) en los siguientes párrafos que merecen ser transcritos:

<< sobrevino al siguiente día una profunda calma, interrumpida por ligeros vientos del S. O.; la mar, en cuanto alcanzaba la vista, estaba cubierta de hierbas: fenómeno frecuentemente observado por aquella parte del océano, que suele tener la apariencia de una vasta pradera inundada. Se ha atribuído a la inmensa cantidad de plantas submarinas que crecen en el lecho del mar hasta madurarse, época en que las arranca el movimiento de las ondas y de las corrientes, levantándolas a la superficie. Estos campos de hierbas se miraban al principio con grande satisfacción pero al fin estaban ya por algunos puntos densos y entretejidos, que en cierto modo impedían la navegación de los buques. Los marineros, siempre pronto a concebir las aprensiones mas absurdas, se acordaron entonces de alguna narración acerca del océano helado, adonde se decía que solían quedarse inmóviles los buques. Se esforzaban, por consecuencia, en eludir cuanto podían aquellas masas flotantes para que no les sucediera a ellos algún desastre parecido. Otros consideraban aquellas hierbas como una prueba de que la mar iba perdiendo fondo, y hablaban ya de ocultas rocas y bancos, de traidoras bandas, del peligro de varar en medio del océano, a donde podían podrirse sus bajeles y desmoronarse fuera del alcance de humana ayuda y sin costas en que la gente pudiera tomar refugio. Algunas ideas confusas de la antigua fábula acerca de la sumerción de la isla de Atalante herían su mente, llenando de temores su corazón, y creían haber llegado aquella región del océano adonde obstruyen la navegación tierras ahogadas y las ruinas de un continente entero.
Para disipar este pavor usaba el Almirante de la sonda con frecuencia, y aunque esta era de las mas largas, no podía alcanzar fondo. Pero los ánimos de la tripulación habían enfermado gradualmente. Estaban llenos de terrores vagos, de supersticiones y fantasías Todo lo convertían en causa de alarma, y mortificaban a su jefe con incesantes murmuraciones.>>

La explicación de este hecho, de la acumulación de tantas algas en aquellas latitudes, es todavía un problema por resolver acerca del que volveremos a ocuparnos en otro lugar de la obra.

Como la generalidad de las algas tienen clorofila, necesitan de las radiaciones luminosas para vivir; así se observan que a determinadas profundidades oceánicas no existen, y por regla general con la profundidad varía el color de la vegetación algológica. Suelen admitirse cuatro zonas: en la superior viven las algas azules; en la segunda las verdes; en la tercera las pardas, y en la inferior las rojas. Un hecho análogo ha confirmado Falkenberg en las grutas que comunican con el mar, marcando las gradaciones de la luz (véase tomo I, pág. 223)

En la distribución geográfica de las algas se observan particularidades que en la geografía Botánica anotaremos.

ALGAS UTILES.- Encierra esta primera clase de las criptógamas un buen número de especies que reportan utilidades directas al hombre, que se emplean como alimento, como abono, como medicamento de la industria, etc. Prescindamos ahora de las utilidades de carácter general que la vida de las algas presta a la vida de los animales marinos, merced a la asociación que los seres forman en la Naturaleza para realizar individual y colectivamente sus destinos.

La medicina ha utilizado y utiliza las algas; las benéficas propiedades que el aire del mar reporta atribúyenlas algunos (Stenfort) a la gran cantidad de oxígeno que aquellos vegetales desprenden.

El doctor Gressy preconiza el uso de la Fucoglicina, sustancia extraída de las algas, como equivalente al aceite de hígado de bacalao, en la incontinencia de la orina y la caquexia palúdica, y como utilísima en la sífilis (González Fragoso).

En general contienen las algas marinas principios mucilaginosos y amiláceos que las pueden hacer útiles como alimentos; contienen a veces un aceite de olor y sabor desagradables que les comunica virtudes antelmínticas.

El fucus vexiculosus, que tiene sus paredes muy espesas merced a la gelificación de las membranas celulares, se emplea para la preparación de cataplasmas emolientes. En formas diversas se le ha utilizado para curar las afecciones linfáticas y antiguamente se le carbonizaba en vasija cerrada constituyendo así el etíope vegetal usado como antiescrofuloso.

El carragahen (chondrus crispus Lyngb.), llamado también musgo perlado, liquen y musgo de Irlanda, es emoliente, espectorante y nutritivo.

El musgo de Córcega es el algas mas empleada como antelmíntica; corresponde la especie medicinal a la Gigartina helminthocorthon Lamx., pero de ordinario no va solo sino acompañada de otras algas, hasta el número de 22, que desvirtúan bastante sus propiedades. Analizado el helmintocorton por Bouvier halló hasta un 60 por 100 de gelatina y el resto de sales diferentes; también contiene yodo, pero en contra proporción.

Del polvo antigotoso de Sency forma parte un alga denominada Hutchinsia atro-rubescens Ag.
La Corallina officinalis se empleó antes por el carbonato de cal que contienen sus células.

Las algas constituyen en el invierno un excelente forraje para los ganados; las comen solas, o mezcladas con harina: en las costas septentrionales de España son también utilizadas como abono con notable ventaja sobre otros abonos vegetales.

Las algas pertenecientes a los géneros Gelidium, Gloiopeltis, Gracillaria, Endocladia, etc., que crecen en las costas de china, son objeto allí de una explotación industrial; con ellas se prepara la ficocola, haciéndolas sufrir por la acción del agua hirviendo durante algún tiempo; así precipitan una especie de cola, que se coagula al enfriarse y se expende en el comercio bajo la forma de barritas de un medio metro de largas y seis o siete centímetros de anchas.

Los Fucus y Laminaria especialmente forman en Inglaterra y Francia la primera materia de una industria que da de comer a muchas familias: la industria de la extracción de sosa y potasa.

En algunos puntos de Australia hacen envases de formas rudimentarias con las anchas frondes de la D´Urvillae potatorum.

Para la preparación de las telas de seda utilizan los chinos y japoneses el Hai- Tao y el Agar-Agar, productos extraídos de las algas. Este último sirve para la preparación de jaleas culinarias.

El Agar- Agar fue introducido en la técnica microscópica por el Dr. W. Hesse; ofrece respecto a la gelatina grandes ventajas y se emplea para la preparación de cultivos.

No son escasos los puntos del Globo en que se emplean las algas como alimento. La Alaria esculenta Grew., y la Rhodomena palmata Grew., crudas o cocidas se comen por los habitantes pobres de Escocia e Islandia.

En ensalada, en los mismos países, se usan la Porphyra laciniata Ag., y la Ulva lactucas L. en Valparaíso se vende con el mismo fin la D´Urvillea utilis Bory.

La Laminaria saccharina Lamx., produce una mannita que se usa en Bretaña en vez de azúcar; la misma planta, hervida en leche, forma una excelente sopa.

La Ulva compresa L., alga muy extendida, es usada por los japoneses como alimento, condimentándola de un modo variado.

Aun cuando deficiente, copiamos a continuación el cuadro de algas útiles al hombre, del notable y curioso trabajo del doctor Mangenot, titulado Las Algas útiles (París 1883).

COMO FORRAJERAS.
Caulerpa prolifera Lamx. (del Océano Atlántico y del Mediterráneo).

VERMÍFUGAS: Bryopsis Balbisiana Lamx. (del mediterráneo)
Br. Plumosa Ag. (de los mares septentrionales y del mediterráneo)
Grateloupia filicina Ag. (costas europeas del Atlántico y mediterráneo)
Corallina officinalis L. (Océano Atlántico y mediterráneo)
Jania rubens lamx. (atlántico y mediterráneo)
Jan. Corniculata lamx (mares europeos)
Gigartina helminthocorton Lamx (mediterráneo)

PARA BOCINAS:
Ecklonia buccinalis Hornem. (cabo de Buena esperanza y costas antárticas de América).

EN CIRUGÍA:
Laminaria cloustoni Le Jolis (atlántico septentrional, cantábrico).

TEXTILES:
Conferva bulbosa
Scytosiphon filum Ag. (atlántico y mares septentrionales)

ALIMENTO MEDICINAL:
Chondrus crispus lyngb (mares septentrionales)
Plocaria candida Ness (océano Índico)

PARA ESTRAER SOSA:
Himanthalia lorea lyngb (océano atlántico y costas borcales.)
Fucus serratus L. (mares septentrionales)
F. nodosus L. (mares septentrionales)
f. vexiculosus L. (atlántico y mediterráneo)

PARA EXTRAER FICOCOLA:
Halidrys siliquosa lyngb, (mares septentrionales)
Iridae edulis Bory (océano atlántico)
Ceramium ciliatum Ag. (atlántico y mediterráneo)
Gloiopeltis tenas Ag. (mares de china)
Gl. Coliformis Ag. (mares de china)

TINTÓREAS:
Rytiphlae tinctoria Ag. (atlántico, mediterráneo, adriático y rojo)

ALIMENTICIAS.
Porphyra laciniata Ag. (océano atlántico)
Ulva lactuca L. (todos los mares)
Haligenia bulbosa Decaisn (costas europeas del atlántico)
Alaria esculenta Grew (atlántico y costas boreales del pacífico)
Laminaria saccharina Lamx (parte septentrional del pacífico y del atlántico)
Lam. Flexicaulis
Macrocystis pyrifera Ag (mares ecuatoriales)
D´urbillea utilis Bory (mares antárticos)
D´urb potatorum Bory (costas de Van Diemen)
Gelidium corneum Lamx (atlántico y mediterráneo)
Rhodomenia palmata Grew (océanos atlántico y pacífico; mar cantábrico)
Laurentia pinnatifida Lamx (atlántico, mediterráneo y rojo; costas de Nueva Holanda)
Callibtepharis ciliata Kutz (costas septentrionales del Atlántico; cantábrico)

COMO ADORNO:
Plocamium coccineum Grew (atlántico, cantábrico y mediterráneo)

PARA BARNIZAR:
Rytiphlaea tinctoria Ag

PARA LA EXTRACCIÓN DEL AGAR-AGAR
Gigartina isiformis Ag. (mar indico)
Gig. Espinosa Grew (mar indico)


Prescindimos en esta reseña de utilidades, de aquellos grupos como el de las bacteriáceas, que ofrecen especies utilísimas ya para la vida vegetal, a la que presentan importante ayuda modificando elementos del suelo haciéndoles asimilables, ya para la transformación de la materia orgánica en la llamada fermentación pútrida. Las fermentaciones, base de industrias poderosas, base también de actos biológicos trascendentales, son determinadas, según opinión corriente, por algas microscópicas de la familia de las bacteriáceas y que se reúnen bajo la denominación bajo la denominación común de bacteriáceas simógenas.

DIVISIÓN DELAS ALGAS.- Aceptan la generalidad de los autores la naturaleza del pigmento que tiñe al alga como carácter para el establecimiento de los órdenes. Estos son cuatro, según muestra el cuadro siguiente:

A.- talo con clorofila pura.....................................................Orden clorofíceas
B.- talo con clorofila asociada a un pigmento.
a: pigmento azul (ficocianina) que impregna de un modo uniforme al protoplasma >> Cianofíceas
b: pigmento pardo (ficofeina)............................ >> Feofíceas.
c: pigmento rojo (ficoeritrina)........................... >> Rodofíceas.

Las mas sencillas de todas son las cianofíceas y por estas comenzaremos el estudio; seguirán luego en la descripción las clorofíceas, a estas las feofíceas, y el último lugar ocuparán las rodofíceas, que por otro nombre, y con más frecuencia, se llaman florídeas.

Este orden es el mismo, hace observar Van Tieghem, con que las algas se sitúan según la profundidad de las aguas en relación con las radiaciones luminosas que reciben.

En cada orden describiremos sumariamente las familias mas importantes y en estas los géneros que ofrezcan para nosotros mayores interés.

ORDEN. 1 CIANOFÍCEAS.

Algas citódicas, desprovistas de núcleos y de cromoleucitos. El pigmento supernumerario es azul, se denomina ficocianina e impregna de un modo uniforme al protoplasma.

En este grupo se hallan comprendidas las algas de organización mas rudimentaria; entre ellas las hay que están absolutamente desprovistas de toda sustancia pigmentaria y por consecuencia en su función asimiladora se asemejan a la clase de los hongos. Entre estos, y con el nombre de esquizomicetos, comprenden algunos autores a la generalidad de las bacteriáceas; es el criterio que acepta y sigue Lanessan. Otros autores colocan los esquizomicetos entre los animales protozoarios; Claus en su Zoología (tomo I y II de esta HISTORIA NATURAL) les incluye, como su apéndice, al final de los protozoos.

Las cianofíceas se denominan también esquizofíceas.
Se hallan con profusión repartidas por los mares, la tierra húmeda, las aguas dulces y las sustancias orgánicas en putrefacción; viven también unidas a ciertos hongos asocian a otras plantas (Lemna, Azolla, cicadeas), y en ocasiones son verdaderos parásitos.

La ficocianina se halla asociada a la clorofila y xantofila: en el agua da una solución dicróica, azul a la luz transmitida, roja a la luz reflejada: comunica, combinada a los otros pigmentos, colores azul-verdoso, púrpura, violeta o negro; absorbe en escasa proporción los rayos azules; su absorción, en la mitad menos refrangible, alcanza el máximum en el amarillo (Van Tieghem).

Se reproducen por quistes o por esporos. Los primeros son células o mejor cítodos, del talo que se separan, adquieren mayor tamaño, cambian de color y se cubren de una membrana bastante espesa, pasando de la vida activa a una vida latente. Los esporos son inmóviles y se producen por una especie de renovación parcial del protoplasma.

Se divide este orden en dos familias cuyos límites no están bien definidos: la de las nostocáceas y la de las bacteráceas. Esta clasificación no puede considerase como definitiva, es provisional.

FAMILIA NOSTOCÁCEAS.

Hacia el otoño, tras de los días húmedos, vemos como se cubren las avenidas de los jardines y los montículos de tierra de una sustancia que tiene color verdoso y aspecto de mucílago; si le hieren los rayos solares durante el día desaparece, pero vuelve con la humedad de la noche a la manera de las flores del agua que anteriormente hemos citado.

Si examinamos esta sustancia al microscopio, la vemos diferenciarse en una abundante masa gelatinosa que recubre filamentos numerosos, compuestos por series de cítodos redondeados u ovales que parecen las cuentas de un rosario. Podremos comprobar que la sustancia aquella es una alga del género Nostoc, tipo de la familia de las nostocáceas.

No tienen los elementos histológicos de que se forman estas algas categorías de células, pues carecen de núcleo; son cítodos, con un protoplasma granuliento impregnando de una sustancia pigmentaria azul verdosa. En cada filamento, de trecho en trecho, existe un cítodo mas voluminoso, desprovisto de protoplasma, lleno por un líquido hialino; estos cítodos especiales reciben el nombre de heterocistos. La parte de filamento comprendida entre dos de estos cítodos especiales suele a veces desprenderse del resto, salir de la masa gelatinosa y formar aparte una nueva colonia citódica; estas partes desprendidas se denominan hormogonios y son móviles.

Todos los cítodos crecen y se dividen igualmente; de aquí que se produzcan en cada masa gelatinosa un gran número de filamentos apelotonados. Las esporas son quistes que se forman entre los heterocistos; los cítodos agrandan, cambian de color, se cuticulariza su membrana y pasan al estado de vida latente, pudiendo al recobrar su actividad vital desenvolver una colonia de filamentos.

No todas las nostocáceas ofrecen la forma de los Nostoc ni todas viven sobre la tierra húmeda.

Las rivularia tienen filamentos que se terminan en una especie de pelo incoloro desprovisto de crecimiento; hay heteroscistos y los cítodos al dividirse producen filamentos que no se separan del primitivo desde luego; de aquí a veces estas nostocáceas tengan una disposición ramificada, tan solo aparente. Viven en las aguas dulces estancadas.

Las del género Merismopadia son membranosas, tienen el talo disociado y los cítados se dividen en dos direcciones. En el género Chroococcus y otros análogos, el talo es macizo, la división de los elementos histológicos se opera en tres direcciones distintas.

La generalidad de las nostocáceas tienen clorofila, pero las hay desprovistas por completo de toda materia pigmentaria; tal sucede con las Beggiatoa. Viven estas en las fuentes termales, resistiendo hasta la temperatura de 55º y desarrollándose en las aguas sulfhídricas y en las que contienen otras sustancias minerales disueltas. Las algas de este género encierran a veces en su masa cristalitos de azufre.

Filamentosa es también la Anabaena Flos-aqua, que crece con gran rapidez y cubre a veces grandes extensiones de agua. Lo es igualmente el Leuconostoc mesenteroides, el alga muy parecida a los Nostoc pero desprovistas de clorofila como las Beggiatoa.

El leuconostoc merece ser conocido de los industriales. Pues se desarrolla en las cubas que contienen el jugo de remolacha dispuesto para la obtención del azúcar. Es causa de una rápida transformación de este producto y puede por tanto causar grandes daños en las fábricas. Se presenta en masas de aspectos parecido al de los sesos y de consistencia cartilaginosa. Encierran estas masas pelotones de filamentos formados por cítodos esféricos y envueltos por espeso mucílago blanquecino.

Se divide la familia de las nostocáceas en diversas tribus y encierra bastantes géneros cuya diferenciación no puede decirse que sea definitiva. He aquí la división más generalmente aceptada:

1.- tabiques de segmentación de los cítodos dispuestos en una sola dirección. Talo filamentoso, recto, espiral o apelotonado, continuo o disociado, con o sin magma gelatinoso.

Tribu I.- OSCILARIEAS. Pequeñas algas filamentosas, de ordinario muy delgadas, formadas de cítodos iguales todos, que tienen el aspecto de discos cortos. Los filamentos se hallan dotados de Movimientos oscilatorios, a los cuales alude el nombre del género principal, tipo de la tribu. Se alargan por segmentación transversal de los cítosos; se reproducen, separándose porciones de filamentos, las que viven independientemente y se alargan, aumentando el número de elementos histológicos.

Se divide la tribu en dos secciones:

a: Con clorofila.
Género oscillaria Bosc. Filamentos simples; envoltura común rígida, elástica con estrías paralelas transversas. Son palustres o limícolas. Os, viridis Vauch, y Os, limosa Ag., muy frecuentes. Citadas en las Baleares Os. Tenuis Ag y Os sordida Kg. Gén. Lyngóya Agardh. Filamentos sencillos, desprovistos de mucosidad, que mandan con libertad, flexibles, anillados interiormente. Son algas marinas generalmente. Lyn semiplena J. Ag.; lyn luteo-fusca J. Ag.; Lyn polychroa Thuret.; en el mediterráneo. En el cantábrico cita el sr. lázaro la lyn majuscula Harv.

b: Sin clorofila.
Gén. Beggiatoa trevisan. Filamentos sencillos, envueltos de sustancia gelatinosa, libres, elásticos, oscilantes, con puntuaciones estrelladas, primero dispuestos en haces, despues desordenados. Habitan en las fuentes termales. Begg, punctala Trev.

Tribu II.- NOSTOCEAS. Pequeñas algas filamentosas, con heterocistos y crecimiento uniforme. Viven los filamentos, que son moniliformes, asociados en colonias, envueltas por una sustancia gelatinosa, incolora, producida por la gelificación de las membranas de los cítodos. Se desenvuelven sobre la tierra húmeda; desaparecen por la acción de los rayos solares y vuelven a aparecer con la humedad.

Gén. Nostoc Vauch. Cítodos subglobosos. Dispuestos en series simples, monili formes, envueltos por una masa gelatinosa. Son frecuentes el N- commune Vauch.; N. muscorum Ag.; N. glomeratum Kutz.; rufescens Ag.

Gén. Sphaerosyga Ag. De cítodos subglobos, dispuestos en series simples, moniliformes; la masa gelatinosa indeterminada, globosa; el quiste se produce en las dos células más próximas al heterocisto. Sph. Fiexuosa Ag.; sph (Anaboena) Flos aquae Lyngb.; ambas de agua dulce.

Gén. Anhaltia Schw. Cítodos en filas moniliformes, dicotómicas, los superiores son más pequeños y los terminales alargados, filiformes. Anh. Fredericae Schw, vive sobre la tierra húmeda.

Tribu III.- RIVULARIEAS. Se caracterizan perfectamente las algas de esta división por tener los filamentos una prolongación terminal, en forma de pelo y desprovista de crecimiento. Tienen también heterocistos. Son de muy pequeña talla y viven en las aguas dulces estancadas. Formando masas gelatinosas de un color verdoso manchado. La base de los filamentos se halla ocupada por un gran cítodo llamado basilar o límite; los cítodos intermedios entre este y la prolongación terminal son iguales, esféricos o cilíndricos, pero cortos.

Las rivularias se reproducen por la multiplicación del cítodo inmediato al basilar, el cual se divide en una docena de cítodos cilíndricos que a su vez se segmentan y constituyen un largo filamento envuelto por la membrana distendida y espesa del primitivo cítodo; estos filamentos persisten durante el invierno cuando los demás cítodos desaparecen, y en la primavera salen de su envoltura y de cada uno se forma una colonia nueva.

Gén. Rivularia Roth. Filamentos simples, cilíndrico fusiformes, de elementos cilíndricos, envueltos en una cubierta mucilaginosa, que aparecen a veces irradiando de un punto. Palustres o marinos. Riv. Mesenterica Thuret, de las Baleares. Riv nitida Ag., del Cantábrico.

Gén. Calothris Ag. Filamentos simples, sin mucosidad, rígidos, anillados interiormente. Parásitos o marinos. Cal. Confervicola Ag., del Cantábrico. Cal, balearica Born, y flah., en las cisternas de las Baleares. Cal. Parasitica Thuret, sobre Nemalion en las Baleares. Cal. Crustacea Thuret, de las Baleares.

Tribu IV.- ESCITONEMEAS. Algas formadas de filamentos falsamente ramificados cuyo crecimiento se halla localizado en el ápice. Tienen también heterocistos.

Gén. Scytonema Ag. Filamentos ramosos, coriáceos, anillados interiormente. Viven la generalidad sobre las rocas sub alpinas. Scyt, minutum Ag.

II.- tabiques de segmentación de los cítodos en dos direcciones. Talo membranoso, disociado.

Tribu V.- MERISMOPEDIEAS. La segmentación se verifica siguiendo dos direcciones perpendiculares la una a la otra, y las colonias tienen la forma de placas mas o menos anchas.

Gén. Merismopaedia.

III.- tabiques de segmentación de los cítodos en tres direcciones. Talo macizo, disociado.

Tribu VI.- CROOCOCEAS. Algas verdes que habitan las aguas dulces o saladas y los lugares húmedos. Unas veces están formadas de cítodos sueltos y otras de cítodos semejantes unidos en colonias; las membranas se gelifican con mucha frecuencia.
Operándose la segmentación en tres direcciones, se forman colonias mas o menos rodeadas.

Se aceptaban en esta tribu varios géneros: el Chroococcus, base del grupo (Chr. Turgidus Rabenh); el Glaeocapsa (Gl. Polydermatica Rabenh) y otros. No pueden considerarse estas divisiones sino como provisionales.

FAMILIA BACTERIÁCEAS

Es fácil proporcionarnos un tipo de estudio; sea este el Bacterium termo. En una infusión vegetal, al cabo de algunos días, aparece una especie de membrana blanquecina que cubre la superficie de la infusión; en el microscopio se diferencia esta membrana gelatinosa en un sinnúmero de corpúsculos alargados, dotados de movimiento de avance, libres unas veces, formando series otras; en el campo hay una movilidad extraordinaria.

Examinados detenidamente estos corpúsculos se ve que están constituidos por un protoplasma envuelto por una membrana; son verdaderos cítodos. Viven reunidos en gran número, rodeados por la sustancia gelatinosa, y las masas reciben el nombre de zoogleas (fig. 155 b).

No se puede negar gran semejanza entre el Bacterium que describimos y las algas nostocáceas; la naturaleza citódica de los elementos histológicos, la vida en masas gelatinosas, la movilidad son puntos suficientes de contacto. Convienen además en el medio de reproducirse por escisión transversal; cada cítodo se divide en dos, luego en otros dos, y continuando esta marcha se forma un filamento largo, en el que los cítodos aparecen muy inmediatos los unos a los otros; los filamentos son rectos, encorvaos, acodados, etc.

En algunas especies. El Bacterium termo entre ellas, se ha descubierto una multiplicación esporádica endógena. En efecto, a veces el protoplasma en los cítodos alargados se concentra, formando numerosas pequeñas esporas que luego quedan en libertad por la ruptura de la membrana; las esporas resisten mucho tiempo un medio adverso y se alargan cuando les rodean circunstancias favorables.

Pasteur ha llegado afirmar que pueden las esporas resistir la acción del alcohol absoluto, del agua hirviendo y del oxígeno concentrado, pero no parece confirmarse esta afirmación. Las esporas se forman solos cuando la bacteriácea se halla en condiciones desventajosas; cuando le rodea un medio favorable, la reproducción es por bipartición. Colocadas las esporas en series lineares forman filamentos moniliformes como los de ciertas nostocáceas.

La forma de los cítodos es muy variable, y precisamente se atiende a ella para establecer las dividiones genéricas: cuando son esféricos, estén unidos o disociados, la bacteriácea es un Micrococcus (fig. 155 a); si son cilíndricos y se disocian apenas formados, es un Bacterium; si permanecen unidos en varillas mas o menos largas, se denominan Bacillus; cuando los filamentos son de longitud indefinida, se les considera como Leptothrix si carecen de envoltura, como Crenothrix si la tienen y como Cladothrix si ofrecen falsas ramificaciones. Los filamentos pueden no ser rectos, sino espirales; en este caso se encuentran los Vibrio, cuyos elementos se disocian en seguida, y los Spirillum, que son mas alargados y tienen muchas vueltas de hélice; cucando la espiral es muy larga pertenece al género Spirochate (veáse lám. 1).

No todas las bacteriáceas son filamentosas; las hay cuyos filamentos se apelotonan y se aglutinan formando masas (ascococcus) Las hay también cuyos cítodos se segmentan en dos direcciones distintas y el talo es membranoso (merista), y en algún caso (sarcina)la segmentación tiene lugar en tres direcciones. Resultando una masa cúbica.

El movimiento de que están dotadas las bacteriáceas es variable, según la forma de las especies; los Micrococcus tienen movimientos parecidos a los brownianos; las bacterias se mueven en sentido longitudinal y con una especie de oscilación; los Spirillum tienen movimiento de rotación como el de un tornillo. En algunas especies se terminan las extremidades del filamento por cirros; este hecho se comprueba perfectamente en los Spirillum; Koch y Cohn han generalizado la observación a muchas otras bacteriáceas.

La generalidad de las algas de esta familia se hallan desprovistas de clorofila; las hay que poseen este pigmentum (Bacterium viridis). Las que carecen de él viven de un modo análogo a los hongos; fundándose en esto ciertos botánicos, forman con las bacteriáceas el grupo de los hongos esquizomicetos.

Se les cultiva en medios a propósito, en caldos neutros o en el agua destilada, que contiene por litro 10 gramos de tartrato amónico, uno de fosfato de potasa O,2 gr de sulfato de magnesia y 0,1 gr de cloruro de calcio; vegetan perfectamente; se esteriliza antes el líquido sometiéndose a una temperatura de 110º, y se aísla de los gérmenes atmosféricos cerrando el frasco de cultivo con algodón en rama.

Viven las bacteriáceas en medios diversos: e las aguas estancadas y en las aguas corrientes, en el lodo, sobre los restos en putrefacción, en el cuerpo de los animales o de las plantas, etc.

Por las descomposiciones que motivan en las sustancias diversas de que se nutren, se han dividido las bacteriáceas en cromógenas, si ocasionan las rápidas descomposiciones de la fermentación, y patógenas cuando se desenvuelven en el cuerpo de los animales son causa de enfermedades.

No puede juzgarse como problema resuelto el que se refiere a la acción patogénica de los microbios (nombre con que vulgarmente se conocen las bacteriáceas): hay autores que sostienen esta acción y hay microbiólogos eminentes que no creen lo mismo; lo que no enfermedades y la aparición en el enfermo de ciertos microbios, sean estos la causa productora, el medio propagador o el efecto de la enfermedad.

Reina verdadera confusión acerca de la distribución genérica de las bacteriáceas; unos autores aceptan mayor número de géneros que otros y las divisiones de esta categoría se multiplican sin cesar.
Aceptaremos en esta distribución el criterio seguido por Wunschen en su libro Die Pilze (traducción francesa de Lanessan).

Las bacteriáceas se dividen en tres tribus:

Tribu I.- SARCINEAS.
La segmentación de los cítodos se verifica en tres direcciones distintas. El talo resulta cúbico, disociándose en cubos a medida que crece.

Gén. Sarcina Goods. Los cítodos se dividen por tabiques cruzados y los nuevos resultan unidos, asemejando el conjunto un paquete cúbico ligado por dos cordones que se cruzan. La única especie conocida es la Sarcina ventriculi Goods, que fue hallada en las materias vomitadas por enfermos de cáncer del estñomago t de otras afecciones gástricas; forma manchas amarillentas (fig. 12 lám.1).

Tribu II.- MERISTEAS.
Existen dos direcciones de segmentación de los cítodos. El talo es membranoso y se disocia en tetraderos a medida que crece.

Gén. Merista

Tribu III.- BACTERIEAS.
La división de los cítodos tiene lugar siempre en la misma dirección, de modo que los elementos cuando no se separan, quedan unidos en rosario. El talo es filamentoso, pero a veces parece macizo por apelotonarse los filamentos y por la agregación de cítodos disociados.

La división en géneros puede hacerse según la siguiente clave:

A. Cítodos reunidos en grupos mucilaginosos o gelatinosos.
a. cítodos (en reposo) reunidos en grupos mucilaginosos amorfos.
1. cítodos esféricos o elipsóideos, incoloros o débilmente coloreados, inmóviles....Micrococcus.
2. cítodos un poco alargados o en forma de cortas varillas, móviles......... bacterium.

b. cítodos reunidos en grupos gelatinosos de contornos bien limitados. Cítodos esféricos, incoloros, muy pequeños. Grupos gelatinosos, cartilagínes, tuberosos, globulosos o en forma de cilindros alargados, rodeados de una capa de Mucílago mas o menos espesa, lobulados o aglutinados........................... Ascococcus.

B. cítodos dispuestos en filamentos.
a. filamentos cilindricos, indistintamente articulados.
1. filamentos no ramificados.
a. filamentos muy tenues, cortos...................................................................... Bacillus.
b. filamentos muy tenues, largos...................................................................... leptothrix.

2. filamentos profusamente ramificados por una falsa dicotomía .....................Cladothrix.

b. filamentos espirales.
1. filamentos cortos, débilmente encorvados....................................................vibrio.
2. filamentos largos, espirales, flexibles..........................................................Spirochoete.
3. filamentos cortos, espirales, rígidos.............................................................Spirillum.
4. filamentos apelotonados en una masa gelatinosa........................................Myconostoc.

Gén. Micrococcus Cohn. Comprende este género especies formadas por individuos citódicos, cuyos cítodos son esféricos o redondeados, incoloros o dotados de color, que tienen ordinariamente un diámetro menor de una milésima de milímeyto y vive en masas gelatinosas o en filamentos moniliformes.

Las especies pueden distribuirse en dos secciones como sigue:

A. cromógenas, que producen materias colorantes.
Pequeñas masas mucilaginosas, que aparecen en la superficie de los alimentos orgánicos, sólidos o líquidos, en el pan, el queso, la carne, los huevos duros, las patatas, la leche, etc.
1. pequeñas esferitas incoloras que forman mucosidades sobre el queso, etc...... M. candidus Cohn.

2. las materias colorantes son insolubles en el agua, en el alcohol y en el éter, pero se disuelven en gotitas butíricas de la leche.
a. masas mucilaginosas rojas ............................................M. prodigiosus Cohn.
b. masas mucilaginosas amarillas......................................M. leteus Cohn.

3. las materias colorantres son solubles en el agua.

a. masas mucilaginosas verde amarillo de huevo.............M. aurantiacus Cohn.
b. masas mucilaginosas verde amarillentas de un color verde hierba... M. chlorinus Cohn.
c. masas mucilaginosas azuladas......................................................M. cyanus Cohn.
d. masas mucilaginosas de color violado..........................................M. violaceus Cohn.
e. masas mucilaginosas de color de orín...........................................M. fulvus Cohn.

B. patógenas, que se consideran como productas de enfermedades contagiosas,
1. se encuentra abundante en la vacuna pura y en las pústulas de viruela......M. vaccina Cohn.
2. en los tejidos de las membranas mucosas, de los músculos y vasos de los diftéricos.... M. diphthericus Cohn.
3. en el plus y en las secreciones de las llagas en la septicemia, micosis intestinal, etc. M. septicus Cohn.
4. en el jugo del estómago de los gusanos de seda enfermos..........M. Bombycis Cohn.

Gén. Bacterium Duj. Filamentos constituídos por cítodos cilíndricos, mas o menos alargados. Se forman estos filamentos por la división de un cítodo primero, al cual quedan unidos mas o menos tiempo los que después se derivan. Se mueven con bastante rapidez y forman zoogleas cuyo magma es gelatinoso, mas denso y mas abundante que en el género anterior.

Las especies que nos interesa conocer son las siguientes:

A. cromógenas.
1. colorea de amarillo la leche hervida y la vuelve alcalina.............B. xanthium Schr.
2. colorea de verde el pan.................................................................B. oeruginosum Schr.
3. forma en la leche manchas azules.................................................B. syncyanum Schr.

B. zimógenas

1. cítodos cilíndricos, largos de 1`2, reunidos a veces por partes. Fermento de la putrefacción .................................................... B. termo Ehrgb.
2. cítodos más lagros (de 3`8 a 5`25) y mas anchos que en la especie anterior. se encuentran en el agua estancada, en las infusiones y en la superficie de las materias nutritivas sólidas ........................................................ B. lineola Cohn.

Gén. Ascococcus Billr. Colonias tuberosas, de 20 a 160m de longitud. Forman membranas mucilaginosas, plegadas, en la superficie de los líquidos en putrefacción. Asc. Billrothii Cohn.

Gén. Bacillus Cohn. Las bacteriáceas de este género tienen sus cítodos alargados, cilíndricos, unidos de ordinario en número considerable formando filamentos rectos, encorvados o en ziszás. En este género se comprende hoy el Bacteridium de Davaine, cuyo carácter principal es la inmovilidad de los filamentos.

Las especies importantes son las que siguen:

1. colorea a veces el arroz hervido de color rojo ladrillo.......................B. ruber Franck.
2. con los filamentos muy delgados y flexibles. Cítodos largos de 6m. fermento de acidificación butírica............................................................................B. subtilis Cohn.
3. filamentos ordinariamente más cortos y más fuertes que en el anterior, siempre inmóviles, largos de 7 a 12m. en la sangre de los animales atacados del carbón....B. anthracis Cohn.
4. filamentos mas gruesos y rígidos que el subtilis. Cítodos de 10m de longitud y 2m de anchura. En las infusiones...................................................................B. vena Cohn.
Rojas que colorean el agua cuando se remueve (ophidomonas)............. Sp. Jenesis Ehrbg.

Gén. Myconostoc Cohn. Los filamentos se hallan contorneados en espiral, pero están formando una pelota mucilaginosa. La especie típica es el Myconostoc gregarium Coho., cuyas bolas mucilaginosas tienen de 10 a 17m de diámetro; se les encuentra en gran número nadando en la superficie de los líquidos en putrefacción.

ORDEN II. CLOROFÍCEAS.

Algas verdes, provistas de clorofila pura. Los elementos histológicos que las constituyen son células, núcleo o núcleos y cloroleucitos.

Las algas comprendidas en este orden difieren bastante por su aspecto, por su reproducción y por el género de vida; será más conveniente indicar las particularidades que ofrecen cada una de las familias en que el orden aparece dividido.

Para la división en familias se atiende a los caracteres en familias se atiende a los caracteres que deivan de la estructura del talo y del modo de reproducirse.

Se admiten cinco familias caracterizadas como sigue (Van Tieghem)

1ª conjugadas. Talo formado esencialmente de un filamentos con tabiques transversos, simple, homogéneo y de crecimiento intercalar en toda su extensión; unas veces se separan apenas formadas, y el talo es disociado. Sin esporas. El huevo procede de la fusión de isogametas inmóviles.

2ª cenobiadas. Talo unicelular, de crecimiento limitado, pero se asocian varios para formar una colonia o cenobio. Con zoosporas. Huevecillo formado unas veces por fusión de isogametas móviles y otras por anterozoide y oosfera.

3ª sifonadas. Talo constituido por una célula tubulosa, de ordinario grande y abundantemente ramificada. Con zoosporas. El huevo procede de la fusión de isogametas móviles o de un anterozoide y una oosfera.

4ª conferváceas. El talo tiene tabiques celulares, en una dirección, en cuyo caso dirma un filamento simple a veces, de ordinario ramificado, o en las dos direcciones del plano formando una Fila simple o doble; en este caso se halla acanalado. Con zoosporas. El huevecillo se forma por confusión de isogametas móviles, por anterozoide y oosfera y polinidio.

5ª Caráceas. Las células del talo se dividen por tabiques dispuestos en tres direcciones; el talo se ramifica en verticilos.
Sin esporas. El huevecillo procede de la unión de un anterozoide y una oosfera.

FAMILIA CONJUGADAS.

Forman estas algas un grupo muy natural y al que algunos autores (Wille) dan categoría de orden. Son todas de agua dulce; las hay que viven sobre la tierra húmeda (Zygogonium).

Presentan algunos muchos puntos de contacto con las cianofíceas filamentosas, por la disposición y segmentación de los filamentos y por la gelificación de las membranas, que forma grupos gelatinosos. Son, sin embargo, de estructura más elevada, puesto que los elementos histológicos son celulares, con núcleos bien distintos, con cloroleuccitos y pirenoides en derredor de los que se forman granos de almidón.

El nombre de estas algas alude a su modo de reproducción; no se forma en ellas espora alguna. Los huevecillos resultan de la conjugación de dos protoplasmas pertenecientes a distintos filamentos; se produce un cuerpo protoplásmico nuevo, que se denomina zigospora, que pasa largo tiempo en reposo y germina tras de una vida latente.

Aceptan los autores tres tribus dentro de esta familia: zignemeas, mesocarpeas y desmidieas.

TRIBU ZIGNEMEA. Tienen por el tipo el género Spirogyra; son éstas, algas de agua dulce que viven en los estanques formando masas verdes filamentosas. Los filamentos se prolongan por crecimiento intercalar y por la segmentación de las células.

Vistas al microscopio, presentan las células el pigmento clorofílico distribuido en cromatóforos que unas veces forman fajas espirales (Spirogyra), otras veces dos masas estrelladas (Zygnema) en el eje de la célula, o una placa axil (Debarya)

La formación del huevecillo tiene lugar por la conjugación de las masas protoplásmicas concentradas (gametas), de dos células situadas en distintos filamentos, la una frente de la otra. Esta conjugación puede verificarse a la vez entre células diferentes, produciéndose varios huevecillos.

La función tiene lugar de dos modos distintos; antes de conjugarse las gamteas, estas se forman en las respectivas células sufriendo el protoplasma de cada una fuerte contracción, desapareciendo parte del jugo celular que pudiera contener; se ha producido anteriormente un canal que las dos células. Cuando llegan a tal estado las cosas puede ocurrir que ambas gametas caminen por el canal de conjugación hasta encontrarse en la parte media; este caso se denomina isogamia; puede ocurrir también que mientras una de las gametas permanece inmóvil la otra abandona su célula madre, camina por el canal va a conjugarse con la otra en el interior de la célula de ésta: este es un caso de heterogamia. La fig. 156 A es ejemplo de lo primero; la fig. 157 lo es del caso segundo. En ambos, el resultado es la producción de un huevecillo, denominado zigospora.

En la heterogamia se considera como filamento masculino aquel de que procede la gameta móvil y como filamento femenino el que contiene a la célula en cuyo interior tiene lugar la conjunción de dos protoplasmas.

Puede darse el caso de que un mismo filamento, encorvándose, de nacimiento a gametas masculinas y femeninas (ciertas especies de Spirogyra). También ocurre a veces de una célula femenina parten dos canales o otras dos masculinas y el huevo resulta de la fusión de tres gametas. En cambio sin previa conjugación, a veces una célula concentra su protoplasma, este se rodea de una nueva y densa y membrana y resulta formado, si no un huevecillo, una espora que se denominan azigospora; es un fenómeno de partenogenesis.

El carácter especial de las algas de esta tribu, el que les diferencia de las demás, es tener forma filamentosa y formarse en ellas las gametas por renovación total.

En una reciente monografía de Willie ( en Engler y Prantl: die naturlichen pflansen familien; algunos botánicos aceptan además el Sirogonium que Wille considera como sección el Spirogyra. Los géneros pueden distribuirse como sigue:

A. gametas heterogamas que sufren el confundirse fuerte contracción.
a. dos cromatóforos estrellados en el eje de cada célula. Gén Zygnema (fig. 156. b, c)
b. cromatoforos en bandas espirales............................ Spirogyra (fig. 157).
c. cromatófo en forma de corta placa axil.................... Debarya (fig. 165 D).

B. gametas isógamas que se confunden sin contraerse en el canal de conjugación.........>> Zygogonium (fig. 156 A).

Tribu MESOCARPEAS. Su carácter distintivo está en que las gametas se forman por renovación parcial del protoplasma; no todo el que encierra la célula contribuye a la formación de la gameta. Por lo demás son algas filamentosas y la conjugación es isógama, pareciéndose mucho por todos los caracteres a las zignemeas.

En uno de los géneros, el Gonatonema, sin previa conjugación pasan las gametas al estado esporádico, a la vida latente precursora de la germinación que produce un nuevo individuo. Es un caso de apogamia como el que ofrecen ciertas Spirogyra.

Willie admita tan sólo dos géneros en esta tribu: el mougeotia (fig. 158 A) y el Gonatonema (fig. 158 B y C), en el primero comprende los que han sido denominados Mesocarpus Hass., serpentina Gray, Genufleza Link, Staurocarpus Hass., Sphaerocarpues Hass., Staurospermum A. Br., Craterospermum, A. Br., pleurocarpus A. Br., Plagiospermum Cleve, Shaerospermum clave.

En el Gonatonema Wittr. Sólo se comprenden dos especies: la G. ventricosum Wittr., de Europa y Norte de América y la G. notabile Hass (mesocarpus notabile), de Europa.

TRIBU DESMIDIEAS. Son algas conjugadas filamentosas o constituidas por células disociadas, cuyas gametas se forman sin previa renovación o rejuvenecimiento en los lugares pantanosos, siendo muy abundantes en las turberas.

Las que son filamentosas (Gonatozygon, Genicularia, fig. 159 C y D) se asemejan mucho a las zignemeas, mucho más cuando tienen, como en los ejemplos indicados, los cromatóforos en espiral, o cuando son estrellados, de forma de cinta o faja, etc.

La mayor parte son unicelulares y están dotadas de movimientos mas o menos amplios influidos por la luz, según en otro lugar hemos indicado. Se observan en algunos géneros (Pleurotoenium Closterium) vacuolas contráctiles, una en cada extremidad.

Las células dosiciadas pueden reproducirse asexualmente, por división; el proceso de este hecho puede verse en el Cosmarium Botrytis (fig. 160); cada célula está formada de dos mitades simétricas, separadas por un espacio estrecho, una especie de istmo; por esta parte, la membrana externa se desgarra circularmente, las dos mitades se separan quedando unidas por una especie de tubo que forma la delgada membrana interior que el Cosmarium tiene; en el tubo aparece primero un tabique, luego se desdobla y entre los dos hemisferios celulares se van desenvolviendo otros dos que llegan a tener la misma forma y a veces mayor tamaño que los primeros; así se originan dos células que cada una contiene la mitad de la antigua.

En la misma especie puede estudiarse la conjugación entre dos células diferentes, suerte de reproducción sexual rudimentaria característica de esta familia de las algas.

En la parte estrecha de la célula del Cosmarium (fig. 161 A, B) se desgarra la membrana exterior y se produce en el canal de conjugación C; unidos los de dos células, entre estas se va formando la zigispora (fig. 161 B), en la que al fin se concentra el protoplasma, limitándose bien por la cubierta y quedando las primitivas células ocupadas por un líquido acuoso; en la (fig. 161 C) la zigospora aparece ya formada; D, E y F son estados sucesivos del desenvolvimiento del huevecillo, y este maduro aparece en F.

La germinación del huevo tiene lugar rompiéndose las dos cubiertas celulósicas que tiene y quedando libre el protoplasma este se rodea de una membrana, en el aparecen dos cromatóforos, se estrangula en la parte de media y se divide en dos células hemisférocas; cada una vuelve a sufrir la estrangulación y se forman así dos células ordinarias de Cosmarium que a su vez se dividen por el procedimiento antes indicado.

Son muchos los géneros de esta tribu; Wille describe hasta treinta y uno. Nos limitaremos a citarlos.

Gén. Mesotoenium Nag. (fig. 162 A), con 12 especies.

Gén. Ancylonema Berggr (fig. 162 B), con una sola especie (A. nordenskioldii).

Gén. Penium de Bary (fig. 162 C), es el mismo Pleurosicyos de Corda, la sección Netrium Nag. Del closterium; el Dysphinctium a. Actinotoenium Nag; el Schizospora Reinsch. Contiene hasta 38 especies en la actualidad.

Gén. Cylindrocystis de Bary (fig. 162 D), llamado también Trichodictyon Kutz comprende 5 especies.

Gén. Closterium Nitzsch (fig. 162 E) (vibrio Mull; Lunulina Bory, Muelleria Le Clerc, Arthrodia rafinesque, stauroceras kutz). Esta dividido en tres subgéneros (Euclosterium Wille, rostrata Wille y asteroselene Wittr), que comprenden hasta 95 especies.

Gén. Pleuritaenium Nag. (fig. 162 G) (Arthrorabdium Ehrb), con 24 especies.

Gén. Docidium Bréb. (fig. 162 H); está en él incuido el Triploceras Bail, como un subgénero y encierra 23 especies.

Gén. Cosmarium Corda (figs. 160 y 161) (heterocarpella Bory, Ursinella Turp, Tessarthonia Truo, Tessararthra Ehrb, Colpopelta Corda, Pithiscus Kutz). Comprende cerca de 300 especies.

Gén. Cosmocladium bréb. Cuatro especies.

Gén. Pleorotaeniopsis Lund (Dysphinctium, b. calocylindrus Nag., c. Dysphinctium Nag., cosmaridium Gay). Una sola especie.

Gén. Arthrodesmus Ehrb. Con 25 especies

Gén. Holacanthum Lund. Con 29 especies.

FAMILIA CENOBIADAS.
(PROTOCOCOIDEAS WILLE)

Algas de agua dulce cuyo talo es unicelular, de crecimiento limitado. Varios individuos suelen vivir asociados constituyendo una colonia llamada cenobia, de forma y disposición variables.

Se reproducen por medio de zoosperas, y entre ellas las hay que forman huevecillos, ya por isogamia entre gametas móviles o inmóviles, ya por la unión de un anterozoide y una oosfera.

Admitense se ordinario en esta familia dos tribus: la de las hidrodictieas y la de las volvocineas. Sin embargo, la distribución esta deja mucho que desear; sería quizá preferible seguir en estos grupos de la tendencia que sigue Willle en el libro actualmente en publicación Die naturlichen pflanzen familien y que dirigen Engler y Prantl (leipzing- Engelmann).

El autor mencionado separa de las algas clorofíceas las conjugadas y las caráceas formando grupos aparte. Las conjugadas quedan así reducidas a las cenobiadas, sifonadas y confervas, pero no las divide como Van Tieghem y otros autores, sino que establece tres grandes divisiones: Protococoideas, Confervoideas y Sifoneas, fundando la división en la manera de estar constituidas, en la estructura de sus cuerpos vegetativos. Los dos grupos últimos corresponden en el nombre a las familias que nosotros hemos aceptado; difieren algún tanto en la extensión. Las protococoideas corresponden en parte a las cenobiadas; comprenden sin embargo un número mayor de tribus, que Wille considera como familias.

El grupo de las protococoideas debe caracterizarse de modo diferente a como hemos caracterizado las cenobiadas, pues no todas las familias forman colonias o cenobias. Cabe, no obstante, reducir ambos grupos a uno sin grande error y con la ventaja de comprender entre las clorofíceas inferiores a las tetrasporeas, tribu muy importante, y a las protococceas, cuya colocación entre las sifonadas, que algunos botánicos aceptan, es muy incierta.

La familia de las cenobiadas, refundida en el grupo de las protococoideas de Wille, quedará así dividida en las siguientes tribus: volvocineas, tetrasporeas, clorofereas, pleurococceas, protococceas e hidrodictieas.

TRIBU VOLVOCINEAS. El carácter que diferencia a estas algas es el de ser móviles, con movimiento propio debido a cirros vibrátiles; las zoosporas tienen cirros que no pierden aun cuando se recubran de una fuerte membrana celulosa, ni los pierden tampoco si se asocian; de modo que la colonia es móvil lo mismo que los individuos de ella.

No todos los autores consideran estos organismos como vegetales. Claus en su Zoología (Tomo II de esta Historia Natural) les incluye entre los infusorios flagelados; algunos otros zoólogos siguen la misma tendencia. Por la reproducción, por estar recubriertos de una membrana celulósica, por la presencia de clorofila y la nutrición que esta sustancia les proporciona, deben ser incluidos entre las algas clorofíceas; ofrecen además gran semejanza con las algas del mismo grupo de las protococoideas y parecen ser el tronco de que derivan de un lado las protocococceas y de otro las tetrasporeas; Wille traza respecto a la filogenia el siguiente esquema:

La unión de las células en las colonias de volvocieneas, así como la reproducción, tiene lugar según tipos diferentes: describiremos los más notables.

En el género Spondylomorum (fig. 163) la colonia es ovalada y se halla compuesta de diez y seis células, envueltas en sus cubiertas celulósicas. Con la extremidad apuntada, cada una provista de sus cirros vibrátiles. La membrana está perfectamente ajustada al protoplasma en la mitad anterior, pero posteriormente queda un espacio entre ambas partes de las células, que rellena un líquido gelatinoso; cada célula tiene su núcleo (n); sus dos vacuolas contráctiles (v) y un punto rojizo (s).

En el género Gonium (fig. 164), las células se asocian en número de 4 8 0 16, pero están dispuestas en un mismo plano; lo mismo ocurre en el género Stephanosphera, pero alargándose pronto, las células dan a la colonia un conjunto esférico.

En las Eudorina (fig. 165) la colonia comprende de 16 a 32 células; en cambio en los Volvox se reúnen hasta 12.000 células; en las Pandorina (fig. 165) la esfera no contiene sino de 16 a 64 elementos histológicos. En los dos géneros primeros hay un magma gelatinoso que procede de la transformación de las membranas.

En el Pandorina la colonia s densa y las células poliédricas.
La multiplicación tiene lugar por zoosperas que unas veces se originan en todas las células de la colonia y otras solo en algunas. La colonia no aumenta de tamaño sino por el crecimiento de los individuos; el número de estos permanece invariable; pero reproducirse la colonia, las células madres producen un determinado número de zoosporas, que primero son desnudas, después se recubren de una membrana y forman colonia distinta que bien pronto adquiere completa independencia separándose de la madre. En algunos casos (Chlamydomonas) las células permanecen libres cierto tiempo.

Como tipos distintos de formación de huevecillos citaremos la pandorina morum, la Eudorina elegan y el Volvox globator.

En la pandorina Morum (fig. 166), el huevecillo se forma por la fusión de dos gametas móviles; las gametas tienen su origen en las células de la colonia; cada una de aquellas, por renovación total del protoplasma, produce una gameta de dos cirros que luego queda en libertad por la gelificación de la membrana, y nada en el líquido hasta que se conjuga con otra; tras de la conjugación viene un período de reposo y el huevecillo formando germina produciendo una zoospora que por división da lugar a otras zoosporas que nadan libremente; cada una de estas segundas se rodea de una membrana y por división produce una nueva colonia. El desenvolvimiento es aquí indirecto.

En la Eudorina elegans (fig. 165) el huevo resulta por verdadera fecundación de un anterozoide y una oosfera, y el casco se complica, pues existen colonias masculinas y colonias femeninas. Las primeras contienen, en una masa gelificada, las diferentes células que se redondean y convierten en oosferas. Las colonias masculinas se originan por segmentación de las células, pero los elementos que las forman, los anterozoides, son alargados, tienen cada uno dos cirros, un punto rojo anterior y la mitad posterior amarilla. Estos anterozoides permanecen unidos formando una masa hermisférica, con su corona de cirros. Nadando, se aproximan a las colonias femeninas, al ponerse en contacto con ellas se disocian y los espermatozoos penetran por la masa gelatinosa fecundando cada uno a una oosfera.

En el Volvox globator (fig. 167) las colonias son hermafroditas; determinadas células producen elementos masculinos y otros elementos femeninos; la generalidad son estériles. Los anterozoides forman también masas coronadas por los cirros que quedan libres; cuando las masas de elementos masculinos se disocian, los anterozoides, al través de la masa general de la colonia, buscan a las oosferas y se conjugan con ellas. El huevecillo esta recubierto por dos membranas: la externa tiene aspecto espinoso y se destaca en la germinación abandonándola el protoplasma encerrado en la tenue membrana interna; la segmentación el huevo produce una colonia de ocho células con una cavidad en la parte media; esta colonia adquiere los cirros, y cuando flotando en el líquido llega a tener vida propia, aumenta de volumen y se desenvuelve. El desenvolvimiento en este ejemplo es directo.

El número de géneros que esta tribu comprende es próximo a veinte: se pueden agrupar en tres secciones tomando como tipos los géneros Chlamydomonas, Phacotus y Volvox. Nos limitaremos a la indicación de las divisiones genéricas.

TRIBU TETRASPOREAS. Las especias que componen los diferentes géneros de este grupo han sido objeto de estudios recientes que les permiten la colocación en este lugar. Unos botánicos las habían incluido en la familia de las conferváceas, junto a las ulveas O a las cladodoreas; otros han negado o han puesto en duda el que tuvieran existencia propia.

Son organismos rudimentarios, que viven en las aguas, sobre las rocas, en la tierra húmeda, etc. Que unas veces crecen tan solo en una dirección formando filamentos, como sucede en el género Hormotila, y otras veces, como en el Tetraspora, los tabiques de las células se orientan en dos direcciones distintas.

Tiene muchos puntos de contacto con las volvocíneas, y por esto se las situa a continuación de estas. Forman colonias de contorno bien definido, de células envueltas por un magma gelatinoso. Estas células se dividen después de asociadas y así crece la colonia;

Además son inmóviles y ambos caracteres les separan de la tribu anterior.

La reproducción se realiza de dos modos diferentes; por la producción de zoosporas derivadas de las células del talo y también por huevecillos.

En el género (fig. 168) la colonia es taliforme, y en sus células, que se reproducen por divisiones, el protoplasma se concentra, se rompen las cubiertas, y nacen un sinnúmero de zoosporas, provistas cada una de dos cirros vibrátiles. Atraviesa este género por una fase que se denomina de Palmella por la semejanza que con las algas de tal género ofrece. Las zoosporas se fijan y se desenvuelven en una colonia como aquella de que proceden.

En las Tetraspora, además de zoosporas, se forman huevecillos (figura 169); en el talo nacen gametas de dos cirros, que se conjugan para formar una zigospora tetraciliada, la cual pierde sus cirros, se recubre de una membrana densa, pasa al estado de reposo, convirtiéndose en un huevecillo que luego germina.

Los géneros que se incluyen en esta tribu son los siguientes:

TRIBU CLOROSFEREAS. La forma Wille para un solo género de algas unicelulares que viven sobre las plantas acuáticas (Lemna, Alisma), que tienen color verde y que se reproducen por zoosporas dotadas de dos cirros cada una (fig. 172). Tienen puntos de contacto con las pleurococceeas y con las tetrasporeas, por lo cual se situán entre ambas.

El solo género que comprende esta tribu es el Chlorosphaera Klebs., del cual se conocen tres o cuatro especies: Chl. Endophyta Klebs., sobre la lenteja de agua; Chl. Alismatis Klebs., sobre la Alisma Plantago (fig. 172).

Con duda se incluye em esta tribu al género Entophysa Mob., hallado por Mobius sobre una Chara en el Brasil.

Tribu Pleurocócceas. Asemejan a las tetrasporeas, pero difieren de ellas y de las clorosferas en que no se reproducen por zoosporas.

Viven en el estado unicelular o se asocian las células en masas indeterminadas, hialinas, gelatinosas. Las células se multiplican por segmentación (pleurococcus, fig. 173); son de formas muy variadas; tienen núcleo y muchas veces pirenoides Nephrocytium (fig. 174 C), el tamaño de estas algas es sumamente variable; las hay de un tamaño pequeñísimo (Stichococcus fig. 174 j), sólo visibles al microscopio con fuertes aumentos, y las hay de algunos centímetros de altura (Palmophyltum, fig 174 H).

La generalidad viven en las aguas dulces y en el lodo; sobre las cortezas de los árboles, en los climas húmedos, se desenvuelven también algunas. Las hay (pleurococcus, Raphidium, Seenedensmus) que probablemente se hallaran en todas las partes del mundo. Los Palmophyltum son marinos.

TRIBU PROTOCOCCEAS. Se suelen denominar también esciadeas, endosferas y caracieas; las incluyen algunos botánicos entre las sifonadas. Van Tieghem acepta este criterio.

Nosotros creemos con Wille que las protococceas pueden muy bien colocarse en este lugar, pues ofrecen caracteres de protococoideas. Son sin embargo, las más próximas a las sifonadas, a las cuales enlazan las tribus de protococoideas por el intermedio de las botridieas.

El talo de estas algas es sencillo, unicelular, sin ramificaciones en la Halosphoera (fig. 175) y en el Chlorochytrium (fig. 176 A) el aparato vegetativo se reduce a una célula esférica o redondeada; en el Sciadium (fig. 177) es la célula alrgada y aún puede tener una falsa ramificación sencilla: el Ophiocytium tiene el aspecto de un gusano (fig. 177 E); etc.

La reproducción de estas algas tiene lugar por esporas inmóviles, por zoosporas, por huevecillos formados mediante isogamia.

Las zoosporas se producen por división simultánea (Sciadium, fig. 177 A) o por partición repetida (Characium, fig. 177 F, G); están provistas generalmente de dos cirros, pero hay casos en que tienen uno solo (Peroniella, fig. 177 D). salen fuera de la cubierta que es retiene, o por abrirse un orificio Lateral (Characium).

Generalmente las zoosporas germinan en puntos distintos y distantes. En el Sciadium ocurre que las zoosporas se desenvuelven sobre el talo que les produjo formando una especie de corona, y las diversas generaciones, unas, sobre otras, dan al conjunto el aspecto de un arbustillo (fig. 178).

La formación de huevecillos se ha observado en los géneros Chlorochytrium, Endosphoera y Phyllobium (fig. 176 A, B y C).

En el Chlorochytrium todo el protoplasma de la célula se segmenta y divide en gametas numerosas, provistas cada una de dos cirros. Estas, rota la membrana celular, salen fuera cubiertas de una sustancia mucilaginosa y se conjugan de dos en dos; como se ha convenido en llamar zigosporas al resultado de la conjugación, para diferenciar las zigosporas provistas de cirros las llamaremos, como algunos botánicos, zogozoosporas. El resultado de la conjugación indicada es una zigozoospora.

En los Endosphoera el fenómeno ocurre de un modo idéntico, pero las gametas no se forman de una manera directa; el protoplasma del talo se divide en multitud de células que, al quedar libres, vuelve cada una a segmentarse originando gametas numerosas.

En los phyllobium las gametas son de dos tamaños diferentes; hay macro y microgametas; se conjugan una pequeña con grande y la zigozoospora solo tiene dos cirros porque los de la microgameta desaparecen en la conjugación.

En los tres casos los talos pasan por una especie de enquistamiento durante el invierno.

Hay en esta tribu especies marinas, especies de agua dulce, especies humícolas y especies parásitas.

Las algas del género Chlorochytrium viven en el parenquima de las hojas de las lentejas de agua, en los Ceratophyllum, Elodea canadensis, Mentha aquatica, Rumex obtusifolius, etc. El Chlorocystis Cohnii se ha encontrado en la campanularia flexuosa.
El stomatochytrium Limnanthemum Cunningh. Es un endofito del Limnanthemun indicum. La Scotinosphoera paradoxa vive en la Lemma trisulca y en los Hypnum. Las especies de Endosphoera son parásitas del Potamogeton lucens, de la Mentha aquatica y del Pelis Portula. Los Phyllobium lo son de la Lysimachia Nummularia, de la Chlora, Ajuga, etc.

Divididos en tres secciones, comprende esta tribu los géneros siguientes:

TRIBU HIDRODICTIEAS. Las algas de esta tribu forman colonias o cenobias inmóviles, desprovistas de cirros; en este carácter se diferencian de las volvocineas y en aquel de las protococceas.

Se reproducen por zoosporas y también por huevecillos. Las colonias se forman por asociación de células primitivamente libres, resultado de un conjunto de forma distinta según los géneros: un disco circular con espacios vacíos (Pediastrum, fig. 179); una esfera Agujereada (Caelastrum, fig. 180 A) o continua (sorastrum fig. 180 B); en los Hydrodictyon (fig. 181) la colonia tiene la forma de un saco.

Las zoosporas se forman por segmentación de todo el protoplasma del talo, o por bipartición repetida; ocurre lo primero en el Hydrodictyon, llegándose a formar hasta 20.000 zoosporas por célula; el caso segundo tiene lugar en el Pediastrum, y no alcanza el número de zoosporas sino a 128 por célula en el caso mas favorable.

Ejemplo de esta reproducción zoosporádica ofrece la fig. 179. en el interior de las células el protoplasma se divide en esporas; éstas salen al exterior por una herradura que se forma en las cubiertas celulares, según se observa en A. las esporas quedan aprisionadas (B) en una especie de saco formado por la membrana interna de las células madres; dentro de este saco se mueven hasta reunirse formando masas estrelladas (C).

Ejemplo de reproducción por huevecillos muestra la fig. 181 en el Hydrodictyon. Lo mismo que las esporas que se forman las gametas, provistas cada una de dos cirros, pero son en mayor número, puesto que llegan a 100.000 por célula. Las gametas nadan libremente, se conjugan dos a dos, algunas veces tres a tres o más y forman zigozoosporas quq pasan a la vida latente, rodeándose de una membrana gruesa.

El huevecillo germina en primavera; en el ejemplo último su protoplAM aw Petw wn un cierto número de esporas que adquieren cirros vibrátiles, nadan algunos minutos y luego se fijan, tomados. El protoplasma entonces se parte en zoosporas; la capa exterior del poliedro se hiende, la interna forma una gran ampolla en cuyo interior las zoosporas se mueven hasta que se asocian, formando una red, que constituye la primera colonia libre.

Solo cuatro géneros forman esta tribu y los cuatro se hallan representados en las figuras que acompañan al texto.

Gén. Pediastrum Meyen. Con veinticinco especies de agua y dulce y de diversos puntos del globo.

Gén. Caelastrum Nag. Cinco especies en las aguas dulces de Europa, África y América.

Gén. Sorastrum Kutz. Cinco especies de agua dulce. Se extiende por Europa, Nueva Zelanda, Norte y Sur de América.

Gén. Hydrodictyon Roth. Una sola especie hallada en las aguas dulces de Europa Y norte de América.

FAMILIA CONFERVÁCEAS.

Son algas filamentosas de ordinario, membranosas a veces, cuyo talo es unas veces libres, otras se halla fijo por su base; en unas ocasiones en sencillo, en otras ramificado arbitraria u ordenadamente.

Se reproducen por zoosporas y estas tienen dos cirros, cuatro, o numerosos de ellos formando una corona. Formándose huevecilos por la conjugación isogámica de gametas móviles, por heterogamia mediante la fecundación de oosferas por los anterozoides y también por una oosfera y un polinidio.

Es un aspecto, en su estructura y en su reproducción, ofrecen estas algas variedad de caracteres que describiremos recorriendo las tribus en que acostumbran a dividir la familia los mas distinguidos botánicos contemporáneos.

Van Tieghem, en su conocido y notable Manual de Botánica, acepta la siguiente división en ocho tribus:

I. Isogamas
Tribu 1ª: Ulotriceas.- talo filamentoso, simple, de crecimiento intercalar.
Tribu 2ª: Cladoforeas.- Talo filamentoso, ramificado, con sólida membrana y crecimiento intercalar.
Tribu 3ª: Quetoforeas.- talo filamentoso, ramificado, con crecimiento terminal de corta duración.
Tribu 4ª: Ulveas.- Talo membranoso, de crecimiento intercalar. Tienen zoosporas de dos clases; macrozoosporas con cuatro cirros y microzoosporas con dos ciroos.

II.- Heterogamas con anterozoides. Tribu 5ª: Esferopleas.- Talo filamentoso, simple, de crecimiento intercalar. Oogonio y anteridi no diferenciados. Zoosporas de dos cirros.
Tribu 6ª: Edogonieas.- Talo filamentoso, simple de crecimiento intercalar. Oogonio y anteridio diferenciados. Zoosporas con una corona de cirros.
Tribu 7ª: Coleoquetas.- Talo filamentoso que a veces resulta membranoso por soldadura de los filamentos; es el crecimiento terminal. Zoosporas con dos cirros.

III.- Heterogamas con polinidios.

Tribu 8ª: Micoideas.- Talo filamentoso o membranáceo, de crecimiento terminal. Oogonio envuelto. Zoosporas con dos cirros.

Wille considera las tribus como familias, pues da al grupo de las confervoides la categoría de sub-orden. Buscando el mismo autor relación filogénica entre las diversas familias ha creído que pueden muy bine representarse dicha relación por el diagrama siguiente:

La generalidad de estas algas habitan en las aguas dulces. Hay bastantes que viven en los mares (Ulva, Enteromorpha, Cladophora). Algunas son parásitas (mycoidea).

Tribu ULVEAS. Son algas marinas, membranosas, cuyas células se dividen por tabiques dispuestos en dos direcciones distintas, formándose dos series (fig. 182 D), a veces aceptan la figura de tubo o de bocina. Contienen crromatóforos que afectan generalmente la gorma de placas parietales unilaterales.

Por división de las células del talo se producen numerosas zoosporas que unas veces tienen cuatro cirros y son de bastante volumen, y otras veces solo tienen dos cierros y el tamaño es pequeño.

Las macrozoosporas pueden, perdiendo sus filamentos móviles, crozoosporas son gametas que se conjugan (Ulva compresa, Monostroma bullosum) y forman un huevecillo.

Cinco géneros forman esta tribu:

Gén Monostroma Thur (incluido en él el Ulvaria Rupr).
Comprende veintisiete especies. En españa se ha citado por el señor lázaro, en la Coruña, la Mon. Orbicularum Thur.

Gén. Ulva L. (incluido el Phycosris Kutz) cinco especies se aceotan en este género, que se halla en nuestras costas representado por la U. lactuca L (cantábrico, mediterráneo y costas de Cádiz), y la U. latissima Kutz (cantábrico).

Gén. Lettertedtia Aresch (fig. 182). Representado por dos especies en Port Natal y Australia.

Gén. Enteromorpha Link (Diplonema Kjellm., fistularia grew., kallonema dickie, percusaria Mengh., tetranema Aresch, Tubularia Rouss, y zignoa Trev) comprende uans treinta especies distribuidas en nueve secciones. En España se han hallado las especies siguientes:

Ent. Compressa Grew. (Baleares, cantábrico, Cádiz).
Ent. Complanata Kutz (cantábrico)
Ent. Clathrata J. Ag (cantábrico)

Gén. Ilea J. Ag (capsosiphon Gobi). Contiene una sola especie de América del norte y Europa. Con duda se incluyen en esta tribu.

Gén. Protoderma Kutz. Con dos especies.

Gén. Prasiola Ag. Con ocho especies.

TRIBU ULOTRICEAS. Algas filamentosas de filamentos sencillos, fijos generalmente y que crecen por bipartición de las células vegetativas (fig. 183). Se reproducen estas algas por zoosporas y por isogamia, lo mismo que las de la tribu anterior.

Las zoosporas se forman por bipartición del protoplasma de las células; tienen de ordinario cuatro cirros (Ulothrix, Uronema, fig. 184); a veces están provistas de uno solo (bumilleria); salen al exterior por un orificio de la membrana celular, o porque esta se rompe circularmente.

En el Ulothrix zonata (fig. 185) por segmentación del protoplasma se pueden formr en primavera microzoosporas o gametas muy numerosas, provistas cada una de dos cirros vibrátiles y de un punto rojo; estas gametas se conjugan y de la conjugación resulta una zigospora que se enquista y pasa así todo el verano; en el otoño aumenta de volumen y germina produciendo un talo en el que el protoplasma se divide en masas (2 a 14) provistas de su punto rojo y muy semejantes a las gametas; estas masas son las que al fijarse desarrollan el filamento vegetativo.

Comprende esta tribu los géneros a continuación citados:

Gén. Ulothrix Kutz. Se aceptan en él hasta treinta especies. Es típica la U. zonata (fig.185).

Gén. Hormidium Kutz. (shizogonium Kutz). Con seis especies.

Gén. Binuclearia Wittr. Con una especie europea.

Gén. Microspora Thur (fig. 183) doce especies.

Gén. Conferva L. (tiresias Ag., tribo nema Derb, et Sol). Se aceptan unas veinticinco especies.

Gén. Uronema Lagerh. (fig. 184) dos especies europeas.

Gén. Bumilleria Borzi. Una especie europea.

TRIBU QUETOFOREAS. Algas de talo filamentoso, a veces ramificado en una abundante sustancia gelatinosa; las células que le constituyen tiene un solo núcleo; su crecimiento es terminal. La reproducción se efectúa por zoosporas que tienen 2 o 4 cirros vibrátiles, o por huevecillos que resultan de la conjugación de gametas; a veces el proceso es mucho mas largo y el desarrollo indirecto, según veremos.

Los talos se prolongan por segmentación de la célula terminal, como se ve en el Phaeothamnion representado en la figura 186 B; en otros casos el crecimiento resulta intercalar, pues la terminación del filamento es una especie de pelo, caso que se observa en la Chaetophora de la fig. 187 y también en el Stigeoclonium según muestra la parte H de la fig. 188.

La generalidad de las quetoforeas viven en las aguas dulces; las hay también que habitan en las aguas saladas, y son algunas parásitas o comensales de animales y plantas. Las entoderma (fig. 189) son parásitas de ciertas algas de agua dulce; las del género Epicladia acompañan a muchos briozoos de los mares de Europa; el trichophilus Welckeri infesta el pelo de los Bradypus (fig. 190).

El medio más sencillo de reproducirse estas algas es por zoosporas; suelen formarse estas en células especiales, como suceden en los géneros Acroblaste (fig. 191) Trichophilus, Acrochoete (fig. 192), etc., las células madres de las esporas se convierten luego en depósitos.

De estos elementos reproductores, en verdaderos zoosporangios que, puestas en libertad aquellas, quedan reducidos a la cubierta, según puede verse en alguno de los ejemplos citados.

Las zoosporas se forman en el Stigeoclonium (fig. 188) contrayéndose el protoplasma de ciertas células y abandonando las membranas, permaneciendo algún tiempo libre y sin adquirir la membrana exterior más densa.

El procedimiento más sencillo de formación del huevecillo lo ofrecen las Phaeophila (fig. 193) y las trentepohlia (fig. 194); en estas el protoplasma de ciertas células convertidas en gametangios produce las gametas móviles, y estas se conjugas dos a dos, dando por resultado una célula inmóvil que germina tras de un cierto tiempo de vida latente.

Se encuentran, en derminados géneros de esta tribu, especies en que alterna la generación por zoosporas con la germinación por huevecillos producidos mediante conjugación de isogamentas; entre ambas hay uno o varios terminos intermedios. En el género Leptosira, de las células vegetativas proceden zoosporas con dos cittos (fig. 195); estas se fijan, germina, y su contenido se divide en Varios cuerpos protoplásmicos que quedan en libertad y se desenvuelven aisladamente; a estas especies de esporas se les conoce con el nombre de akinetas; por conjugación de gametas móviles se forma un huevecillo en el cual tiene su origen el talo, que crece hasta alcanzar la forma adulta.

Mas complicado es el fenómeno de la reproducción en el género Ctenocladus; el largo proceso necesario para que un huevecillo desenvuelva una planta igual a la madre, aparece copiado por Borzi en la fig. 196. en las ramificaciones del talo las células vegetativas producen gruesas zoosporas dotadas de movimiento gracias a sus dos cirros vibrátiles; pronto aquieren libertad las macrozoosporas, se fijan, germinan, y forman un filamento. De las zoosporas nacen akinetas, y estas proceden de dos generaciones distintas, uno de otoño y otra de verano. Las akinetas de otoño conducen a una forma especial de Palmella. Las akinetas de la generación del verano también conducen a células de esta especial forma; tales células son las que producen pequeñas zoosporas (microzoosporas) que germinan. En las células de la generación de otoño se forman gametas, y estas se conjugan dando lugar a que se forme una zigoospora, pronto inmóvil y transfromada en huevecillo.

Hay en el género Ctenocladus, pues, dos generaciones, una de otoño y otra de verano; de esta derivan akinetas, un estado especial de Palmella y microzoosporas; la generación de otoño también pasa por las formas de akinetas y de Palmella, pero en último termino produce gametas móviles que se conjugan.

En tres secciones se dividen los géneros que esta extensa tribu comprende: la primera tiene por tipo al género Chaetophora.
La segunda al Phaetophora, la tercera al Trentepohlia.

Sección primera.

Gén. Stigeoclonium Kutz (fig. 188). Comprende treinta especies de agua dulcee, de diferentes regiones.

Gén. Draparnaldia Bory. Comprende diez especies.

Gén. Chaetophora schrank (fig. 187). Son doce las especies del género tipo de la tribu; diez viven en las aguas dulces, y entre ellas esta la Ch. elegans Roths., y dos son marinas.

Gén. Ctenocladus Borzi (fig. 196). Una sola especie hallada en Italia.

Gén. Endoclonium Szym. Tres especies epi o endofitas de plantas acuáticas.

Gén. Chaetonema Nowak. Una especie europea de agua dulce.

Gén. Entoderma Lagerb. (fig. 189). (entocladia reinke, reinke, reinkia Borzi). Dos especies parásitas de otras algas.

Gén. Epicladia reink. Una especie parásita de briozoos europeos.

Gén. Herposterion Nag. (Aphanochaete A. Br.). tres solas especies; representando en América, Europa y Oceanía.

Gén. Aphanochaete Berth. Cuatro especies de las aguas dulces de Europa, Améroca y Oceanía.

Gén. Phaeophila Hanck (fig. 193). Dos especies, una de ellas parásita de algas y zosteras de Europa.

Gén. Acrochaete Prongsh (fig. 192). Una sola especie epífita de las algas europeas de agua salada.

Gén. Bulbocoleon pringsh. Una especie epifita de algas de agua salada europeas y norteamericanas.

Sección segunda.

Gén. Phaeothamnion Lagerh. (fig. 186) sólo comprende el Ph. Confervicolum de agua dulce.

Sección tercera.

Gén. Chlorotylium Kutz. Tres o cuatro especies de agua dulce halladas en Europa y África.

Gén. Microthamnion Nag. Tres especies de agua dulce; representado en Europa, Norte de América y África.

Gén. Acroblaste Reinsch (fig. 191) solo comprende la especie dibujada que vive en las aguas saladas de Europa y Norte de África, sobre las piedras y sobre las conchas de las Turritella. Gén. Leptosira Borzi (fig.195). dos especies de agua dulce en Europa.

Gén. Gongrosira Kutz (fig. 197) tres especies de las aguas dulces de Europa y Asia.

Gén. trentepohlia Mart (Chroolepus Ag). Comprende este género hasta treinta especies diseminadas por diferentes regiones del globo. Como típica figuramos las Tr. Umbrina Kutz (fig. 194).

Género fósil.

Se cita en calizas de Wjatka (rusia) el género Lithobryon Rupr., que comprende solo una especie (L. calcareum Rupr).

Géneros de incierta colocación.

Gén. Crenacantha Kutz. Comprende tal solo una especie de las aguas dulces de Palestina.

Gén. Peroplegmatium Kutz. Probablemente será una fase especial de la germinación de alguna feosporácea.

Gén. Pilinia Kutz. También es dudoso sea un género bien definido.

TRIBU MICOIDEAS.- formada por un corto número de especies que tienen el talo de aspecto membranoso generalmente y la reproducción por zoosporas o por isogametas móviles; se ha reconocido también un procedimiento especial en el género Mycoidea en el que la conjugación tiene lugar entre una oosfera y un polinidio.

Las zoosporas tienen generalmente dos cirros; las hay también de cuatro (Chaetopeltis orbicularis, fig. 18 F).

Las figuras que corresponden a esta tribu representan dos tipos distintos de algas, un Choetopeltis y una Mycoidea.

Forma el talo de los Choetopeltis (fig. 198) una expansión muy regular de contorno redondeado; las células muestran claramente su núcleo y sus cloroleucitos. La reproducción tiene lugar por zoosporas en el Choet. Orbicularis; estas tienen 4 cirros y se forman en células del talo (oogonios), cuyas cubiertas abandonan, pero quedan rodeadas por una tenue membrana. En el Choet. Minor la segmentación de determinadas células produce gametas móviles que, una vez en libertad, se conjugan.

La mycoidea parasitica (fig. 199) vive sobre las hojas de ciertas plantas terrestres (Rhododendron, Muchelia, Camelia, Citrus) y superficialmente forma discos que cubren parte de la hoja; las células del disco penetran en el interior de la epidermis por medio de prolongaciones o rizoides que desenvuelven bajo la cutícula discos secundarios.

Según dice Van Tieghem, el talo interno produce oogonios en la extremidad de ciertas ramillas; otras se terminan por células alargadas que sin formar anterozoides se aplican sobre el oogonio. A tales células se les denomina Polinidios. La reproducción es aquí semejante a la que ofrecen los hongos del grupo de las peronosporeas, en otro lugar estudiados.

Cinco géneros comprende solamente esta tribu; además se incluyen con duda otro cinco; citaremos todos ellos a continuación.

Gén. Chaetopeltis Berth. Comprende las dos especies de la fig. 198, ambas europeas. Se caracteriza porque las células vegetativas tienen muchos cromatóforos cada una.

Gén. Pringsheimia Reinke, con una sola especie, cuyas células tienen un solo cromatóforo de forma plana.

Gén. Phycopeltis Millard. Comprende una sola especie (ph. Epiphyton Millard) que vive en las hojas del abeto, de la hiedra o de las zarzas. El talo de esta alga carece de rizoides.

Gén. Dermatophyton Peter (epiclemidia potter), con una sola especie epífita y europea.

Gén. Mycoidea Cunnungh. (Hasgirgia De Toni) solo se conocen dos especies, ambas viven parásitas en la cutícula o en las células epidérmicas de las plantas que hemos indicado anteriormente. Se les ha encontrado con frecuencia en Europa, Asia y Sur de América.

Géneros inciertos o dudosos:

Gén. Ulvella Crouan. Comprende una sola especie (ul. Lens Crouan), que vive en los mares de Europa.

Gén. Choreoclonium Reinsch. Tiene la apariencia de los discos de los Stigeoclonium.

Gén. Chromopeltis Reinsch. Problablemente las algas designadas con este nombre pertenecerán al género Chaetopeltis Berth.

Gén. Gnatum Bail. Es seguramente una forma perteneciente al género Chaetopeltis.

Gén. Phyllactidium Kutz. También debe desaparecer este género en el que se han confundido formas de algas análogas.

TRIBU CILINDROCAPSEAS. Le forman los autores con un solo género, el Cylindrocapsa, antes comprendido en las esferopleas, en las ulotriquetas o en las edogonieas.

Comprende dicho género cuatro especies de las aguas dulces de Europa y Norte de América. Son las algas filamentosas, que se reproducen por la conjugación de oosferas y anterozoides. Estos nacen en anteridios (fig. 200) y salen unidos de dos en dos; cuando están en libertad se mueven por medio de dos cirros vibrátiles. Las oosferas son células producidas en los oogonios; cada uno de estos solo contiene una oosfera.

Se han obervado también en este género casos bien determinados de partenogénesis.

TRIBU EDOGONIEAS. Grupo formado por pequeñas algas filamentosas que viven en las aguas dulces estancadas, fijas a los objetos sumergidos.

Solo comprende esta tribu dos géneros: el Cedogonium, que tiene los filamentos sencillos, y el Bulbochaete, que los tiene ramificados. Se alargan por crecimiento intercalar y las zoosporas en su parte anterior tienen un rostro coronado de cirros numerosos.

La reproducción es unas veces sexual y otras asexual; se producen directamente las zoosporas, o hay previa fecundación de oosferas por anterozoides. De las planitas procedentes de zoosporas sexuadas, nacen filamentos jóvenes que se reproducen asexualmente, y solo tras de algunas generaciones asexuales nacen los órganos reproductores.

La formación de zoosporas en los Cedogonium jóvenes tiene lugar por renovación del protoplasma, según muestra la figura 201.

Es mas complicada la reproducción sexual.

En los filamentos adultos se forman órganos femeninos llamados oogoios (fig. 202; cada uno resulta de la transformación de una sola célula, que aumenta de tamaño y se redondea; en el interior, el protoplasma se concentra, constituye la oosfera; del oogonio se destaca, como un opérculo, toda la parte de filamento comprendida sobre él.
Los anterozoides tienen un origen indirecto; en ciertas células del filamento se forman unas zoosporas especiales, ciliadas, que se denominan adrosporas; estas, después de nadar algún tiempo, se fijan sobre el oogonio, o cerca de él, y desenvuelven una plantita masculina, a la que se da el nombre de anteridio; este produce dos o tres anterozoides cónicos que fecundan a la oosfera.

El huevecillo se destaca pronto del oogonio; antes se recubre de una gruesa membrana; cae al suelo, aumenta de tamaño, su protoplasma se divide en cuatro segmentos, y cada uno de estos queda mas tarde transformado en una zoospora ciliada.

También se han observado casos de partenogénesis.

Aunque solo comprende la tribu dos géneros, es muy abundante en especies. El género Edogonium Link. Tiene los filamentos sencillos, es cosmopolita, y de el se conocen 138 especies en la actualidad, divididas en tres secciones o subgéneros. El género Bulbochoete Ag., de filamentos ramificados, comprende cuarenta especies distribuídas en dos secciones.

TRIBU COLEOQUETEAS. Forman esta subfamilia algas pequeñísimas (de 1 a 2 milímetros, que viven pegadas a los objetos sumergidos en las aguas estancadas y también en las aguas corrientes; son muy frecuentes en la superficie de los Equisetum y de otras plantas acuáticas.

El único género de coleoquetas es el Coleochaete de Brévison, que comprende unas seis especies de diferentes regiones del globo. Debe el nombre a los pelos rígidos, envueltos de una capa gelatinosa, que tiene en la superficie.

La disposición del talo es característica; las células vegetativas forman filamentos que se suelen aglomerar y aun llegan a soldarse constituyendo placas membranosas discoidales, de mayor o menor relieve. En el coleochaete pulvinata (fig. 203), el conjunto es hemisférico, la ramificación de los filamentos irregular. En el C. irregularis la ramificación es irregular y las ramas forman un verdadero tejido. En el C. scutata la unión de los filamentos es tan íntima que el conjunto parece una lámina parenquimatosa.

La reproducción es asexual en unos casos, y sexual en otros. Se originan en las células terminales de los filamentos zoosporas con dos cirros, una en cada célula, que luego germinan y directamente producen un talo como el de que proceden. Las células madres de las zoosporas se denominan zoosporangios.

La reproducción sexual motiva la formación de oosporas mediante la fecundación de las oosferas por los anterozoides. Las oosporas no producen directamente a la nueva planta, sino que antes pasan por la forma de zoospora con dos cirros.

Las oosferas nacen en células terminales diferenciadas que se llaman oogonios (fig.203); de cada uno de estos procede una oosfera. Los anterozoides nacen en los anteridios, que también son terminales; dichos elementos masculinos, una vez formados, tienen un cuerpo redondeado con dos largos cirros, y por destrucción de la membrana del anteridio son puestos en libertad; buscan a las oosferas y las fecundan, convirtiéndolas en oosporas; estas tardan poco en rodearse de una membrana y en pasar al estado de vida latente.

Hay especies que son monoicas y especies dioicas.

El oogonio, tras de la fecundación, sufre notables modificaciones; se desenvuelven ramas laterales que luego se aplican sobre el mismo envolviéndole con una capa de células, que acompaña al huevecillo maduro cuando el talo muere. En la primavera siguiente a la fecundación el huevo aumenta de volumen, convirtiéndose en un esporangio; la capa externa se desprende en pedazos (fig. 203 c) y la célula interior se segmenta en un gran número de células que dan nacimiento a otras tantas zoosporas (fig. 203 D) redondeadas y con dos cirros cada una. Estas son las que producen nuevas algas.

TRIBU CLADOFOREAS. Tribu representada en nuestros mares por gran número de especies. Le forman algas filamentosas, de filamentos que se ramifican de un modo desordenado generalmente y que tienen crecimiento terminal.

Las células vegetativas contienen un gran número de núcleos y gránulos de almidón; la membrana celular suele ser muy consistente.

La reproducción es por zoosporas; tienen estas cuatro cirros, y la extremidad anterior es incolora. Se forman por segmentación de toda la masa protoplásmica de una célula (fig. 204) y salen al exterior por una abertura lateral. Después de vivir en libertad algún tiempo, se fijan y germinan produciendo un nuevo talo.

Las células que producen zoosporas son a veces muy voluminosas, su membrana adquiere mayor espesor y el protoplasma se segmenta sin contraerse ni rodearse de una membrana secundaria; estas células han recibido el nombre de akinetas; una de ellas muestra la fig. 205.

Además de la generación asexual la hay también sexual; se producen en las células vegetativas adultas elementos reproductores dotados de dos cirros, gametas móviles que se conjugan dos a dos; es el mismo procedimiento isogámico tantas veces indicado.

Los géneros que Wille acepta son los siguientes:

Gén. Urospora Aresch (fig. 204). Contiene una solo especie europea. Las zoosporas son de cuatro cirros.

Gén. Chaetomorpha Kutz. Que tiene las zoosporas de los cirros; en él se hallan incluidos los géneros Aplonema Hass., diplonema Nott., Lychaete Ag y Spongopsis Kutz.

Comprende unas cincuenta especies de regiones diversas. En España, en el Mediterráneo, han sido hasta hoy citadas las siguientes especies: Choetomorpha linum kutz., ch. lottoreum Kutz. Género que comprende treinta o cuarenta especies distribuidas por países diversos. Solo han sido citado en nuestras costas el Rh. Rivulare kutz, del mediterráneo.

Gén. Cladophora kutz (fig. 206) se comprenden en él los géneros Acanthonema Ag. Acrocladus Nag., acrosiphonia Ag., Aegragopila kutz., Anadema Ag., Chloropteris Mont., spongomorpha kutz, spongosiphonia Aresch y Brodgettia Harv.

Se han descrito gran número de especies; del mediterráneo solamente se citan unas cincuenta. Se dividen en tres secciones.

Se citan hasta hoy en nuestras costas las especies siguientes:

Cladophora repens kutz. En el mediterráneo.
cl. meneghoniana kutz. Mediterráneo.
cl. prolifera kutz. Mediterráneo.
cl. pellucida kutz. Mediterráneo y cantábrico.
cl. ramulosa Menegh. Mediterráneo.
cl. utriculosa Kutz. Mediterráneo.
cl. laetevirens harv. Mediterráneo.
cl. falcata harv. Mediterráneo.
cl. cirtalina kutz. Mediterráneo.
cl.lutescens kutz. Mediterráneo.
cl. gracilis kutz. Mediterráneo y Cantábrico.
cl. fracta kutz. Cantábrico.
cl. glaucescens harv. Cantábrico.
cl. albida kutz. Cantábrico.
cl. rupestris kutz. Cantábrico.
cl. lanosa kutz. Cantábrico, costas de Cádiz.

Entre las especies de agua dulce han sido encontradas en las Baleares la cl. lacustris kutz y la cl. Crispata kutz.

Gén. Spongocladia Aresch (spongodendron zanard) se conocen tres especies marinas.

Gén. Pithophora Wittr (fig. 205). Se han descrito oche especies. Han sido desechados los géneros, antes incluídos en esta tribu, Kurzia Mart, chionyphe Thien., noedelia bomp, y chlorolepus bomp.

TRIBU GOMONCIEAS. Formada tan solo con un género, el gomontia born. Et flah., cuyos individuos viven sobre las conchas de diversos moluscos (pecten maximus, ostraea edulis, beccinum undulatum, etc. la única especie conocida (g. polyrhiza lagerh) fue incluida en el género codiolum.

El talo ofrece en la parte inferior numerosos apéndices rizomorfos.

Las células reproductoras, cuyo protoplasma se convierte en numerosos gérmenes, son aplanosporangios, y los gérmenes reciben el nombre de aplanosporas. Estas son esporas que dentro de la célula se recubren ya de su correspondiente membrana.

Como se ve en la fig. 207, las aplanosporas pueden germinar en el interior del mismo aplanosporangio y pueden también hacerlo libremente, fijándose, emitiendo rizoides y formando por división un talo.

TRIBU ESFEROPLEAS. También se ha formado esta subfamilia con un solo género, el sphaeroplea Ag., comprende únicamente la especie figurada (aph. Annulina roth).

Tiene esta alga el talo libre, filamentoso, con los filamentos sencillos y de crecimiento intercalar. Las células vegetativas, según muestra la fig. 208 A, están provistas de núcleos numerosos, de pirenoides y de cloroleucitos que se disponen formando anillos, a cuya propiedad alude el nombre específico.

La especie vive en las aguas dulces de Europa y del Norte de América.

En los filamentos las células se transforman, unas en anteridios y otras en oogonios; el protoplasma de las primeras adquiere un color anaranjado y se divide en un gran número de corpúsculos que, cuando salen al exterior, están provistos de dos cirros; son los anterozoides.

En los oogonios el protoplasma se transforma en numerosas oosferas inmóviles, rodeadas cada una de una zona blanca.

Previa la fecundación, que tiene lugar penetrando los anterozoides en los oogobios por agujeros laterales que se forman, la oosfera se transforma en un huevecillo; se recubre primero de una membrana, después se contrae y forma otra, arrojando la primera; se contrae aún más, el protoplasma adquiere color rojo, formándose una tercera membrana en el interior de la segunda, que se pliega, ofreciendo el huevecillo maduro el aspecto que indica la fig. 208 F.

La germinación del huevecillo tiene lugar pasado el invierno: da por resultado el que el protoplasma produzca dos a ocho zoosporas (k) dotadas de movilidad gracias a los cirros que cada una tiene. Las zoosporas pierden pronto su movilidad, se rodean de una membrana y alargándose producen tubos fusiformes (L, M, N) que tras de un proceso corto generan un talo filamentoso.

FAMILIA SIFONADAS.

Los caracteres con que se diferencia esta familia de las demás algas clorofíceas, pueden simplificarse reduciéndolos a la siguiente frase compendiada:

El talo es unicelular, o mejor, no se encuentran en él tabiques que indiquen la separación de las células diferentes; no obstante es de ordinario ramoso y muy extenso. La reproducción es asexual por medio de zoosporas, o sexual formándose los huevecillos ya por isogamia entre gametas móviles, ya por heterogamia entre un anterozoide y una oosfera. Las gametas que se conjugan son diferentes a veces y se producen en ramos o talos distintos; implica esto un verdadero dimorfismo sexual.

Variando bastante la morfología de las algas incluidas en este grupo, será preferible que describamos someramente cada una de las tribus admitidas; así comprenderemos mejor el alcance de las variaciones, evitándonos una larga y dificultosa síntesis.

No dan todos los autores contemporáneos la misma extensión a esta familia.

Van Tieghem acepta una clasificación en que incluye a las esciadeas, que nosotros hemos comprendido en la familia anterior, y además distingue otras tres tribus caracterizadas según la siguiente clave:

Talo ramificado, no macizo; reproducción isogámica.........................tribu Briopsodeas.
Talo ramificado, macizo; reproducción isogámica............................tribu codieas.
Talo ramificado, no macizo; reproducción por heterogamia.................tribu Vauquerieas.

En las briopsideas de esta clave se hallan incluidas además las botridieas, valonieas, dasicladeas, caulerpeas y derbesieas.

Wille admite un número mayor de divisiones; considera a las sifonadas como un suborden y como familias a las tribus que nosotros formamos.

Representa la relación filogénica de estas algas, como en los grupos anteriores, por el siguiente esquema:

Las mismas divisiones de Wille aceptaremos nosotros, pero reduciéndolas a la categoría de tribus.

Rodriguez, en las algas de las Baleares, separa las sifonadas a las valonieas y distribuye los géneros mediterráneos de aquella familia según la clave siguiente:

Fronda compuesta de un tallo cilíndrico rastrero y ramas foliáceas. Las zoosporas proceden del protoplasma de las ramas................................................... Gén. Caulerpa.

Fronda filiforme, unicelular, ramosa. Zoosporas (gametas) biciliadas observadas en pocas especies ........................................................................................Gén. Bryopsis.

Fronda filiforme, unicelular, ramosa. Zoosporas con muchos cirros......Gén. Derbesia.

Fronda compuesta de filamentos unicelulares, reunidos en una masa esponjosa...Gén. Codium.

Fronda plana, flabeliforme....................................................................Gén. udotea.

Fronda comprimida, articulado-prolífera ramosa..................................Gén. Halimeda.



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Botánica II, por Odón de Buen. Historia Natural. Montaner y Simón, editores. 1892

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