| Editorial: diciembre, 1998
SITUACION EXTREMA
El pasado día 13 de noviembre, los responsables del medio ambiente aragonés tuvieron que acudir ante la Comisión Europea para dar cuenta de las diversas quejas abiertas por incumplimiento de la normativa ambiental europea, quejas que, no olvidemos, han sido realizadas por ciudadanos y organizaciones ecologistas.
Sin duda el caso más paradigmático ha sido el de Monegros. Los regadíos están paralizados por una bendita
queja abierta en el año 95 por los ecologistas aragoneses, hartos ya de que especies y espacios singulares y extraordinariamente valiosos
estuvieran siendo machacados por unos planes de regadío absurdos, antieconómicos y megalómanos. La DGA ha tenido que presentar
un proyecto por el que se compromete a proteger determinadas áreas donde radican avutardas y primillas, gangas y ortegas, en estos casos,
poblaciones de las más importantes de Europa Occidental.
Pero no quedan ahí las cosas. La DGA está
denunciada igualmente por la desprotección de la laguna de Gallocanta
que todavía no tiene el PORN elaborado; por las talas sin control
en los hayedo-abetales del Valle de Ansó (Huesca) hábitat
del oso pardo; por los proyectos de industrialización que
amenazan La Plana, la última muela del Valle del Ebro; por las amenazas
al hábitat de la almeja de río Margaritifera auricularia,
habitante del Canal y del Ebro; o por las amenazas que se ciernen sobre
la Reserva Natural de los Galachos del Ebro, que va a ver reducida su superficie
a instancias del propio Gobierno de Aragón para que el Ministerio
de Fomento pueda desdoblar la carretera del bajo Aragón. Los casos
se agravan porque tres de ellos están declarados ZEPA, como son
Gallocanta, Los Galachos y Los Valles. Todo esto sucede reinando en Aragón
el Sr. Lanzuela y siendo su visir de medio ambiente el ínclito Sr.
Lasa.
Tenemos pocos espacios protegidos y, los que lo están,
siguen amenazados o queriéndolos reducir. Esperemos que el señor
llame pronto a Lasa y su pandilla a mejores ubicaciones políticas.
Editorial noviembre 1998
Una menos
Por fin la noticia se ha hecho oficial. El propio Consejero
de Agricultura y de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón ha anunciado
que el bucardo, la Capra hispanica pyrenaica se puede dar
por extinguido. Sólo queda una hembra en libertad y se considera
ya inviable que se pueda reproducir por vieja o enferma. Después
de ochenta años de un Parque Nacional (el de Ordesa), que se declaró
para preservar esa especie, el experimento ha salido fallido. Los riscos
y bosques pirenaicos son más pobres, menos excepcionales, sin la
cabra montés que llevaba su nombre. Las tierras ibéricas,
son más silenciosas. El Planeta, menos diverso. El ser humano, más
fracasado. Eso sí el Gobierno de Aragón tiene un problema
menos.
¡Cuánto nos han engañado! Hasta hace
pocos años se informaba, nos creíamos, que quedaban 10 ó
12 ejemplares de bucardo en Ordesa. Cuando el Plan de Recuperación
se puso en marcha nos dicen que no, que sólo quedaban tres ejemplares.
Y las tres, hembras. El corazón se nos sobrecogió. El fin
se intuía próximo. Una a una se han ido muriendo. La primera
en el corral de experimentación. Otra, al parecer, con el invierno.
Aún quieren capturar la última para no sé qué
del material genético.
¡Cuánto nos han engañado! Siempre
nos han pintado al bucardo, a la cabra montés, asociada a los riscos
y farallones inaccesibles. Pero no, ahora sabemos que necesitaba de los
prados de Ordesa; de la hierba nutricia que con la que superar las épocas
críticas. Pero esos prados se han convertido en aparcamiento de
coches y autobuses, en zona de recepción de turistas; en masiva,
bulliciosa y pateada pradera.
El bucardo se ha extinguido de tristeza.
Editorial octubre 1998
El panorama político se ha puesto interesante
tras las elecciones generales alemanas y el insospechado salto a primera
línea del movimiento verde. De repente, se habla en las portadas
de los periódicos de temas como el abandono de la energía
nuclear, de salida del euro... algo impensable en este mundo del pensamiento
único. Será curioso ver hasta qué punto los verdes
alemanes imponen sus tesis y si llegan a formar gobierno. Hay que recordar
que éstos vienen de sufrir un fuerte revés ciudadano tras
su fracasada campaña que proponía incrementar los impuestos
sobre las gasolinas y combustibles de aviación. También será
curioso ver cómo reacciona la poderosísima industria alemana,
que no lanza a la atmósfera y a los ríos agua de Colonia
precisamente -¡qué chiste más malo!-, y que ahora se
puede sentir más vigilada.
También está por ver el efecto mimético
que el fenómeno del protagonismo de los verdes puede tener en nuestro
país en las elecciones del año próximo y siguientes.
En Alemania, el grupo de los verdes engloba al partido verde y a un importante
movimiento ciudadano, lo cual siempre es un avance en participación
cívica. Pero aquí, en España, detrás de la
cortina verde también suelen surgir, como setas, sectas e iniciativas
poco confesables.
No obstante, no todo el mundo está de acuerdo con
que el ecologismo se convierta en movimiento político y partido
al uso, ya que desconfían de que la búsqueda y ostentación
del poder sean los medios más éticos y más adecuados
para lograr la transformación social. A pesar de todo, el experimento
está en marcha.
Editorial julio-septiembre 1998
LAS ESTEPAS, AL LIMITE.
Tras el lapsus estival, por causas técnicas, que
no vacacionales, estamos otra vez en línea, pidiendo disculpas al personal.
El verano ha pasado. Pero peor que la canícula
ha sido la desbandada humana. Como no podía ser de otra forma, se
celebró puntualmente la Baja España en tierras de Aragón.
Ya se sabe, cientos de vehículos que van a someter a hierro y fuego
a nuestras estepas y secanos de Los Monegros y alrededores. La prensa anunció
ochocientos kilómetros de mucho polvo. El no va más
viene cuando se asegura que se ha optado, como viene siendo habitual,
por puntos de interés paisajístico que ayuden al aficionado
a descubrir Aragón. Es de dudar que la gente que acude a
la Baja tenga sensibilidad para captar la belleza e interpretar nuestros
paisajes esteparios. Nuestras estepas no se merecen esta agresión,
ni aún para abarrotar durante unos días la hostelería
de Zaragoza.
Pero aquí no queda la cosa. Recientemente se ha
denunciado que los agricultores le han dado un nuevo mordisco al basal
de Ballobar, en Huesca, otra singular zona esteparia. No es de extrañar
la dejadez y permisividad de la DGA cuando ya han sido miles las hectáreas
de saladares y espartales roturados para cobrar las dichosas subvenciones
de la PAC.
También doloroso ha sido, y es todavía,
el asunto de la minicentral de La Zaida en el Ebro. Aparte del destrozo
en el soto (está en marcha el PORN del Ebro), han aparecido ejemplares
de Margaritifera auricularia, especie de almeja de río, catalogadísima
y protegidísima, hecho que no ha servido para detener las obras
y pararse a estudiar el caso. Nuestra ínclita DGA sólo detectó
irregularidades administrativas. Las energías renovables, como se
ve, no son muy sensibles con el medio ambiente.
Editorial junio 1998
Comenzamos el mes con un trágico rosario de accidentes
en los medios de transporte nacionales y extranjeros, coincidente con el
incremento de la movilidad del personal con la llegada del calor y el buen
tiempo. Es momento de pararse a pensar en el coste social, económico
y ecológico de la obsesión por desplazarse y hacerlo a grandes velocidades.
Editorial mayo 1998
De nuevo estamos en línea, solventados algunos
problemillas propios de principiantes, que nos han tenido casi tres meses
en dique seco. Así que Boreas vuelve al ataque porque
el panorama no está para alegrías. Ni en el plano local ni
en el plano nacional. Si bien lo de Doñana ha servido para
demostrar que la conservación del medio ambiente y de la salud y
la economía de las gentes no está entre las prioridades de
nuestros administradores y políticos (y que aquí nadie dimite),
es de esperar que se aprenda del desastre y que sirva para concienciar
más al personal y para que la legislación mejore y sea más
estricta. Aquí en esta tierra, lo de Doñana ha servido para
que los medios de comunicación hayan hecho una revisión de
qué puntos negros segimos teniendo por nuestra sufrida geografía
(Sabiñánigo, Monzón, Zaragoza) rebosantes de residuos.
Ha servido, también, para constatar que el compromiso ambiental
de nuestras empresas es más bien raquítico y que ahora que
tienen vertedero de seguridad (Omicron, por cierto), legalizado y bendecido,
siguen sin llevarlos allí. Es curioso porque uno de los argumentos
que se esgrimieron por nuestros políticos para justificar la construcción
del vertedero por esta empresa era que como las industrias iban a
llevar sus residuos, los declararían y así afloraría
la verdad, sabríamos lo que se produce y cuánto. Ingenuos.
Mientras tanto, el futuro de nuestro patrimonio natural
sigue siendo negro. Las rapaces se achicharran en los tendidos eléctricos
(esos de telefonía movil que tanto proliferan). Los de Gallocanta
reciben a patadas y empujones a los ecologistas en el Consejo de la laguna,
sin que los alcaldes hagan nada por aplacar los ánimos ni la fiscalía
actúe. El Consejero se desmarca de la propuesta del Plan de Ordenación
de Gallocanta y lo retira. Se aprueba, ¡por fin! la Ley de Espacios
Naturales, con unas extrañas figuras de protección, que no
se sabe si servirán para proteger. Y desde DGA se mandan a Europa
los lugares de interés comunitario, a lo que obliga la Directiva
de Hábitats, pero en la lista no figuran ni Alcubierre, ni Monegros
ni los sotos del Cinca, entre otros. ¿Olvido?. No, panorama desolador.
Editorial Enero 1998
Por qué Bóreas? En su libro XXI: Siglo de la Ecología,
Joaquín Araújo recoge esta cita de Fernando Savater: "La
rebelión es dar voz a lo callado, intervenir en aquello de lo que
nos excluyen y reproducir ante todos lo que se quiere confinar a la privacidad
vergonzosa e inocua". Nosotros también pretendemos que BOREAS
sea precisamente eso, un acto de rebelión.
BOREAS nace con la intención de añadir una voz más a la defensa del medio ambiente, en
la divulgación del patrimonio natural, en la difusión de
ideas y experiencias que sirvan para mejorar la calidad de las relaciones
entre el ser humano y su entorno.
Por eso BOREAS nace como un acto de rebeldía, porque desde estas páginas queremos, frente
al omnipresente poder económico que esteriliza la diversidad, la
creatividad y la originalidad, levantar una nueva voz en defensa
de la vida, de la solidaridad, en defensa de este planeta hecho jirones.
BOREAS nace como revista libre, libre de ataduras con quien ostenta el poder político y económico.
Nace como una revista alternativa y abierta, donde exponer opiniones e
ideas que no tienen hueco en los medios convencionales. Quiere ser, eso
sí, una revista rigurosa y respetuosa. Pero BOREAS
no será una revista neutral porque en la defensa del planeta Tierra
ya no se puede ser neutral.
BOREAS nace, por supuesto, con una buena dosis de romanticismo y de utopía, tan escasos en este fin
de siglo.
Detrás del equipo que pone en marcha esta revista están, estamos:
Ovidio Ibáñéz. Geólogo-Hidrogeólogo. Especialista en temas de residuos.
Javier del Valle. Doctor en Geografía. Especialista en climatología. Nuestro hombre del tiempo.
José A. Domínguez. Maestro.
Licenciado en Ciencias de la Educación. Colaborador en medios de
comunicación. Naturalista. Miembro activo de diversas asociaciones ecologistas.
Alfonso Pardo. Ph D por la Universidad de Princeton... Qué nivel!!! Geólogo también, especialista en micropaleontología. Se le ocurrió el nombre de Boreas.
Luis Bolea. Veterinario. Especialista en crustáceos.
Sin duda el que más ha batallado porque esto saliera adelante.
BOREAS, dios del viento del norte. Ese que refresca y despeja el ambiente... Pues eso.