José Ramón Doz (Torres del Obispo/Huesca, marzo 1999)
Cuando el Gobierno quiere resucitar la línea de alta tensión por el Pirineo, cabe preguntarse por la necesidad y utilidad de la misma.
La línea de alta tensión Aragón, (Castelnou /Teruel)-Cazaril (Francia), fue proyectada por E.N.H.E.R. en 1974, para unir la planeada central nuclear de Escatrón con la central nuclear de Cazaril, en las proximidades de Lannemezan (Francia). En total 197 km. de torres y tendido del que, la ya a punto de ser privatizada, REESA ha ido levantando apoyos, desde Teruel hasta encima de Campo (Huesca) en su intento de atravesar el valle de Chistáu por el puerto de La Pez.
Recordemos que de las ocho centrales nucleares previstas en el Ebro por la euforia monopolista alimentada a la sombra de la dictadura y que incluían, entre otras, Escatrón (dos grupos), Sástago (dos grupos), Tudela y Chalamera, sólo llegaron a construirse las de Ascó y Vandellós en el Valle del Ebro.
Los 25 años transcurridos han servido para que la seguridad y la panacea energética pregonada por los constructores de centrales con el dinero de los consumidores haya sido puesta a prueba en Chernobyl (1986), aunque antes ya se había rozado la tragedia en Windscale, Vinca, Kyschtym, Harrisburg, Oklahoma, etc. La experiencia acumulada ha servido para que Alemania, el país más industrializado de Europa, haya decidido el desmantelamiento de las centrales nucleares en su territorio. Así mismo los datos publicados sobre producción eléctrica generada por reactores nucleares ha descendido en 3.260 MW sólo entre 1997 y 1.998, una disminución del 200% sobre los cálculos de hace 20 años. Actualmente dentro de la Unión Europea, Estados Unidos o Canadá y Rusia nadie construye nuevas centrales, salvo Francia. Tampoco está prevista la sustitución de los 28 reactores nucleares construidos en los años setenta, que dejarán de ser operativos sobre el 2.010-2.020.
Por otra parte, energías no consideradas alternativas hace 25 años, como la eólica, con un crecimiento del 30% en los dos últimos años, donde de nuevo Aragón aparece como unos de los territorios con más recursos, sí, el cierzo, o la solar, o la explotación intensivo de nuestros ríos pirenaicos, las minicentrales, o la revolución del silicio que ha hecho descender el consumo industrial del petróleo, han trastornado el modelo energético de los años setenta.
Si las centrales nucleares, cuya electricidad iba a transportar esta línea, no se han construido, si la política energética ha sufrido un vuelco tan espectacular, ¡por qué REESA y los gobiernos de turno, ya sean socialistas o del PP han permitido la continuidad del proyecto en lo referente al tendido defendido tan tozudamente por REDESA?.
Desde 1974 a 1994 REESA negó obstinadamente la existencia de un ramal transversal desde Castejón de Sos (Huesca), estación "Pirineos", a Sallente en Lérida. Varió el trazado primitivo aprobado por el Ministerio de Industria y traslado la central "Pirineos" desde Castejón de Sos a Torres del Obispo.
Ahora REESA ha obtenido de nuevo la autorización del Ministerio de Industria para continuar el trazado de la Aragón-Cazaril desde Torres a Sallente, sin desvelar por dónde se producirá la conexión con Francia, aunque no hay que ser un geógrafo o un politólogo, para adivinar que si la electricidad procede de la subestación de Torres, y el ministro del ramo es catalán, el enlace con Francia se producirá al noroeste de esta población.
Mientras tanto el Parlamento de Aragón se declara en contra de la línea, con la oposición del PP, pero ni insta al Gobierno a actuar en consecuencia ni obliga al consejero Lacasa a presentar una alternativa que él mismo se comprometió públicamente a ofrecer. Ejemplar muestra de irresponsabilidad política y de desordenación del territorio.
Si en Aragón son imprescindibles, vitales para su futuro desarrollo, se nos dice, 197 km. de tendido para un flujo que no va a utilizar, ni va a existir al no haberse construido las centrales nucleares proyectadas, ¡por qué en Cataluña no se construye una línea semejante entre Sallente y Barcelona? Sencillamente, porque con las infraestructuras actuales no es necesaria. De la misma manera que con los actuales enlaces transpirenaicos está asegurado el intercambio eléctrico con Francia. Lo demás es megalomanía de los gestores de las compañías eléctricas acostumbrados a recibir regalos billonarios del gobierno y a apostar con el dinero de los consumidores.
El rechazo popular que ha levantado esta línea al sur de los Pirineos tampoco ha sido suficiente para que la Administración haya desestimado un proyecto que en estos momentos carece de sentido y de toda lógica. La cobertura "legal" de que disponen las eléctricas para sus abusivos proyectos, embalses, líneas, frustra cualquier posibilidad de recurso, frente al "interés público". Las alegaciones van a las papeleras o son despachadas con cuatro vaguedades y los recursos invariablemente se pierden.
A los territorios afectados esta línea les condena a la degradación, al subdesarrollo y a la colonización de la más descarnada rapiña. Un país como la Baja Ribagorza que sólo dispone como riqueza natural de su territorio, paisaje, monumentos, espacios urbanos de enorme interés, queda desposeído de toda perspectiva de progreso y de futuro. Después de esta agresión vendrá otra y otra. La Graus-Sallente, recordémoslo una vez más atraviesa parajes y núcleos urbanos que se verán abocados a una ruina definitiva: la sierra del Castell de Llaguarres con su encinar y sabinar, los atractivos entornos de Benabarre como San Medardo, Sagarras, los impresionantes conjuntos medievales de Lluzás y Montañana, que en cualquier otro país civilizado y culto serían objeto de restauraciones y consolidaciones y portadas de guías turísticas, aquí los tenemos prácticamente abandonados. Pero hay más, cuando un país no sabe defender su territorio acaba expoliado por los colonizadores y después de la línea, caerán otros rincones de nuestra comarca, o ¡acaso la línea y el pantano de Santaliestra no son ya despojos del mismo botín?