Tomo 5. Página 31. Peces. Zoología. Museo Pintoresco Historia Natural. Los Tres Reinos de la Naturaleza. en Aragón.

Tomo 5. Página 31. Peces. Zoología. Museo Pintoresco Historia Natural. Los Tres Reinos de la Naturaleza.

Museo Pintoresco Historia Natural Tomo 5 Peces

Naturaleza de Aragón > Museo Pintoresco Historia Natural > Tomo 5 Peces

Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión

de simple cilindro comprimido y arqueado. Subsiste también en algunos peces que carecen de pectorales, tales como los simbranquios, en los cuales es aun bastante robusto, ofreciendo ademas un vestigio del segundo; pero en la murena (Muraena helena de L.) este tercer hueso ya no es mas que un largo filete eartilaginoso que con mucha dificultad se descubre en las carnes.

Casi siempre su unión con el del otro lado se verifica por medio de cartílagos ó de ligamentos; pero á veces también, como los siluros, los platicéfalos, etc., tiene lugar por medio de una gran sutura dentada.

_ En la lámina interna de este tercer hueso, se adhieren otros dos (números 51 y 52), situados el uno encima del otro, atravesados por un orificio, ó escotados por el lado en que están en contacto con el hueso anterior. Esta escotadura da las mas de las veces al inferior de los dos la forma de un cartabón. Su lado libre lleva la aleta pectoral, pero mediante una fila intermedia de cuatro ó cinco huesecillos (núm. 53) situados entre dichos dos huesos y los radios de la aleta (salvo el radio primero fijo inmediatamente sobre el hueso superior (núm. 52)). Estos huesecillos recuerdan enteramente la idea de los del carpo. Si es exacta esta comparación, las dos piezas (números 51 y 52) que dan inserción á los huesecillos, representaran, conforme hemos insinuado, el eiíbiVo (núm. ol) y el radio (núm. 52). El tercer hueso del ceñidor, el grande hueso inferior que sostiene á esos dos, corresponderá, pues, necesariamente al húmero, y el primero y el segundo (números 46 y 47) representaran el omóplato. Con efecto, el omóplato de muchos reptiles, sobre todo el de las ranas, se compone evidentemente de dos piezas óseas, y hasta la superior suele ser ahorquillada, según lo es casi siempre en los peces.

Convengamos, pues, en llamar desde ahora supra-escapular y escapular á las dos piezas superiores del ceñidor, hurr.eral á la tercera; cubital y radial las dos que sostienen la aleta. El supraescapular equivale al omóplato de Bakker, al omolito de Geoffroy , y al que en un principio habia llamado Cuvier pedículo del hombro. El escapular es el omóplato de Geoffroy, y el acromion de Bakker. Gouan llama clavicula al humeral, y no sin razón porque hasta cierto punto desempeña las funciones de tal; Geoffroy ha adoptado también al fin esta denominación; Bakker le cree compuesto de la clavícula y del húmero, y le llama cwnos-teon; y Meckel le denomina simplemente clavicula como Geoffroy. En cuanto al cubital y al radial han recibido ya este mismo nombre de Bakker; poro Geoffroy toma el cubital por el húmero, sin hablar del radial, á lo menos de un modo distinto; y en la balde-raya y el políptero considera como huesos del antebrazo varios del carpo.

En ciertos géneros, especialmente en los salmones y los ciprinos, el cubital y el radial presentan en el lado interno de su sutura un tercer hueso, que, por la otra extremidad, va á apoyarse sobre el borde anterior del húmero, sirviéndole asi de estribo. En los siluros se sueldan muy pronto estos tres huesos entre si y hasta con el húmero, probablemente á causa del esfuerzo que han de hacer para sostener el radio mayor espinoso de la pectoral. En la anguila, que solo ofrece dos, se hallan como suspendidos sobre la unión del escapular y del humeral. Su número no es mayor en las especies que carecen de pectoral.

Réstanos una especie de estilete, compuesto casi siempre de dos piezas (números 49 y 50), de las cuales |la superior (núm. 49), mas ó menos aplanada, se llalla suspendida del hueso que acabamos de comparar con el húmero, fijándose en su cara interna y en su borde posterior y superior. Según parece fue Cuvier el que primero dio á conocer este estilete. Geoffroy le compara á una mitad de la horquilla de las

No necesitamos recordar ahora todas las variedades de número, posición, longitud y grosor que se notan en los radios. Obsérvanse al exterior estas ehcunstan-cias sirviendo por lo mismo para caracterizar las especies. Llamaremos la atención tan solo sobre ciertos radios que llegan hasta la cabeza, por medio de un interespinoso reclinado sobre el cráneo, representando en tal posición unas especies de penachos, conforme se ve en la fcalderaya, en ciertos bienios, etc. Recordaremos también que en algunos géneros, principalmente de la familia de los escómberes, los radios espinosos de la parte anterior de la dorsal, y con mas frecuencia aun parte de los radios blandos de la dorsal y de la anal, no se unen con los demás por medio de membranas completas, en cuyo caso forman lo que para los primeros se llaman espinas libres, y para los demás falsas aletas.

El esternón no existe, ni con mucho, en todos los peces. Consiste en una serie de huesos impares, diversamente configurados según los géneros, que dan inserción á las costillas. Vésele generalmente en los clupeos y los vómeres.

En los peces óseos, inmediatamente detrás del orificio de los oidos, se ve á cada lado una serie de huesos que limita este orificio por su parte posterior, formando en ella una especie de jamba sobre la cual da el opérculo cuando se cierra. Estas dos series que de ordinario principian por arriba en la cabeza uniéndose entre sí por abajo, forman un ceñidor óseo que rodea toda esta parte del cuerpo. Su sinfisis inferior se enlaza por medio de ligamentos con la cola del hioides (núm. 42) y constituye con ella esta especie de istmo que sepáralos orificios externos de los oidos entre sí por abajo, asi como el cráneo los separa por arriba. Solo un corto número de peces óseos, tales como las anguilas, tienen libres este ceñidor de adherencia en su parte superior, y reducido á un corto número de huesos.

Compónese, cuando está completo, de tres huesos á cada lado, que representan el hombro y el brazo, á los cuales se une por detrás un grupo de otros dos ó tres que hacen veces de antebrazo y que llevan la aleta pectoral, la cual representa la mano. Por fin, suspéndese de él casi siempre un estilete compuesto de uno ó de dos huesos, estilete que para Cuvier es el análogo del coracoides. — El mas alto de los tres primeros huesos (núm. 46) está de ordinario ahorquillado y se enlaza mediante dos apófisis con dos crestas laterales del cráneo (la intermedia, formada por el occipital externo (núm. 9), y la externa constituida por el mastoideo (núm. 12)). A menudo una tercera apófisis penetra á mayor profundidad en el intervalo de estas dos crestas. Este hueso aparece al exterior, por arriba de la abertura de los oidos, como una escama mayor que las demás, estando á veces dentado su borde; falta en algunos géneros tales como las anguilas y las balderayas; y en otros, como los dactilópleros y ciertos siluros, se une al cráneo por medio de una sutura inmóvil.—El segundo de dichos huesos (núm. 47) continúa el borde de la abertura de los oidos, faltando en los siluros ó soldándose en ellos en una sola pieza con el anterior.—El tercero (núm. 48), que es siempre mucho mayor, completa el ceñidor, yendo, según hemos dicho, con su semejante debajo de la garganta. Da á menudo al exterior, encimado la base de la aleta pectoral, una espina ó un ángulo dentado, y tiene generalmente dos láminas, una externa y otra interna, entre las cuales hay un surco al cual aboca el haz inferior del gran músculo lateral del cuerpo, ademas de estar ocupado por los músculos de la aleta pectoral.

En las anguilas toma este tercer hueso una forma



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