Naturaleza de Aragón > Los Tres Reinos de la Naturaleza > Tomo 5
Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión
ORCA.
Esp. 3 Delphinus orea rostro sursum repando, den-tibus latís serratis.
La Orea se halla comprendida eu el cuarto género de los Manmaks Cetáceos, denominados Delfines, algunos le dan el nombre de Ballena menor, pero otros la reputan como enemigo inexorable de este cetáceo.
Rondelecio conviene con Gesnero, y Willoughby en darle el nombre de Orea, que adoptó nuestro Huerta, y de que generalmente se usa en castellano para denominar este monstruo marino, á quien llaman Orea, porque su cuerpo imita la figura de una tinaja ú orza, que eso quiere decir en latin el nombre de Orea, de que se hizo el castellano orzuela, que comunmente se da á los tarros pequeños en que se conserva el dulce. La cabeza (que apenas se le conoce), se distingue por tener el labio superior arremangado, y las mandíbulas guarnecidas de cuarenta dientes anchos, y agudos como los de una sierra.
En Galicia, según el clarísimo Sarmiento, se llama Laudorca, y esta es la única razón que tengo para persuadirme se han visto una ú otra vez en nuestra costa: el mismo Sarmiento añade que también le conocen con el nombre de Espadarte, acaso por haber visto como sinónimos estos dos nombres en el Diccionario de Bluteau, pero yo me inclino á que son enteramente distintos, y que el nombre Espadarte señala pez, cuya ligura se aproxima mas á la forma de una espada que á la de una bola, y por eso le aplicó al pez sierrab Piste, como ya llevo dicho del Pez Espada: los franceses llaman á la Orea, Epaulard, y acaso de Epaulard que parece signilica cosa de espalda, se formó por corrupción el Espadarte.
La Orea es cruel enemigo de la Ballena que persigue con empeño, mayormente cuando la ve mas pesada por su preñez, obligándola á varar en las peñas, á donde á su salvo la devora, sin que la Ballena por el difícil uso que hace de su cuerpo, pueda defenderse de los terribles dientes con que le ataca.
Según nuestro Diccionario castellano se ven algunas oreas hacia los mares de Andalucía.
DE LOS ANPHIBIOS
Divide Linneo la clase de los anphibios en Reptiles, con pies que respiran por la boca: Serpientes sin ellos que respiran del mismo modo, y en Anphibios nadantes que respiran indistintamente por la boca y por unos agujeros que les sirven como branquias, que tienen ya al lado del cuello y pecho, ya debajo como se reconoce en las lampreas, en los tazones y en las Rayas.
CLASE TERCERA. —ORDEN PRIMERO,
REPTILES CON PIES.
Gen. 113. El cuerpo conchudo cuadrúpedo y con cola.
TORTUGA CAREY.
Esp. 4. Testudo Caretta pedibus pinni-formibus, unguibus palmarum plantarumque binis testa ovala acuté serrata.
Distinguen los naturalistas las Tortugas en terrestres, marítimas y lluviales, y entre estas de las que voy á tratar son de las segundas y terceras. Linneo forma de ellas el primer género de los Amphibios Reptiles, Cuadrúpedos, que respiran por la boca Los mares de la Europa son muy frecuentados de las Tortugas, y solo una ú otra vez se han hallado algunas, tanto en el Mediterráneo, como en el Océano; en esta
costa solo he visto una que describiré y que se cogió en el seno de la Coruña y costa del Norte fuera de la boca del Ferrol, por unos pescadores de la villa de Puentedeume; que con otros peces la sacaron en un tramado en el dia que esto escribo, que es el 19 de abril de 1787, pero no ha sido la única,.pues don Gaspar Maldonado, caballero vecino de aquella villa, que se hallaba presente cuando la recogió de poder de los pescadores, me aseguró que habrá unos cuarenta anos le habian regalado otras dos, cogidas en la costa de Redes, y que según hacia memoria no bajarían de una vara de largo.
La presente, que deposité en el gabinete de don Andrés ¿avala, administrador general de aduanas, es perfectamente semejante á la que Linneo llama Imbricata, y á quien en América dan el nombre de Carey, y se asemeja bastante al diseño que trae Rondelecio.
Su cuerpo, que tiene de largo once pulgadas, y otras tantas por lo mas de ancho, se aproxima á la ligura de un corazón; el lomo color de cjstaña madura, dividido en diez y seis escamas ó porciones de conchas separadas y colocadas en tres líneas, y rodeado por otras veinte y dos mas pequeñas en su contorno; el todo de forma convexa, y con cinco clavos ó púas en las conchas del medio á quilla; la concha inferiores de figura plana blanquizca y con una ligera tinta color de caña. La cabeza es muy semejante á la de un papagayo, cubierta de otras pequeñas conchuelas del mismo color, y unida á la abertura anterior de las dos conchas principales por una piel coriácea y de color negruzco; los ojos de ligura oval; las aberturas nasales en la parte superior del pico; las quijadas sin dientes pero alnadas.
Las aletas ó pies anteriores licúen ocho pulgadas de largo, y las posteriores cinco; cada una de ellas con dos pequeñas uñas como las de un perro; se hallan revestidas en la parte inferior de una piel semejante á la de la cabeza, unida como aquella á las cuatro aberturas laterales de las conchas, y cubiertas en la parte superior con varias conchuelas de la misma materia que las de la cabeza y cuerpo, pero aplicadas de tal suerte á la piel, que no impiden el libre movimiento para que fueron destinadas ; la cola parece solo una escrecencia ó esternón de la piel, que cierra la abertura posterior de las dos conchas, y en su figura se asemeja al obispillo ó rabadilla de un pavipollo.
Las tortugas de mar difieren principalmente de las de tierra por su tamaño , por sus pies, que les sirven como las aletas de los peces, y por su boca, que termina regularmente como el pico de un papagayo; crecen basta un tamaño extraordinario; son comunísimas en las costas é islas de la América, adonde se pescan muchas de dos cuartas y mas libras de peso, hállanse igualmente en algunas islas del mar Pacifico, en las Indias orientales, y en la África, y en donde son menos comunes es en Ja Europa; su carne y sus huevos son excelentes, y. sirven de agradable refresco á los navegantes; la de la especie llamada Carey, que es de la que trato, no es tan buena como la déla Tortuga franca, pero le hace mucha ventaja por su concha, que se emplea con preferencia en cajas, bastones y otras alhajas primorosas, cociéndola, madeán-dola, y dándole el lustre con mucha facilidad.
Mr. Valmont de Bomare, de quien he extractado esta breve noticia, dice en su Diccionario de Historia natural, que en el año de 1754 se cogió á la altura de la isla de Rhé en la costa de Francia, una Tortuga, que conducida á la abadía de Lombaux junto á Vannes en Bretaña, tuvo de peso cerca de ochocientas libras, y que habiéndose publicado esta noticia en los papeles públicos, haciéndose cargo de ella Mr. Laborie, abogado del Parlamento y del consejo superior del Cabo Francés, le escribió en el año de 1771 la siguiente observación :
«Que habiendo partido su padre desde dicho cabo