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Su cuerpo es prolongado y comprimido : su boca pequeña ; sus dientes céntricos son los mas largos, y los demás cónicos y eslan situados en una sola fila. El preopérculo está cubierto de escamas, el opérculo las tiene también en su borde como los queiliones, y las demás piezas carecen de ellas.
La dorsal tiene todos sus radios blandos y flexibles, y apéndices membranosos en la punta de cada radio. El suborbital es estrecho, el borde membranoso del opérculo es muy prolongado y llega basta la axila de la pectoral. La dorsal principia mas allá de la inserción de esta aleta ; el trozo de la cola es corto; la caudal está cortada en cuadro con sus ángulos redondos, y las ventrales son pequeñas y tienen su espina débil.
Las escamas son lisas y blandas, y presenta treinta y siete filas de ellas entre el oido y la caudal; Ires sobre la linea lateral que sigue sin interrupción y once debajo de la misma.
El color es pardo en todo el cuerpo con un cruzado á manera de red que resulta del borde de cada escama, el cual es negro y su cenlro verdoso.
No llega este pez á seis pulgadas de largo ; es procedente de la isla de Juan Fernandez.
Echase, pues, de ver que tiene los radios flexibles de los queiliones, y que por sus dientes se parece á los labros. Presenta como los malacanto; los opérculos escamosos, pero carece de la espina opercular de estos. No puede ser una tautoga atendidas la blandura de sus radios y las escamas del opérculo; ni puede tampoco ser colocado entre las gírelas.
GENERO GÍRELAS.
Hemos por fin llegado á uno de los géneros mas numerosos en especies de la familia de los labros, y que contiene los peces de colores mas variados y brillantes que habitan en el fondo de las aguas. Las especies de nuestros mares no ceden tampoco en brillo á las de las regiones intertropicales. Sin embargo debe advertirse que las gírelas son propias de los paises cálidos y solo alguna que otra avanza hacia el Norte hasta las costas de Inglaterra ó Francia. En el Mediterráneo se cuentan tres ó cuatro especies de ellas que se las ve salir de las regiones de la Europa meridional y avanzar por el Atlántico hasta las islas Canarias, en donde viven con las demás que dan principio á la numerosa serie de gírelas de los mares cálidos del globo.
Siguiendo el parecer de Cuvier reunió Mr. Valenciennes bajo la denominación de Girela todos los labroideos de linea lateral no interrumpida, de dorsal guarnecida de radios espinosos duros y punzantes , y cuya cabeza entera, esto es, el suborbital, las piezas opérculares, la parte superior y las mandíbulas carecen de escamas. Sus dientes son cónicos y fuertes en la parte delantera de la mandibula, y detrás de ellos se ven otros granulosos ó tuberculosos, cuyo número varia, y aumentándose con la edad en algunas especies dan mayor incremento ú la anchura de la superficie esmaltada de ambas mandíbulas y forman un tránsito natural, alo que podrá observarse en los escaros, de los que acaba de indicarse una ligera idea en los queiliones.
Los faríngeos de todas las gírelas, son como los de los labros propiamente dichos.
Ciertas especies tienen en el ángulo de la boca un diente dirigido hacia adelante; pero este carácter específico es tan variable en este género como en los demás labroideos de que ya se ha hablado. Por esta razón se ha suprimido el género nalichores que monseur Ruppel habia establecido en sus nuevas investigaciones sobre los animales vertebrados de la Fauna africana, y que ya se ha indicado en esta obra eu el artículo de la tautoga sexfasciata.
Los lectores versados en asuntos ictiológicos no ignoran que Cuvier desde su primera edición del Reino animal , demostró que el género hologimnoso, establecido por Lacépéde, debía incluirse en este de las gírelas pues no fue mas que una repetición del labro circular descrito en los diseños y manuscritos de Commerson, y el cual es precisamente una girela. También es preciso incorporar á este género el llamado coris de Lacépéde, fundado también sobre los apuntes de Commerson, aunque la elevada cresta de los peces de que se compone, les de un aspecto diferente de las gírelas, y aun que el género parezca fundado para servir insensiblemente de tránsito al de los peces denominados xirrictis.
Habitan estos últimos entre las rocas madrepóricas, donde encuentran abundantes moluscos y otros testáceos, cuyas conchas destrozan fácilmente con sus dientes robustos y cónicos, sea de las mandíbulas, sea de los faríngeos.
El nombre de julis, con el cual Cuvier describe este género, es el epíteto de uno de los labros de Linneo, de que se aprovechó Artedi para aplicarlo á la especie que según el Systema naturee, comprendía entonces todas las variedades de nuestros mares. Hay pocas probabilidades por no decir algo mas de que el pez designado entre los griegos por el nombre de ¡»>x« fuera uno de nuestros labros. Por lo menos nada se encuentra en los autores antiguos que pueda justificar semejante conjetura. En Aristóteles solo una vez se encuentra citado el nombre de iovKiS« al hablar de ciertos peces que van en bandadas con los atunes y los demás habitantes de las rocas. Dice Ateneo que Dorion en su tratado de los Peces encarga que se hagan cocer los ioKilií en salmuera y les aplica según Numenio el epíteto de voraces.
Infiérese, pues, que ni en esto, ni en nada mas de lo que han dicho los autores, antiguos hay nada por donde se pueda comprender que aplicaban aquella denominación á nuestros labros.
gírela común.
Julis vulgaris, (Vaienc.)
Parece que en tiempo de Rondelet la girela era mas rara que en nuestros dias, pues dijo que apenas se la conocía, y asi es que el diseño con que acompañó su obra es malo, mal caracterizado y difícil de aplicar á la una ó á la otra de nuestras variedades. Lo contrarío sucede con el diseño de Salviani, que representa perfectamente nuestra primera especie; Willughby la vio también en Genova y con arreglo á todos esos datos la historia del pez tuvo lugar en la obra de Artedi.
La girela es muy común en el Mediterráneo, y en él se encuentran un gran número de variedades que algunos zoólogos han intentado separar en especies.
Su cuerpo es prolongado ; la línea del dorso y la del vientre convergen la una hacia la otra, de manera que la altura de la cola tiene dos quintos de la del tronco, cuyo grueso está comprendido dos veces y media en la altura.
Las escamas son pequeñas, contándose ochenta entre el oido y la caudal; son muy delgadas y parecen muy lisas. Mirándolas con el microscopio se notan finas granulaciones y algunas estrías divergentes y longitudinales.
La parte superior de la cabeza y del dorso son de un hermoso pardo mezclado de azul y rojizo ; bajo este matiz brilla una ancha faja de bordes dentellados de un hermoso color de naranja. El centro de los costados partiendo de la espalda hasta los primeros radios blandos de la dorsal, está teñido de otra faja azul oscuro, casi negra, que forma como una gran mancha oblonga. Esta mancha se prolonga hasta cerca de la cola en una faja de azul de ultramar mas ó menos oscurecida por el pardo dorado de que está matizada