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124 LOS TRES REINOS DE LA NATURALEZA. ZOOLOGIA
de otras tantas ramillas. Tal es lo que acontece á los naturalistas en todas las clases de los seres organizados, por poco que traten de disponerlos atendiendo á las relaciones naturales de su conformación; porque la naturaleza ni por asomos se ha acordado de llenar los cuadros de nuestras clasificaciones, sino que en sus obras ha seguido una linea única y no una exacta dicotomia. Cada ser tiene su destino en el vasto plan de la creación, y para ese destino se halla organizado; y asi es que tal forma ha debido ir señalada con caracteres enteramente particulares, que la aislan en cierto modo, mientras que otras se reproducen muchas veces con ligeras modificaciones. Esas aproximaciones, esos aislamientos, esas distancias infinitamente variadas son las que debe dar á conocer el naturalista, quien engañaría á sus lectores si les dejara creer que las relaciones reales de los seres que describe, son tales cuales pueden aparecer en es azar y razones sistemáticas que ha hecho establecer la necesidad para conducir á la determinación de su nomenclatura.
GENERO ESFIRENA.
Sfvea, en griego, es un martillo, pero también significa un dardo, una flecha; y de este último sentido deriva <r+veoi>a, que es la denominación de un pez al cual daban los atenienses el nombre de Orpo, que es también el de una especie de dardo. Los latinos le llamaban sudis ó sudes que en su idioma vale tanto como estaca puntiaguda. Todas estas denominaciones anuncian un hocico puntiagudo. Decian ademas los antiguos que se parece la esfirena á la orlia, que es larga, bastante grande y que vive en bandadas. En vista de estas indicaciones parecía natural que se aplicara el citado nombre de forma prolongada y puntiaguda. Efectivamente, asi es la verdad. En España le llamamos espeto, y de ahí proviene el nombre spel que le dan en el Languedoc. Y si aun quedara alguna duda acerca de la significación de sfirena se desvanecería al saber que casi se conserva todavía este nombre entre los griegos modernos aplicándole igualmente al espeto.
Los italianos le llaman esox de mar, luzzo ó lucio marino, luzzi, etc. á causa de sus dientes robustos y puntiagudos, que es el único carácter de semejanza que tiene que le acerca al esox de rio; pues todo el resto de su organización difiere absolutamente, como que ni los mismos dientes ofrecen mas que relaciones superficiales, por no estar ni situados ni acompañados del mismo modo. Sin embargo, atendiendo á esta circunstancia y apartándose en este punto de la autoridad de Artedi, se determinó Linneo á colocar la esfirena en el género de los esox; pero solo Shaw le siguió en esta via, pues Lacépéde y Bloch se apresuraron á restablecerla en un género aparte.
Con efecto, es un acantopterigio; tiene dos aletas en el dorso; sus intermaxilares se extienden por todo el borde de su mandíbula superior; rodean al piloro muchísimos apéndices, cecales; su espinazo consta de muy pocas vértebras; sus costillas son pequeñas y su carne apenas lleva aristas. Todas estas ciscunstancias se oponen por completo á todo lo que se observa en el esox.
Digamos también por último que es un género bastante difícil de clasificar. Con todo mas que á ninguna otra familia debe ir á la de las percas.
El espato vulgar (Sphyrama vulgaris) es un pez de forma prolongada, casi cilindrica y su longitud pasa de tres pies. Salvien dice que en Roma desprecian su carne; pero los demás autores convienen en compararla con la de la merluza que por cierto nada tiene de despreciable. A su decir es ligera, friable y de buen gusto. Se le conoce en todas las costas del Mediterráneo.
Su nombre español es, según llevamos ya dicho, espetón; en las Baleares y en Montpeller le llaman espet ó ipet, los marselleses peis escome ó sea pez-maimoneta (de sealmus la maimoneta del palo de virar). La mayor parte de sus nombres italianos son relativos á las relaciones que se le encuentran con el esox (lucius); lussi es el de Niza; luzzaro el de Genova; lucio di nutre el de Roma y de Cerdeña; luzzo el de Venecia; utuzzu el de Masina, y lozzo el de Catania. Hemos dicho ya que en el Archipiélago le han conservado algunos griegos el nombre poco alterado de sphyrnu.
Korskal le vio en Esmirna y en Constantinopla. Sin embargo, según parece no pasa el Bosforo, ó por lo menos no se le encuentra muy arriba hacia el norte del mar Negro, pues ni siquiera le cita Pallas entre los peces de la Táurida. No sucede otro tanto en el Adriático. Belon dice que se le ve poco en Venecia, pero que es muy común en Corfú; y Briinnich asegura que no es raro en Salona. Belon niega que los haya en el Océano, por lo menos en las costas de Francia, y Willughby añade que tampoco los ha visto nunca mas que en el Mediterráneo; y con efecto, de este mar procedían todos los que conoció Cuvier.
Verdad es que menciona Comides un espetón entre los peces de Galicia, suponiendo que es el mismo espeto ó esfirena; pero como le llama pececillo y le atribuye la costumbre de sepultarse en la arena, supone Cuvier quedebia ser un ummoditcs, tanto mas cuanto que no cita Comides este último pez en el orden de los ápodos.
En ambos océanos se encuentran esfirenas tan semejantes á las del Mediterráneo, que es menester mucha atención y una comparación inmediata para distinguirlas del espeto. Sirva de ejemplo la Sphyraena viridensis ó del Cabo Verde, que no difiere de las del Mediterráneo sino en que el pardo del dorso y el plateado del vientre se hallan separados por una linea en zigzag, que forma asi á lo largo de la línea lateral y un poco encima, una serie de veinte ó de veintiuna grandes aserraduras alternativamente de estos dos colores.
Hay también una en las Antillas y en la costa del Brasil, tan semejante á la de Europa, que no se ve mas diferencia que las manchas que conserva hasta una edad mucho mas avanzada. Por lo demás, su forma, sus dientes, sus piezas operculares, la posición de sus ventrales y de su primera dorsal son idénticas. Es sin duda la becune de la Martinica y la picuda de la Habana.
Parra dice de la picuda que llega á medir cerca de cuatro pies, y que es muy sabrosa, pero que se la come con desconfianza, sin duda porque pertenece al número de las especies sujetas á adquirir cualidades venenosas. Ricord dice otro tanto de la becune de Santo Domingo. Mr. Poey asegura que la enfermedad ocasionada por este pez es á veces mortal; pero que es fácil reconocerlos individuos que se encuentran en ese estado nocivo, porque la raiz de sus dientes toma un color negruzco, y asi es que se comen sin temor alguno los que no presentan esta señal.
El guachuncho (S. guachancho) pez americano, nunca tiene las cualidades deletéreas de la picuda. Es muy buscado, de muy buen sabor y casi sin aristas. Esta especie viaja en sociedad, cogiéndose á menudo de una vez mas de doscientos individuos, todos de lo misma talla. Su longitud ordinaria es de unas veinte pulgadas, y el color de su dorso de tierra de sombra.
En el Brasil y en el archipiélago de las Antillas vi-
Índice de páginas de Zoología Peces.
Biblioteca ilustrada de Gaspar y Roig.
Los Tres Reinos de la Naturaleza.
Museo Pintoresco de Historia Natural.
Descripción completa de los animales, vejétales y minerales útiles y agradables:
su forma, instinto, costumbres, virtudes ó aplicaciones á la agricultura, la medicina y las artes en general, comprendiendo mayor número de géneros que en todas las obras publicadas hasta el día.
Tomo 5. Página 124. Peces. Zoología. Museo Pintoresco Historia Natural. Los Tres Reinos de la Naturaleza.
Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de abril de 2025 última revisión
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