Naturaleza de Aragón > Los tres Reinos de la Naturaleza > Tomo 1
Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 6 de junio de 2024 última revisión
cetáceos contienen, como saben todos, mucho aceite y grasa en sus carnes; su piel es lisa y desnuda, pero glutinosa; su cola está horizontalmente aplastada; al revés que en todos los demás pescados, que la tienen comprimida verticalmente. Tal es la serie natural de los animales mamíferos ó verdaderos vivíparos.
Esta es la clase mas noble del reino animal despues del Hombre; y desde luego conocemos que un cuadrúpedo tiene mucha mas analogía y semejanza con nosotros que los pescados, los reptiles y aun las aves, que entre aquel y nosotros puede existir cierta comunidad de ideas, de sentimientos, si posible es que el animal se aproxime tanto á nuestra especie. Tan superior como el cuadrúpedo es al pescado ó al reptil, lo es el Hombre á él. Ha creado, pues, la naturaleza; en la república de los animales pangos ó gerarquías, cierta especie de nobleza hereditaria: los mamíferos, con los atributos de su organización mucho mas perfecta y complicada que la de los otros seres vivientes, son como príncipes ó jefes, pero solo al Hombre pertenece el imperio y el derecho de reinar.
Los cuadrúpedos han sido constituidos ministros de su poder; y orgullosos con el honor de servir, al dueño de la tierra, de poder aproximarse á su inorada, tomando parte en sus bienes y recibiendo los alimentos de su mano, los animales domésticos han doblegado la altiva cerviz bajo su mano acariciadora, en tanto que otras especies menos dóciles han huido de su corte, por vivir independientes en sus dominios, retiradas en sus madrigueras ó cuevas.
Los cuadrúpedos, forman de este modo la clase intermedia que aproxima los demás animales á nosotros, que acercan los animales inferiores al Hombre; el cual es como el jefe ó rey, en quien todo se reasume. En efecto, si la familia dé los Monos parece querer, elevarse hasta cerca de la especie humana y sentarse en las gradas de su trono, los Murciélagos, las Ardillas volantes y otras délas especies que revolotean, convocan y aproximan las aves hacia los mamíferos, ó por lo menos aparecen como sus representantes; así como les Armadillos y Pangolines, cuadrúpedos armados de corazas ó de lorigas, pueden juzgarse representando á las Tortugas, Lagartos y demás reptiles; y los Bueyes marinos ó Focas, las Vacas marinas, los cetáceos y demás mamíferos anfibios, que participan de la naturaleza de pescados, se enlazan con esta grande y numerosa clase de animales acuáticos.
Por consiguiente, los mamíferos forman el vínculo de íntima unión dé las diversas clases superiores del reino animal; tipo mas perfecto, primer grado de la encadenada serie de todas las criaturas animadas, colocadas inmediatamente después del Hombre. Comparemos efectivamente estas diversas clases con el cuadrúpedo. El ave, moradora del aire, ha recibido un temperamento cálido y vivo, delicado y sensible; siempre alegre, petulante y voltaria, están impetuosa é inconstante como la móvil región en que vive. Pero los pescados, fríos habitantes de las ondas, son de un natural estúpido, de carácter indolente por razón de su organismo; no, se ocupan sino de sus necesidades materiales; toda su actividad se reduce á esfuerzos físicos para nadar; su piel escamosa les hace poco susceptibles de sentimientos, y menos á propósito para perfeccionar su inteligencia. Por el contrarío, el cuadrúpedo, como vive en un medio equidistante de las alturas de la atmósfera y de las profundidades de las aguas, marcha, sobre la tierra como propietario y dueño con el Hombre, soberano de ella; y parece ocupar el término medio entre aquellos dos estremos No tiene el ardor ni la petulancia del ave; tampoco lá brutal estupidez del pescado, ni la apática torpeza del reptil, que se arrastra por el fango: como pisa un suelo seco y firme, su carácter es mas firme y mas sólida su armazón. El paso del cuadrúpedo no es tan rápido como el vuelo del ave, ni tan ligero como el nado del pez ; pero tampoco ofrece la fatigosa lentitud de la Tortuga, y de los reptiles: su moderada velocidad permite mas fácil ejercicio á los sentidos, y mejor desarrollo a las demás facultades. El cuadrúpedo es; en fin, si queremos esceptuar nuestra especie, el ser mas susceptible de inteligencia sobre la tierra.
Además, toda la serie de esos mamíferos no representa mas que una degradación continuada de la estructura propia del Hombre. Considerado el Mono en su forma exterior, ó en sus órganos internos, parece un hombre degradado: todos los miembros son los mismos; el esqueleto, los músculos, las venas, los nervios, el cerebro, el estómago, las principales visceras, son casi absolutamente semejantes, ya sea en la estructura general, en ya las ramificaciones de los menores vasos: parece, pues, con respecto á nosotros un ser bosquejado, aunque perfecto en su propia especie. La misma progresiva degradación se observa casi descendiendo del Mono al Murciélago, desde este al Perezoso, luego al cuadrúpedo carnívoro, y así en toda la serie. Los órganos mas importantes, los aparatos esenciales á las funciones interiores son idénticos en todos estos animales, y ejecutan sus actos de un mismo modo; casi no degradan. Pero en el exterior, ó digámoslo asi, en la superficie de cada animal, están bien patentes las variaciones. La mano humana, por ejemplo, se reconoce en la del Mono; ya se nota desfigurada cada vez mas en los Maquis y las Sarigas ó Didelfos, los Osos, Erizos y Topos; en los Perros y Liebres es verdadera pata; después se revisten los dedos de una funda córnea en la Oveja, el Ciervo y el Buey; quedando encerrados enteramente en el casco del caballo; en fin, éntre los Bueyes marinós e Focas, los Delfines, y principalmente los cetáceos, la mano ó el brazo no es ya mas que un muñón, groseramente formado en figura de remo, para surcar las aguas; y si se levanta el cuero ó piel dura que cubre esta parte, se bailarán bien manifiestos todavía los principales huesos del brazo, del antebrazo y de la mano, aunque como rudimentos solamente; que conservan alguna relación con la organización perfectamente desarrollada del Hombre.
Ya hemos demostrado que la reducción y disminución del cerebro convertían el animal en mas bruto ó mas bestia; y en efecto el Mono, los demás cuadrúpedos, se encorvan hacia la tierra, su hocico se alarga, todo indica en ellos la tendencia de los apetitos á acrecentarse, á extender las propensiones de los sentidos; no piensan mas que en llenar el vientre, en saciar sus deseos. Por esta razón las facultades externas, los sentidos, que son groseros en los cuadrúpedos, se desarrollan con el continúo ejercicio, tanto mas, cuanto las facultades internas, morales y espirituales, del cerebro, se deterioran, se oscurecen por la inacción ó la inercia. Tienen, pues, los cuadrúpedos en general sentidos mas activos, mas vehementes que los del Hombre, y se abandonan á ellos con mas impetuosidad, sin ninguna moderación, aumentando asi su invencible ascendiente: dominado de tal manera el animal por esa inclinación, no es susceptible de perfeccionarse moralmente como el Hombre. Los filósofos cuyo objeto es engrandecer al hombre intelectual y aumentar la acción del pensamiento, procuran eficazmente disminuir, debilitar ese potente dominio dé los sentidos materiales, cerrar las puertas por las cuales nuestras facultades se disipan se escapan fuera de nosotros mismos; pues todos notamos que la glotonería y las otras sensaciones animales embrutecen, embotan la sensibilidad interna, y propenden como á confundir el alma en la materia.
Además, como el bruto está formado mas bien para