Naturaleza de Aragón > Historia Natural
Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 19 de junio de 2024 última revisión
Los tegumentos o piel de los animales se componen de una cara superficial epitélica llamada epidermis, y de otra profunda conjuntiva denominada dermis. En los invertebrados la epidermis es monoestralificada, es decir, consta de una única capa de células; en los vertebrados es estratificada, es decir, formada de varios estratos celulares. Como tendremos ocasión de ver, la piel diferencia a veces formaciones protectoras del cuerpo e incluso piezas esqueléticas. En la dermis suele existir unas células llamadas cromatóforos que poseen pigmentos destinados a dar color al animal.
Figura 65. El pez abisal Dactylostomias ater, con numerosos órganos fosforescentes (según Chun).
Algunos animales acuáticos y las de gran número de ellos nadan mediante pestañas vibrátiles distribuidas homogéneamente por el cuerpo o localizadas formando coronas vibrátiles (Fig. 117). Los demás animales se mueven gracias a la contractibilidad de su sistema muscular.
Los gusanos y otros animales desprovistos de esqueleto y de órganos locomotores caminan reptando, es decir, mediante ondulaciones del cuerpo que determinan un alternativo alargarse y encogerse del mismo.
En los animales provistos de apéndices locomotores (patas, alas o aletas), la locomoción se hace mediante el juego de unos sistemas de palancas formados por piezas esqueléticas accionadas por músculos especiales, en estos animales las funciones de locomoción se realizan, pues, mediante el sistema esquelético, que constituye los llamados órganos pasivos del movimiento, y por el muscular, que forma los órganos activos del mismo.
En los vertebrados el esqueleto es interno t de naturaleza cartilaginosa u ósea, y se llama endoesqueleto (*) (y también neuroesqueleto porque su eje protege el sistema nervioso central.). En los artrópodos es extremo y de naturaleza quitinosa, por lo que se denomina exoesqueleto o dermatoesqueleto.
Se distinguen los siguientes sentidos: tacto, vista, equilibración, oído, olfato y gusto.
El sentido del tacto no falta jamás y reside, como es natural, en los tegumentos. Los órganos táctiles están formados por células sensitivas existentes en la piel, o por terminaciones nerviosas procedentes de neuronas sensitivas de situación profunda, es frecuente que existan en el cuerpo de los animales órganos especialmente diferenciados para el tacto, como son los palpos, tentáculos y antenas.
Los órganos visuales son, en el caso más sencillo, manchas pigmentarias y ocelos, es decir, grupos de células sensitivas impregnadas de un pigmento fotosensible mediante las cuales el animal percibe simplemente la luz. La mayor parte de percibir la forma de los objetos. En esencia, un ojo consta de la retina o membrana sensible, formada por las células visuales, y de unos medios refringentes destinados a pintar sobre la retina de la imagen de los objetos, los más importantes son: el cristalino, que tiene forma de lente convergente, y la córnea, que está destinada a proteger al ojo.
Los órganos de la equilibración se denomina estatocistos. Tienen forma muy variada, pero en general se componen (Figura. 66) de una vesícula abierta o cerrada en cuyo interior hay un líquido llamado endolinfa y una o varias concreciones calizas llamadas estatolitos. Sus paredes llevan un cierto número de células sensitivas provistas de largos pelos, que perciben el desplazamiento de los estatolitos cuando el animal se inclina. En los vertebrados los estatocistos son muy complicados y forman la parte central o vestíbulo del oído interno o laberinto, estando los estatolitos representados por un polvillo calizo llamado estatoconía.
Figura 66. Estatocitos de medusas (según Ertwig).
El órgano del oído está ligado al equilibrio en casi todo el reino animal.
Antiguamente se creía que los órganos estáticos eran auditivos y por eso los estatocistos se llamaron otocistos y los estatolitos, otolitos. En los vertebrados el órgano acústico es una evaginación del vestíbulo llamada lagena que en los mamíferos se hace larguísima y se arrolla en hélice formando el llamado caracol.
El sentido del olfato tiene situación muy diferente. Las células olfativas se hallan localizadas, en los vertebrados, en la membrana pituitaria de las fosas nasales; en los insectos, en fositas olfativas existentes en pelos especiales implantados en las antenas.
El sentido del gusto, destinado a percibir las impresiones químicas de cuerpos líquidos o disueltos, reside en la boca y está ligado íntimamente a las funciones de la nutrición.
El sentido del olfato y el del gusto, muy relacionados entre sí, se pueden considerar como modalidades de un sentido químico, quizás no desdoblado en la mayoría de los animales inferiores.
El sistema nervioso es difuso en las esponjas y celentéreos, donde generalmente las células y fibras nerviosas están esparcidas por todo el cuerpo formando plexos nerviosos. En los demás animales se distinguen siempre centros nerviosos, en donde residen los cuerpos celulares de las neuronas, y nervios o haces de fibras nerviosas que partiendo de los centros van a los órganos de los sentidos (nervios sensitivos) o a los músculos (nervios motores). Los centros nerviosos más sencillos son los ganglios nerviosos, que en los animales inferiores quedan independientes mientras en los de organización más elevada se agrupan y fusionan, en virtud de la concentración orgánica, en centros nerviosos de categoría superior. Es muy frecuente que en la cabeza se forme uno de ellos, al que da nombre de cerebro.
La mayor parte de los animales tienen un aparato digestivo semejante al del hombre, estos es, un largo tubo digestivo de diámetro variable, que atraviesa el cuerpo desde la boca u orificio de salida de los excrementos, y en el cual se vierten jugos digestivos elaborados por glándulas digestivas existentes en sus paredes o en órganos anejos. Solo los celentéreos y algunos gusanos carecen de ano, sirviendo entonces la boca para la salida de los residuos de la digestión.
Figura. 67 Aparato digestivo de un ave. E, esófago. B, bucheg. EG, estomago glandular. M. molleja. H, hígado. P. páncreas. Int, intestino delgado. Ig, intestino grueso. C, ciegos. CI, cloaca, abierta. Ur, uréter. O, oviducto. (Según Berg, ama y Leuckart)
1. El tubo digestivo.- en el tubo digestivo (figura 67) se distinguen, frecuentemente, tres regiones: el esófago, que va de la boca al estómago, el estómago o cavidad en que se almacenan los alimentos y sufren una digestión parcial, y el intestino, que va desde el estómago al ano y en el cual se acaba la digestión y tiene lugar la absorción de los productos asimilables.
En los animales que se nutren de alimentos sólidos existen órganos masticadores que unas veces son peri bucales, como en los artrópodos, otras están en la cavidad bucal, como en los mamíferos (dientes), y otras en divertículo esofágico o estomacal llamado molleja o estómago triturador, como ocurre en las aves (Fig. 67, M) y en muchos insectos. Los animales que toman alimentos líquidos necesitan un órgano succionante, que en los mamíferos es la propia cavidad bucal, y en los insectos chupadores un estómago succionante que funciona como una pera de goma. Es frecuente que el esófago presente un divertículo destinado a almacenar alimento, que se llama buche (Fig. 67, B.) En los vertebrados la primera región del esófago está relacionada con el aparato respiratorio y recibe el nombre de faringe.
El ano desemboca a veces en una cavidad llamada cloaca (Figura 67, CI), a la que van a parar también la orina y los productos genitales para ser expulsados al exterior por el orificio cloacal.
2. Las glándulas anejas al tubo digestivo son tres en los vertebrados: las salivares, que vierten la saliva a la boca y sirven principalmente para facilitar la deglución, y el hígado y el páncreas, que segregan la bilis y el jugo pancreático en el intestino (Figura. 67, H, P). En los invertebrados suele haber glándulas salivares y el hepatopáncreas.
El aparato digestivo falta en algunos animales parásitos, que absorben por la piel alimento en estado asimilable, como por ejemplo, en la solitaria.
3. Régimen alimenticio de los animales. Por la naturaleza de sus alimentos los animales reciben los siguientes nombres: omnívoros, si comen tantos alimentos vegetales como alimentos de origen animal; carnívoros, si se alimentan de carne de aves o mamíferos; ictiófagos, si comen peces: entomófagos o insectívoros, si se nutren de insectos y animales parecidos; necrófagos, cuando comen cadáveres; coprófagos, si comen excrementos, y fitófagos, si se alimentan de vegetales. Entre estos hay que distinguir los herbívoros, filófago, xilófagos, rizófagos, frugívoros y granívoros, que comen, respectivamente, hierva, hojas, madera, raíces, frutas y semillas.
Por su modo de nutrición también se clasifican los animales en predatores, si cazan y destruyen la presa que le sirve de alimento; parásitos, si viven a costa de otro ser, pero sin destruirlo, y simbióticos, si viven asociados a una planta o a otro animal con reciproco beneficio.
Figura 68. Sistema traqueal de un insecto. L, tráqueas; st, estigmas. (Segun kolbe.)
Existen en el reino animal cuatro tipos de respiración: cutánea, branquial, tranqueal y pulmonar.
Respiración cutánea. Se verifica por osmosis através de los tegumentos. En muchos animales inferiores es la única que existe; en los demás coexiste con uno u otro de los otros modelos de respiración.
La respiración branquial. Es propia de los animales típicamente acuáticos, que respiran el aire disuelto en el agua. Los órganos adecuados se llaman branqueas y son finísimas expansiones tegumentarias generalmente laminosas, muy vascularizadas, bañadas siempre por el líquido ambiente. A veces están al descubierto, pero lo general es que queden cerradas en cavidades llamadas cámaras branquiales, por donde circula una corriente de agua mediante mecanismos especiales. En los peces el aparato branquial (agallas) es una dependencia de la faringe.
La respiración traqueal. Existe tan solo en los artrópodos terrestres (onicoforos, miriápodos, insectos y arácnidos). El aparato o sistema tranquial (figura 68) se compone de varios tubos ramificados arborescentemente en el interior del cuerpo, cuyas ultimas ramillas capilares penetran en lo intimo de los tejidos y llevan a las células directamente el oxigeno que necesitan. Cada uno de los troncos de los árboles tranquéales se abren la exterior por un orificio llamado estigma. Como objeto de que las traqueas estén siempre abiertas, su superficie esta reforzada por un espesamiento quitinoso en espiral.
La respiración pulmonar. Es propia de gran número de animales aéreos que respiran el aire atmosférico. Los pulmones son, en esencia, sacos o cavidades de paredes muy vascularizadas en los cuales entra y sale el aire de la atmosfera. Con objeto de aumentar la superficie respiratoria, los sacos pulmonares presentan salientes laminosos parecidos a las laminas branquiales, o huecos cavernosos. A veces son propiamente sacos, si no tubos anastomosados o ramificados en el árbol. En los vertebrados los pulmones son dos y depende de la faringe.
El aparato circulatorio es un sistema de conductos encargado de distribuir por el organismo un liquido – generalmente sangre – que lleva a las células los alimentos que necesita, principalmente el oxigeno, y al cual vierten los productos de la desasimilación. La constitución y complejidad de este aparato enormemente variable.
Figura 69. Sistema circulatorio del cangrejo. C, corazón (ventrículo). PC, pericardio (aurícula). AC, arteria ocular. Aab, arteria abdominal. Sangre venosa en negro. Sangre arterial en blanco. Segun claus.
En los vertebrados donde la complicación es máxima se compone de un sistema cerrado de vasos sanguíneos, por lo que circula la sangre. El órgano central, encargado de sostener la corriente circulatoria, es el corazón, en el que por lo menos hay dos cavidades: un ventrículo, del que salen los vasos llamados arterias, y una aurícula, a la que abocan los denominados venas. Entre el sistema arterial y el venoso existe una vastísima red de vasos capilares, situada en lo íntimo de los tejidos. En ningún momento se extravasa la sangre. El corazón esta situado en la región ventral del cuerpo.
En los gusanos, artrópodos y moluscos, los vasos capilares faltan casi siempre. Las arterias son abiertas y la sangre que circula por ella se vierte en las llamadas lagunas sanguíneas ínter orgánicas, de donde vuelva al corazón por unas cortas venas o por simples orificios (estomas venosos) abiertos en la aurícula. El corazón en estos animales es dorsal (Figura. 69).
El aparato respiratorio esta intercalado en el circulatorio y en el experimenta la sangre una verdadera purificación: la sangre venosa, cargada de anhídrido carbónico, que a el llega, desprende ese gas y cargándose de oxigeno se convierte en sangre arterial (Fig. 69).
Siendo la principal misión del aparato circulatorio servir de intermediario entre los tejidos y el aparato respiratorio, es natural que exista una íntima relación entre ambos aparatos. En efecto, los animales de aparato respiratorio localizado (branquias pulmones) tienen un sistema circulatorio muy complicado, mientras los de aparatos respiratorio difuso (tranqueas) lo tienen casi atrofiado, generalmente al corazón y las lagunas ínter orgánicas.
En los equinodermos, celentéreos y espongiarios, el aparato circulatorio comunica con el exterior al menos por un orificio. El líquido circulatorio es agua del medio ambiente mas o menos modificada por el organismo. En los equinodermos, el agua marina que circula por su aparato circulatorio se convierte en una verdadera sangre gracias a verterse en ella células amiboides y productos albuminoideos coagulables.
La eliminación de los productos de desecho resultantes del catabolismo de los albuminoides celulares se realiza el organismo, mediante el sistema excretor, formando el líquido denominado orina.
El sistema excretor elemental se encuentra en los gusanos, donde se compone (Fig. 70) de una serie de partes de tubos llamados nefridios u órganos segmentarios, que se abren al exterior por un extremo, y en la cavidad general del cuerpo, por el otro. La anatomía comparada y la embriología han demostrado que los aparatos excretores de todos los animales superiores son nefridios más o menos modificados.
En los vertebrados los nefridios se llaman tubos uriníferos y se apelotan formando dos riñones, que vierten la orina por sendos conductos llamados uréteres, directamente al exterior, a la cloaca o a la vejiga urinaria. En los artrópodos terrestres los nefridios se llaman tubos de Malpighio.
Figura. 70. Corte esquemático de la lombriz de tierra mostrando dos segmentos completos. B, cadena nerviosa. S, septos. L, musculatura longitudinal. R, ídem anual. W, nefridios.
Como ya sabemos, la parte esencial del aparato reproductor de los animales son las gónadas (pág. 29). Las masculinas se llaman testículos y las femeninas ovarios. El aparato se completa con las vías genitales destinadas a la expulsión de los gametos. Las masculinas son generalmente un par de tubos que van de los testículos al exterior y se llaman canales deferentes.
Las femeninas suelen ser otro par de tubos llamados oviductos que se abren en la cavidad general mediante un embudo para recoger los óvulos que se desprenden de los ovarios. Con mucha frecuencia las vías genitales, sobre todo las femeninas, llevan órganos anejos de misión variable. Unas veces son glándulas destinadas a nutrir a los huevecillos y a formarles la cáscara protectora; otras son dilataciones o cámaras incubadoras destinadas a resguardar los huevos durante su desarrollo; otras se trata de úteros, destinados no sólo a la incubación, sino a la nutrición de los embriones, etc., etc.
La mayoría de los animales son unisexuales, pero entre los inferiores existen muchos hermafroditas (ver pág. 29). En general, los animales hermafroditas no se autofecundan, sino que se comportan como si fueran unisexuales.
En este caso están el caracol y la lombriz de tierra. Es digno de mención el que también en las plantas hermafroditas la fecundación suele ser cruzada.
Introducción.
Historia Natural. Seres naturales. División de la Historia Natural.
Notas diferenciales entre los seres inórganicos y los dotados de organización.
PRELIMINARES.
Ciencias biológicas.
Los fenómenos vitales. Funciones elementales de la vida.
La clasificación de los seres vivos. Grupos taxonómicos.
La especie.
La nomenclatura de los seres vivientes.
Subdivisiones de la especie.
Los Reinos biológicos.
1ª Parte: BIOLOGIA GENERAL.
Capitulo I. LA MATERIA VIVIENTE.
Capitulo II. EL ORGANISMO ELEMENTAL.
Capitulo III. LOS SERES PLURICELULARES.
Capitulo VI. TEORIA DE LA DESCENDENCIA.
II. EMBRIOLOGÍA ANIMAL.
III. LOS GRUPOS TAXONÓMICOS ANIMALES.
IV. ECOLOGÍA ANIMAL.
V. ZOOGEOGRAFÍA.
I. La célula y los tejidos vegetales.
II. Organización de los vegetales.
III. Fisiología vegetal.
IV. Ecología Vegetal.
V. Grupos Taxonómicos.
Arrizofitas.
Rizofitas.
Pteridofitas.
Fanerogamas.
Gimnospermas.
Angiospermas.
VI. FITOGEOGRAFÍA.
Mineralogía - Cristalografía
Mineralogía especial
Petrología especial
Geología Fisiológica
Geodinámica
Geología histórica
Geología apéndice
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