Autor: Francisco Javier Mendivil Navarro Fecha: 31 de diciembre de 2024 última revisión
Cuando llega la primavera y se funde la nieve en la parte baja de los altos Pirineos, surje una variedad de flores de brillante colorido sobre el suelo de prados y bosques.
- El origen de estas flores alpinas se remonta a la época Terciaria y existen relaciones de parentesco entre las especies que pueblan las montañas del viejo continente.
- Su distribución actual ha estado sujeta a los cambios climáticos habidos en la época Cuaternaria. Existia ya, sin duda, en la época Terciaria una flora alpina restringida a
una altitud superior a la actual, que en los Pirineos debía situarse por encima de los 3.000 m.
- El avance de los hielos por el continente dio lugar a la invasión de especies árticas que se mezclaron con las alpinas, y que con unas características biológicas parecidas
terminaron viviendo conjuntamente.
- El tipo de suelo, la orientación de los valles y la presencia de microhábitats y microclimas ha permitido también la penetración en la zona alpina de determinadas especies
centroeuropeas de zonas esteparias. Así, pues, el suelo de la alta montaña es como un mosaico de especies de origen diverso pero cuya característica común es sin duda su extraordinaria
belleza.
- Un caso particular lo constituye Cerastium alpinun, que se encuentra en los Pirineos y los Alpes, pero que también se ha localizado a 83º 24´ de latitud N en
Groenlandia, en la localidad botánica más septentrional de la Tierra.
- La alta montaña en muchos casos constituye una isla. Cuando se observan los Pirineos desde alguno de sus puertos o cimas, el mar de nubes que cubre los valles pone de manifiesto
este aislamiento geográfico a que está sometida la alta montaña, por ejemplo, el azafrán de los Pirineos (Merendera pyrenaica) y la saxífraga acuática son dos especies
endémicas de los Pirineos.
- Volvamos a las plantas que brotan cuando se funde la nieve. Entre estas se encuentran las campanillas de primavera (Leucojum vernum), las campanillas de invierno
(Galamthus nivalis), las primaveras (Primula) y las flores de viento (Pulsatilla). La flor de viento (Pulsatilla alpina) es una de las que
florece cuando todavía quedan restos de nieve y el suelo aparece cubierto de hierbas aplastadas y humedecidas por la nieve que acaba de fundir. Su nombre de flor de viento
se le ha dado por el aspecto característico que ofrecen los frutos cuando ésta ha perdido la flor.
- Haciendo compañia a las anteriores hay otras dos pulsatillas, la Pulsatilla sulphurea, y la Pulsatilla vernalis. Otra especie habitual de la primavera de alta montaña es la
pequeña campanilla alpina, Soldanella alpina. La denominación de Soldanella se refiere a la forma circular de las hojas basales.
- En las zonas próximas a las cabañas de los pastores donde el ganado aporta con sus excrementos nutrientes al suelo se encuentran numerosas especies. Algunas, a pesar de
su belleza, poseen un cierto peligro, pudiendo ser mortales en algun caso. Tres de estas especies, el acónito común o napelo, la antora y el matalobos, atraen los visitantes de
los Parques Nacionales por la belleza de sus flores y no es raro ver como algunos excursionistas llevan ramilletes de estas plantas venenosas en sus mochilas.
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