El padre Ebro en Aragón. Aigua Naturaleza d'Aragó.

El padre Ebro en Aragón.. Naturalesa d'Aragó.

Naturalesa d'Aragó > Aigua

El Ebro es el río de mayor cuenca y caudal de España y su importancia es enorme desde todos los puntos de vista: hidrológico, económico, energético, histórico, ...

Tradicionalmente se fija su nacimiento en Fontibre, aunque bien pudiera alargarse hasta las fuentes del río Híjar, 23 Km más arriba de Reinosa.

El primer Ebro baja encajado desde los montes cántabros atravesando tierras castellanas, riojanas y navarras conforme va abriendo el ángulo noroeste-sureste de su valle triangular.
En ese tramo alto, de precipitaciones abundantes, amplía notablemente su caudal una vez recibidos los aportes del Aragón y antes de perder en Tudela las aguas del Canal Imperial.

330 Km por Aragón

De los 928 Km que recorre el Ebro desde Reinosa a su desembocadura en Tortosa, 330 Km serpentean tierras aragonesas. Entra en Aragón por Novillas, donde hasta hace bien poco podía cruzarse con la barcaza "La Rosario", y sale por Fayón, dejando atrás el pueblo sumergido en el embalse de Ribarroja.

Barca sobre el Ebro

En el Ebro aragonés, el valle se ha ensanchado y se aprecian claramente las terrazas. En la margen derecha, los depósitos fluviales forman una feraz huerta y las terrazas van ascendiendo hasta topar con las "muelas". En la orilla izquierda, la terraza más baja es rápidamente cortada por un escarpe alineado con el camino del río.

Y así, el Ebro recorre las tierras aragonesas. Casi siempre formando meandros o "galachos" cuando han sido abandonados y dejando una estela verde entre los yesos y calizas del centro de la Depresión.

A pesar de cruzar tierras áridas aumenta su caudal con los ríos que bajan del Pirineo y los que llegan desde los montes ibéricos. Su régimen es misto, pues recibe ríos con régimen muy variado. No obtante, en su cabecera predomina el régimen océanico que, por las aportaciones de los ríos pirenaicos, pasa a ser pluvio-nival. Sus afluentes por la derecha, de régimen pluvial-mediterráneo, apenas influyen en el régimen hídrico del Ebro.

Un sueño: navegar el Ebro

El "padre" Ebro nunca ha sido una barrera. Siguiendo su cauce y los caminos naturales de sus afluentes, los pueblos de la antiguedad llegaron desde más allá de los Pirineos y se abrieron paso hacia la Meseta. Los ferrocarriles y carreteras actuales siguen esos caminos que trazan los ríos por donde ya discurrían las calzadas.

El Ebro, aquel río "caudalosos, bello y abundante en peces" según Catón, era ya navegable en época romana y podía cruzarse por, al menos, cuatro puentes. Uno de esos pasos, seguramente un paso de tablas, comunicaba las dos orillas en la ciudad de Caesaraugusta.

En la Edad Media se transportaban por el río distintos productos y se establecieron aduanas en algunos poblados y ciudades ribereñas. Los cereales y lanas aragonesas eran entonces transportadas a Cataluña en grandes barcazas. Y hasta hace bien pocos años, podía verse a los navateros conduciendo sus almadias desde el Pirineo hasta el Mediterraneo.

Más aún, en el siglo XVII se elaboró un proyecto para hacer navegable el Ebro para barcos de mediano tonelaje y, de esta forma, buscar la anhelada salida de Aragón al mar. Este sueño nunca fue posible por más que en el siglo XIX un barco de vapor lograse remontar sus aguasdesde el Mediterraneo hasta Escatrón.

Puedes seguir un recorrido más detallado del Ebro a su paso por Aragón en cuatro tramos de interes: