Manifiesto por una Nueva Política de Aguas

Día Mundial del Agua

Madrid, 21 de marzo de 1999


El día 22 de marzo, Naciones Unidas convoca internacionalmente la celebración del Día Mundial del Agua. La creciente escasez de aguas limpias y vivas en un mundo cada vez más agresivo y menos habitable hace oportuno este llamamiento internacional a la sensibilidad y la movilización ciudadana en pro de una nueva racionalidad frente a un modelo de desarrollo que en los últimos años promueve proyectos tan brutales como el de los embalses de Tres Gargantas en China o Bio-Bio en Chile, que amenazan arrasar los derechos humanos de millones de personas, ignorando una vez más las leyes más básicas de la naturaleza y el sentido común más elemental.

En los albores del nuevo milenio nuestros ríos, lagunas y humedales no pueden seguir siendo considerados como simples proveedores de agua para regadíos e industrias, o como cloacas para verter residuos y desechos... Es hora de reconocer su tremendo valor patrimonial desde el punto de vista ambiental y social.  Nuestros ríos marcan el carácter y la identidad de nuestras ciudades y comarcas. Ríos, torrentes, cascadas, ibones y lagunas son verdaderamente alma y magia de multitud de paisajes y rincones. El agua es por otro lado elemento esencial de nuestra dieta alimenticia y por ello nuestra salud depende en gran medida de su calidad. Hoy los llamados "usuarios" del agua no son sólo regantes e hidroeléctricos sino todos los ciudadanos.

Todo lo dicho no quita valor a sus usos productivos, pero sí debe llevarnos a acotar la insaciable voracidad especulativa, productivista y contaminadora de algunos para llegar a un equilibrio, en beneficio del conjunto de la sociedad, que nos permita salvaguardar estos patrimonios ambientales en una perspectiva de Desarrollo Sostenible. Es hora de desmitificar los demagógicos planes de expansión del regadío vigentes en la propaganda política, para abrir paso a un enfoque moderno que permita reconocer los problemas reales del medio rural actual y arbitrar soluciones operativas.
Hoy la mayor parte de los riegos con aguas superficiales tienen una eficiencia que tan apenas si llega al 40%, y su rentabilidad económica se salva coyunturalmente en gran medida gracias a las subvenciones europeas de la PAC. Por ello el reto esencial en materia de regadíos se debe centrar en la modernización, tanto de nuestros sistemas de riego como del tipo de productos y del nivel organizativo y actitudes empresariales vigentes en gran parte del sector...

Desgraciadamente sigue predominando en importantes sectores de nuestra clase política la demagogia hidrológica basada en la mitificación de las grandes obras hidráulicas, pagadas por el dinero de todos... Hoy más que nunca esa política  encubre, desde los pretendidos objetivos sociales de los grandes nuevos regadíos (inviables económica y políticamente en el marco de la Unión Europea...), redes de corrupción administrativa, oscuros intereses de grandes compañías (constructoras y eléctricas) y proyectos de grandes trasvases que desequilibrarían social y economicamente más al país e implicarían verdaderos desastres ecológicos.

En un momento en que se iniciaban esperanzadores giros hacia una política de regadíos centrada en la prioridad de la modernización, y en un momento en el que en Europa se avanzan nuevos criterios de modernidad con la eleboración de la nueva directiva de aguas, el recientemente publicado Libro Blanco del Agua, es un paso atrás decepcionante. Tramitado desde la precipitación de los políticos y sin el necesario debate social y técnico que tan reiteradamente se prometió, su aparición lejos de abrir un debate en la perspectiva de la Nueva Cultura del Agua, vuelve a colocar en el centro de las expectativas gubernamentales la vieja e insostenible política detrasvases por razones fundamentalmente electoralistas.

Parece así ratificarse el poder dominante de los grupos de presión, hidroeléctricas y constructoras, representados por la figura del Secretario de Estado de Aguas y Costas, Don Benigno Blanco, jefe del gabinete jurídico de Iberdrola. En un Ministerio que destina los 2/3 de su presupuesto dedicado al hormigón y tan sólo un tercio a la conservación y gestión del medio ambiente, los últimos enfrentamientos y dimisiones forzadas de altos cargos  colocan al Gobierno ante la necesidad de clarificar definitivamente su política medioambiental.

Corren tiempos en los que se glorifica el papel del Mercado, más allá sin duda de lo justo y razonable, ofreciéndolo incluso como la clave mágica de la futura gestión de aguas. A nuestro entender es preciso salvaguardar la gestión pública de nuestros ríos y acuíferos, pues sólo desde esta base se podrán articular con equidad valores sociales, culturales, ambientales y de ordenación territorial equlibrada esenciales, hacia los que el mercado es ciego e insensible.

El reciente acuerdo entre los Gobiernos de España y Portugal, lejos de abrir un nuevo proceso de planificación integrada de las cuencas compartidas (Miño, Duero, Tajo y Guadiana) se ha limitado a intercambiar "favores" gubernamentales. Es urgente la revisión de los planes de estas cuencas con la participación directa de las regiones y comarcas de ambos paises, extendiendo la aplicación del principio de la Carta Europea del Agua y de nuestra propia Ley de Aguas, que reconoce la Cuenca Hidrográfica como marco esencial de planificación y gestión.

Hoy es preciso promover una Nueva Cultura del Agua que sustancie un profundo giro en la política hidráulica; una nueva política basada en la sensibilidad hacia los valores ambientales y sociales; una política equitativa y de respeto hacia los derechos de todos los ciudadanos, y en particular de las minorías de la montaña, tradicionalmente avasalladas en nombre del “Progreso”; una política  moderna basada en la gestión de la demanda, el ahorro, la eficiencia y la conservación de la calidad del recurso; una política de profunda democratización de las Confederaciones Hidrográficas como marco institucional  de gestión  de las aguas; una política de superación de fronteras que integre en un marco unitario de gestión a las regiones de cada cuenca por encima de consideraciones nacionales...
Por todo ello las organizaciones firmantes hacemos un llamamiento al debate social, técnico y político  que permita alumbrar el necesario giro hidrológico que nuestra sociedad requiere hoy, al tiempo que respaldamos el llamamiento a la movilización ciudadana en Madrid el día 21 de Marzo en pro de esa necesaria Nueva Política de Aguas.

         COAGRET